img Rashad, un Rey Perverso  /  Capítulo 3 Cap. 2 | 5.08%
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Historia

Capítulo 3 Cap. 2

Palabras:2167    |    Actualizado en: 12/06/2022

pués de la

da

fus

canía que tenía ese hombre para conmigo, y aunque me encontraba tota

ce todo mi esfuerzo por no estremecerme, porque mentiría si dijera que su pres

la para levantarla mientras sonreía. Pude sentí un poco de ardor en la parte

e ahora, haría todo lo posible

te supe que se estaba burlando de mi padre, sin embargo, el público hizo un silenc

rro mientras apretó el pu

caer en ese filo de inmediato, pero este hombre predijo mi paso, y apartó inme

argo rato estrellando su aliento agitado en mi rostro, m

r hacer, y ante la debilidad que

í su

cluso gente del público, quiso venir furioso hacia mí, pero un

e ese malvado estaba tomando mi cabeza con fuerza. De h

enerlo por m

ego con fuerza, tiró mi cuerpo obligán

días sin comer, y mi cuerpo ahora solo reaccionaba por

y su enorme mano solo inclinó mi cabeza

os… y así como todos,

illarme ante él por voluntad propia, nunca iba a adorar a un

to cántico de nuevo, y allí es donde mi di cuenta de que sí, ese dem

sted… jamás será un dios para mí… porque us

abras, de un tiro dejó mi cabello, e inmediatamente una mujer, que se veía como un hombr

rigirás a nuestro so

nada más, y en un segundo, se giró de forma despreocupada para camina

e su instrucción, pero no se at

¡Rah!

entro de mí al saber que, seguramente me tendría s

por su corpulencia, solo sus facciones demostraban que era femenina y

etallando nada a mi alrededor, la respiración estaba siendo difí

risa burlesca de la mujer, hizo que mi mirada se

iera estaba midiendo el tiempo, y no supe en qué momento tuve un p

ontraba en

toser, vi una bandeja de p

boca! —la mujer

debía comer nada, no me

oca duramente, metiéndome un trozo

. ¿Quieres morirte no es así? Pues no va a morir… tu vida solo está en manos de nuestr

n mi boca despertó mis sentidos, mi estómago dolió co

ue me doliera

se puso de pie cruzándose de brazos mirándom

comer con desespero y a beber a

*

initivamente el calor de una mano encima de mi ro

estaba un poco más iluminado, y que, a mi alrededor, había a

r eso —Giré hacia la mujer que estaba a mi lado diciéndome las cosas en un susurro, y luego

o era una mujer realmente hermosa. Su vestimenta no era muy elaborada, solo

arecía un

e ella usó, pero la expresión que

e hubiese gusta

o, y luego se giró hacia las demás mu

nsecuencias… esto pasar

e entender nada de los que decía, sin embargo, me interes

aquí los

o hacia mí y luego coloc

extranjeras… quiero decir, mujeres de o

revolvió. ¿Qué

a ti? —pregunté asqueada

a opción para mí, ni para el

le, pero era u

—pregunté relaj

s… me llam

nuestro estilo de vida, y también adoraban a muchos dioses. Así que no

enos, un

también fu

or alguna extraña, razón nos miraron, y vi

pueblo, y en el momento en que se corrió el rumor de que se estaba aliando con

sh

s amigos? ¿Estás

z que ya recordaba, en

n prisa, mientras aquella rubia musculosa, iba ca

vestido para tapar mis pies hacie

ome ¿Qué estaba haciendo? Pero yo no iba

uanto llegó al frente de mi celda, ella entró y s

a parpadeó—. Todas… deben irse preparando. Ya saben que deben ganarse las mejores comidas, baños… incluso trata

do giré hacia las demás mujeres, no pude creer

el c

rán al

lugar por parte de las mujeres y l

… hay un lugar peor que e

uanto su voz no estuvo presente, pude ver que las mujeres sonrie

—escuché que Séfora dijo mirando mi bandej

este rey… un baño

aso omiso a mi ironía, y tomó un pan

que le gustaba, y destruía familias enteras solo porque, quería algún pedazo de tierra… nada me

o podía cerrarse

lcado en estas mujeres?, entonces inmedia

tiempo ti

r, y luego hizo como s

ños o tres… no l

e secó al

era po

ier momento seré elegida… p

edo de su resp

ida pa

n que compensa a su familia, y las honra dejándolas vivir en este país, co

o más tiempo pasaba, más pregunt

que tenía un vestido limpio y precioso, entraro

ya saben cómo d

alieron de forma obediente, y yo me

tamb

o una mano tomó mi bra

sitas —Séfora me susurró cerca de mi oído, y en

a muchedumbre, porque en pocos minutos estábamo

a la orilla del agua con los brazos cruzados para comprobar la temper

trago largo, cuando vi a ese hombre de pie a lo lejos, junto con

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