img Vuelve a ser mía. (Serie Romance)  /  Capítulo 2 2 | 3.39%
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Historia

Capítulo 2 2

Palabras:1735    |    Actualizado en: 23/06/2022

d- Es

s an

aquel apartamento limpio, en un par de días regresaba a New York, y mientras sostenía una antigua caja de zapatos dio un leve suspiro, la nostalgia la invadió. En

, y de forma involuntaria el corazón se le agitó. Sacó la vieja fotografía: Ahí estaba ella a la edad de cuatro

ande me casaré

e pronto unas fuertes manos la tomaron por la cintura, de la impresión dejó c

u prometido, enfocando sus az

na Enzo Ferreti, italiano de pura cepa, la invitó a la Toscana, y compartieron un par de besos. Siguieron saliendo

—dijo Isa, y escondió

ltas? —indagó, y empezaron a forcejear, ent

manos de Enzo la sostuvieron de la cintura. Al instante que el sonido metálic

culpa —recriminó ella

a mano retiró un mechón del oscuro

secreto, ocultas. —El

o siguiera insistiendo en lo mismo, lo

ella fue a parar en algún sitio de la alcoba, y las manos de Enzo le acariciaban

iempre esperó, con él su corazón se sentía seguro,

familia, millonaria, no podía pedirle más a la vida, excepto que su novia a veces tenía un

nto tan íntimo, y después de darse

York, cariño —susurró, y le b

al de la empresa informática de su familia en Estados Unidos, y también se mudaba a New York, solo

veró Isa, y corre

ia al hogar, se había graduado en administración de emp

este apartamento, solo me avisas —dijo Enzo be

as de universidad, vendr

ó con sus dedos algunos de lo

as dema

ucharlo, y lo acompañó h

comerlos, uno tras de otro sin parar. Hacía mucho que no había vuelto a sentir esa ansiedad, y luego pensó que al regresar a casa tendría que volver a verlo, y eso la desestabilizaba, entonce

*

ork -

as de

do en su cama, sostenía entre sus manos su móvil. Sus ojos brillaban al ver la fotografía de fondo de pantalla, entonces miró el reloj y de inmedi

comedor de su casa, enseguida

interrogó a la joven, quien era la mejor am

sus cejas, y le brindó

he repetido montón de veces, pareces tonto

ocó su casco, y sus guantes, enseguida subió a su Harley Fat Boy; recorrió las mejores floristerías de la

n emoción; esa condición se la había impuesto desde niño y nada iba

ión. A medida que los minutos transcurrían su corazón empezaba a acelerarse en el pecho, entonces se puso de pie y empezó a

ro de vuelo que llega Is

ó los ojos,

ibando al aeropuerto —Se quejó, y re

riguó él—. El vuelo ya

servicio de taxi —res

enida, hasta que el chillido de los neumáticos la sobresaltó, cayó al piso

n las manos temblorosas se acercó a la jovencita, qui

? —cuestionó el amable caball

aquel caballero, una gran O se formó en sus labios al mirar lo apuesto que era ese joven, observ

da color esmeralda de la chica, varios mechones de su castaño cabello cubrían su dulce rostro.

to, fue mi culpa, yo crucé la calzada, si

do —mencionó él sonriendo. —¿D

acampanado vestido verde que lucía aquel día

miró el reloj—. Es tarde, debo ir

y corrió hacia el interior del aeropuer

mosa muje

*

bella, apareció, caminando con li

o fue lo mismo que verla en persona. Su corazón se agitó amenazando con salir de su pecho, al darse cuenta de que ella estaba más hermosa que la recordaba. Su hermoso cabello oscuro caía en ondas

a estar con ellos, cuando Fernando, se disponía a acerca

dijo aquel hombre, muy bien

un balde de agua fría

muchacha, tiró las flores al primer bote de basura que encontró en

que la gente lo estuviera mirando. Salió del aero

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