img ATADA A MI JEFE  /  Capítulo 2 《Capítulo 1》 | 40.00%
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Historia

Capítulo 2 《Capítulo 1》

Palabras:3444    |    Actualizado en: 07/06/2022

EN

ÍTU

alid

orzar. —espetó con hastío mi mejor amiga, me acerco a ella para sal

siento pero Margo levanta su mano en señal

sa y levanta una ceja, por su expresión estoy se

rodando los ojos y dejándose caer

i jefe es un completo idiota, sin embargo, es quien firma mis cheques y ca

n mesero dejando dos platos sobre la mesa, observo a Margo quien le ag

un poco de pasta, antes de llevarse el bocado a la boca se detiene para mirarme. —¿No comerás? Espero que no t

la servilleta sobre mis piernas, l

Margo suelta un quejido en protesta. Me di

iante del Vicepresidente provocó un pequeño es

iato me arrepiento de ello así que aclaro

nistas en dos minutos y... —estoy segura de que

o que toma de su bebida refrescante. —Estoy almorzando.

hora del almuerzo terminó hace más de... —ruedo

unos segundos hasta que la v

haciendo y venga aquí in

.. S

. Guardo mi teléfono y como es de costumbre

s mejores Bufet de abogados, a veces Margo se comportaba como una niña mimada. —Ese tipo es un bastardo. —gruñó por lo bajo y la regaño con la mirada por expresarse así de mi jefe. —¿Qué?

—me acerco a ella y deposito un beso en su mejilla,

leyes y estar en ese mundo donde le encanta ver sufrir a sus oponentes y ser intimidados por una mujer como ell

todo el país, trabajar en la mejor corporación como lo es Corporación Valente's una empre

i mano en el aire mient

del restaurante comienzo a caminar hasta la esquina y después a inic

del edificio en el cual debe de estar esperándom

es el guardia de seguridad que es muy amigo mío, le agradezco con una sonrisa y volví a

a con ojos gatos, se llamaba Sharon. Me miró

introducí en él y mi respiración se había acelerado tanto que se me dificultaba normal

que me preguntaban pero aún n

ra atrapar una bocanada de aire y soltarla cerrando los ojos.

rle el rostro. Para mi sorpresa era F

por culpa del maratón que tuve en menos de dos minutos. Al recordar el tiempo mis nervios salen

anos pero las esquivaba. —¡Descontrolarás todo! —insistió

, sentía que podría flotar en algún momento, pero era algo imposible, sabía que Frederick nunca saldr

ntenté darle a entender

n más incomoda y nerviosa, así que me alejé de su cuerpo y me apoyé en el cristal del espejo que tenía el ascensor,

vergüenza ahora mismo. Y t

, y sin decirle nada a Fred, salí como alma que se

ue la junta había comenzado, llevé mis manos a mi boca ahogando un quejido de frustración y miedo, d

efe no tenía buena cara cuando se dirigía a la junta, y tal vez se haya desquitado con a

e van a d

n poco de bullicio del otro lado y me pregunto qué estará pasando. Cuando pretendía retira

os, que delicado. Después me arrastra consigo hasta una esquina cerca de la sala

a que otra oficina de administración, o para eventos sumamente privados, también hay un cafetín privado para las secretarías y l

de quitarme su mano de mis labios, él deja d

urmuró como si fuera lo más normal del mundo. Enarqué una ceja

labios rosados que tiene, pero no debo hacerlo y tambié

e con detenimiento, negué sin entender su pregunta. —Parece qu

e volvió a tapar mi boca aunque esta vez

ecir ni una palabra más sobre el asunto, parecía que su respiración se aceleraba a medida que

e mariposas revoloteando en tu estómago? O posibleme

haciendo p

co, cuando levanto la mirada me encuentro con Thania a pocos met

e firme de inmediato. —¿Qué haces aquí y no en tu lugar de t

de la Corporación todo para ella era en serio y tenía que cumplirse las reglas en la oficina. Era la asistente

del mismo jefe a veces podía existir la tensión entre las dos o una pequeña competencia

lta. Aunque realmente no había estado pendiente de sus palabras y me odiab

nmigo, incliné un poco mi cabeza avergonzada por lo

orrectas para decirle pero nada venía a mi mente

eza para que la siga y eso hago. —Fred, espero no volver a verte por aquí sin tu carr

atrevo a preguntar, Thania as

n brillo de preocupación y molestia por lo sucedido, yo sólo me limito a asentir y ella continuó hablando: —Después de la junta no sé si te llamará para que le aclares

ran hombres mayores en trajes caros, habían muy pocos que fueran contemporáneos al vicepresidente y al presidente de la empresa. Tod

chos con los números que indicaban los gráficos reflejados en la pantalla que había en la sala, decían que las ventas del producto habían disminuido durante estos tres meses de ausencia del presidente de la

n llegado a ningún acuerdo, lo que invocó otra reunión para

puerta sin tan siquiera mirarnos. Thania me hizo una seña para que lo siguiéramos pero en silencio, y así lo hicimos hasta llegar a su oficina, el jefe se encerró a

ocaban y se presentaba en algún evento de vital importancia. Era de esperarse que saliera afectado por esa junta con los inversionistas, prácticamente ponían en duda su mandato como Vicepresidente y más estand

erzo y sudor, y que por algo tan insignificante nos destruyan todo en nuestras narices. Por supuesto que bajen los números no es algo insignifica

rencor por el jefe? Y aún peor,

pasando?, y

de mi silla separándome de mi escritorio y le aviso a Thania que ir

el Presidente, donde se encontraba su secretaria o asistente Rosse Johansso, qui

le a

a veces compraba para emergencias como estas, aunque debería de comprar pan o comida de verdad. Registré

tres posillos, a los nuestros le agregué azúcar pero al ter

la cocina alguien iba entrando y provocó que todo se

! —gritó molesto e

nas servilletas en la mano, el Señor Valente ya se estaba quitando el saco que traía puesto y eso dejaba a la vista su camisa bl

ando? —su tono de voz

asarla con brusquedad sobre su camisa, mientras más pasa

miró a mí con sus ojos inyectados de furia y disgusto. —¿Qué estás haciendo ahí pa

na mano, al girar mi cabeza para ver dónde estaba el jefe, él ya se encontraba a mi espalda observando el agua, de inmediato

amisa. —se notaba la burla en su voz hasta que s

ectamente a los ojos cosa que me impactó de momento al notar que sus ojos nunca fueron grise

e entendiste bien? —aclaró liberando

rmol plano para sólo limpiar la zona marrón, volví a mojar mi mano después de que se secó y la

i oído, cerré los ojos tragándome el desagrado de sus palabras tan hirientes y continué haciendo

omándome con la guardia baja, tragué en s

—musité midiendo mis pa

eñorita Ortega? —pregunt

.. —me in

ción, no me vaya a estar dando dolores de cabeza como

arle ya que me tomó del brazo para voltearme, y al hacerlo choqué por completo cont

contramierda

eño hasta que suaviza

s en las manos junto con una compañera de trabajo. Ellos dos quedan perplejo ante la escena de nos

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