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—Vuelve a ser mía —susurró en sus labios —Caso contrario, te aseguro que todas las noches que estés con él, vas a pensar en mí, vas a extrañar mis besos, mis caricias, vas a imaginar que soy yo —afirmó reflejándose en los aceitunados ojos de ella. —Ese será tu castigo por ser tan necia y no admitir lo que sientes —sentenció. La joven se estremeció al escuchar sus palabras, todo su ser sintió un cosquilleo, su corazón palpitaba con fuerza, inhaló profundo para hablar: —¿Quién te asegura eso niño bonito? —inquirió. —¿Piensas que soy igual a todas esas mujeres con las que...? —presionó sus labios—. Ni así fueras el último hombre sobre la faz de la tierra —resopló cruzando sus brazos, mirándolo a los ojos. Historia Registrada en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador. ©Angellyna Merida, 2019. Código de Registro en Safe Creative: 1905291024256 Prohibida la transcripción parcial o total de la obra sin la autorización de la autora.