Después de un baño, me preparo algo de cenar y me echo una copa de vino. Es el peor momento d
ora. Este día, siempre lo pasan conmigo. Han sido un gran
ejar que nadie mangonease mi vida, orgullosa estoy de todo l
ovanni dejó de ser un incordio y mis padres dejaron mi búsqueda, consiguieron sac
toy cerca de los hoteles y de las oficinas centrales. Salvatore, me ha conseguido un puesto de ayudante de dirección en uno de ellos. Así pude terminar los estudios y realizar las prácti
sar conmigo unos días, hasta que estuviera mejor. Me acompañaba al médico, y fue el que mejor se
eña lección de vida, quería vivir y salió. Con seis meses, tuve que llevarla al hospital, algo le pasaba. Nadie sabía que decirme. Los mejores hospitales, los mejores mé
o nos quedaba rezar y hacerle la vida más feliz, mientras llega el desenlace. Quise llamar tantas veces a Vanni, pero colgaba el t
ra los seis. Les decía que tuvieran los suyos, que esta era mía. En esa fiesta, es cuando Salvatore y su mujer, estaban embarazados. Tengo miles de fotos, diría que millones, pero no quiero parecer una madre psicópata. Grabé vide
mos en el hospital, ya caminaba, cuando podía que eran pocos momentos, con el oxígeno a todas partes. Nos dieron permiso para decorar la habitación como ella quisiera, nos pidió mari
era cuestión de días, el final estaba a la vuelta de la esquina. Debía de preparar todo y sobre todo, prepararme a mí misma.
pero sí tenía un dolor muy grande en el pecho. Al separarme de Giovanna, el médico me dijo algo, que siempre recordaré "tienes una hija muy valiente, no le dábamos ni c
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distraerme un poco. Yo me encargo todas las semanas, los domingos, más exactamente de mantener limpia su pequeña lápida y sus flor
éfono, me saca de
hes, Enzo.
medio llorando –le dio un infarto
Que hombre
e coincidencia –oigo cómo se ríe -dice que n
na balanza los pros y los contras. Creo que
e digo. No comentes nada, hasta que l
acia Italia. Tengo un asiento disponible dentro de cuatro horas, lo reservo. Aviso a Enzo del
der pedirle perdón. Después de lo mi ángel, he pensado mucho en la no relación con mis padres. Aunque no
trae un varón, va a ser el juguete de su prima Alana, la niña de Salvatore. Con lo que le gusta mandar a los demás, salió a su abuela De Luca. Se ríen del comentario, pero saben que digo la verdad... Vam
. Ahí arriba, están los Ricci, y cuando digo están, son todos. A pesar de tu
pá, no hacer amigos. Iré con la cabeza
ntras me abraza –Giovanna hizo
as todavía mis gafas de sol, no quiero que mis ojos me delaten. El primer
. Me mira, hace amago de venir a saludarme, pero su mujer lo impide,
dice Emma. Le doy las gracias. Salud
de la vida te hacen cambiar –me acerco a mi madre, la abrazo –hol
irse, con la conciencia sucia –traga saliva –sé que te hicimos daño, hemos sido malos padres contigo, pero p
uelta atrás. Lo que hubiera dado, porque me dijeran eso, cuando mi pequeña guerrera estaba malita. Salgo de l
parece que no entendéis mi idioma. El que entre, se va a tu
presencia, me sigue poniendo nerviosa. Creo que una palabra de él, y me tiro a s
o estar en la casa, cuando nuestro hijo se levante –ni se mueve, seguimos mirándonos, me echa un
ndo. De aquí no me muevo. Los D
ando a mi madre. Asiento. Sé que no debo hacerlo, pero me gusta enfadar a esa rubia. Me vuelvo a Gi
y le doy un beso en su blanca mejilla. Me señala su cama, donde quiere que m
o donde estaba –pensabas que mi hija desaparece y que me iba a quedar de brazos cruzados? –niega con la cabeza –te escapas, tus hermanos empiezan a via
í...-no me
inta malísima, te veía entrar en el hospital y no salías por días. Deduje que estabas enferma, y que ellos te estaban dando su apoyo. Sabía que si algo iba mal, ellos vendrían a mi. Tiempo después, ya dejaron de viajar tanto. Volví a la vigilancia, te veías mejor, pero esos ojos de tristeza...no podías ocultar
e significa para mí. Me vas a
gusta Londres, ya sabes lo q
eimos. Me aca
s ojos tristes. Son
stoy. Solo vosotros. No estoy pre
oy una tumba, pero est
erdones, por como os trate el día de la boda. No q
niña. Pero que es lo
ecir algo, pero le dije que me dejara terminar –sólo estuve con Giovanni
loramos juntos –mis hermanos estuvieron en todo momento, durante la enfermedad y cuando le quedaban ho
Nadie tendría que pasar por semejante situación. Perdóname cariño, perdóname p
ueña. Ella sabrá quien eres, le he enseñado fotos de todos. Dile que la quiero mucho, que la echo de menos
fotos. Se emociona, al ver,
a cumplido
e voy a dar un consejo. Habla con Giovanni, cuéntale lo de vuestra hija, cuando se le pase el enfado, que se enfadará...hablar y que no quede en
so y le veo partir con