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Historia
Rashad, un Rey Perverso

Rashad, un Rey Perverso

Autor: Maria Pulido
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Capítulo 1 Prólogo

Palabras:1788    |    Actualizado en: 12/06/2022

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pués de la

da

stac

ndición y mi alrede

el tercer día en que caminaba mientras esas escenas horribles ya no esta

ento y extremadamente cansado. Sin embargo, mis ojos esta

ila, hizo que mis pies perdieran el equilibrio. En dos pasos torpes no pude contro

s sentidos, porque ya no sentía nada a exc

tate, e

echo el intento más de una vez de no seguir las instrucciones, y

ble por ocultarlo y mi muerte quizás hubiese sucedido el

era para ellos cómo un trofeo que debía

intenté levantarme, pero era tiempo pe

donde pude divisar borrosamente unos pies forrados en cuero,

ebe ser cortada por el mismo soberano públicament

rico

padre desde que tuve conciencia. ¿Dónde estaría eso ahora y, qué pensaría mi padre antes

ágrimas nuevamente, mientras mi pecho se quemab

acia el ambiente mientras las manos del hombre sujetaron mi

s demorando nu

gunas personas en la fila, que ahora mismo no me miraban

a estaba comenzando, el hielo de

la única cosa de valor que habían dejado en mi cuerpo. Por supuesto este collar, con el sello de

Quizás la única qu

ud de malvados; habían asesinado a mi padre y a mi madre, aún no sabía si lograron atrapar a mi hermano, el heredero del trono, pero solo quería cerrar mis ojos

r las imágenes, pero creo q

os, solo hacían arde

uso promovía la paz a todos sus vecinos, fuimos realmente ult

mpida que tener ambición, y en cuanto se tiene algo, se comienza a querer más, y allí es d

a vez, y ahora lo estaba

, es que esta tragedia le estuviera suc

izo que de forma obliga

llegábamos a la sede principal de Babel. Desde lejos podía ver su enorme y lujoso palaci

organizado. El palacio era enorme, con fuentes de agua en sus cuatro esquinas, y grandes est

que estaba viendo, los tenían en alta estima dejándolo

ado en líneas, pero a esta altura en donde estábamos caminado, pude detallar como la gente estaba arremo

do su mano en una palma hacia el lugar y haciendo una re

o, porque al instante y como lo esperaba, todas aquellas per

feo… sé que nuestro soberano n

ientras vino a apretar más las cuerdas de mis ma

amos a unos minutos de

ber”, pero me obligué a no mirarlo y a co

sinaran co

que nos abarrotaba y decía cosas que no podía entender, levanté la mirada al escuchar el estruendo de las enorm

mación… entraremos a

nar, mientras mis pies reunían la fuerza para seguir con el camino, ent

e en cualquier momento, porque mi boca

gigantes y gruesas, y todo tipo de estatuas que tenían cabez

multitud se excitó cantan

¡Rah

ente de un cuerno de carnero, hizo

ando mi pueblo estaba de fiesta o cuando

irecto al ruido, mi corazón se aplastó p

en lo alto, mientras unos hombres alzaban una tela roja,

¡Rah

ontra el piso mientras un sollozo desesperado del dolor salió de mi boc

ro mi brazo derecho fue alado con brusquedad sin dejar que a

n que veníamos, y casi parecían correr mi

nces,

e y caí recibiendo los r

l dolor de alguna manera me hizo levantar la cabeza. No iba a demostrarle a

orpulento. Parecía un guerrero con las manos y el rostro ensang

al verme tirada frente a él, pero lo entendi

debía tomar con sus propias manos… —el hombre al que todos les rendían esa

hora mismo lo estaba v

antes, y como el tiempo se detuvo e

os azules que estaban quitándome la vida con cada paso. Y, por si fuera poco, tomé mi última fuerza

recibir m

saba, hizo que abriera los ojos de golpe, y que solo

que no pude entender, fue el sonido de su respiración, cuando sus

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