tura del testamento, en casa de mis padres. Todavía no entiendo que hacen
a saberlo. Sé que tengo que contárselo también a Giovanni, pero ese momento es más difícil, no me va a perdonar nunca, no llamarle, no
erta, guardo
Salva extendiéndome la mano, para que le enseñe
ió y se fué, según me dijo, a la fiesta de cumplea
ltrán. Me saluda cordialmente. Giovanni igual, pero sin acercarse. Anna ni me saluda, ni falta que me hace. Miro a mi hermano, que me dice en e
adre. El abogado saca los
sigue un montón de palabrería. No estoy atendiendo, q
la cadena hotelera, que están alrededor del mundo. Exceptuando, los hoteles de Inglaterra. La dueña de esos soy yo. La mirada asombrada de mi madre, que no sa
vertido en lo que ella, siempre ha querido ser. A mi querida y amada esposa, le dejo el resto de mis pertenencias y lo más querido para mí, que son mis nietos. Cuídalos, ámalos y por favor, que nunca se olviden de mí –mi madre llora a moco tendido –por último, Giovanni Ricci, siemp
Anna –está echando a su hija, a los braz
un hombre que está bajo tierra. Además, ya soy gran
o tenia nada –dice mi madre –hast
ríen. Mis hermanos y
–sigue preguntando ella –ning
orit
sa de Giovanni Ricci.
ogado –yo solo leo, lo que el Sr De Luca, ha escrito de su
, para que vuelva a sentarse, la m
ña en quedarse –dice Beltrán, que lleva todo el tiempo sentado y callado. E
o una cosa –nos giramos para que ver pasa ahora –si esto es una molestia pa
arajo, me gusta el riesgo y creo que ya perdí bastante en
–todos se ríen. Anna está que rabia. En breve, creo que va a explotar, pero supongo que será el tinte rubio. Me levanto y le doy la mano, en señal de amigos –un placer trabaja
a, que pueda encontrarse en este mundo. Todos le hacen caso. Giovanni y yo, nos seguimos mirando a los ojos, como s
den perdón por todo, pero como les dije, no hay nada que perdonar. El pasado, pasado está. Beltrán viene a saludarme, sin esperarlo, me da un abrazo y me dice lo orgulloso de ve
as recuperado, vas a ser feliz, ya verás –le abrazo y me da las gracias por todo. Y al oído me di
? –y con las
ir a ninguno. Y mira tú por donde, nuestra peque, se va a hacer cargo y encima, se lleva a su amor.
detrás de su hermano. Eres asquerosa, acostarte con dos hermanos...si tu padre te viera.
os padres de mi exmarido y en esta casa, no te quiero. Mi padr
a mano, para darme,
tentar levantarme la mano, NUNCA. Lárgate de esta casa, los únicos bien recibidos son los Ricci, per
pensaba que se iba a quedar. Tendremos que trabajar juntos, pero ella es que lo tiene por la
ece su ayuda para cualquier cosa en los negocios y par
ada me dicen que entre en el salón y les hable, aprovechando que están solos. Se van, me dejan a solas con ellos. Con Gio
–la voz se me entrecorta, ellos me miran sin saber lo que les viene –necesito que me dejéis habla
e, respi
diferente, Giovanni y yo, entablamos una amistad, pero terminamos enamorados. Nunca tuve nada con él, estaba esperando a separarme, para irnos juntos, os lo juro. El día que os dije, que me quería divorciar, ese día, fue el primero y única vez que me entregué a vuestro hijo mayor. Nos íbamos a ir juntos, a dond
a veo que no!! –está fuera de control, me grita sin dejar que me defienda –te quise...que mierda, te quiero, me enamoré de ti y tú me lo pagas así? Desapareces por años y me entero que tenemo
lo explicaré –le cojo del brazo –necesit
madre, a los suyos, a él –donde está mi hija, dime donde coño la tienes. La
onde nadie puede hacerla daño. Está bien
nta mi madre –eso es horrible. Le ha
cuñadas. Me fui, porque el hombre que me acababa de quitar la virginidad, dejó embarazada a una chica, la cuál me dijo, que no tuvo nada con ella. Me fui, porque ese mismo día, desc
a no dejo que me manipulen, no soy la idiota de hace seis años. Voy a la mesa, recojo mi bolso y los álbumes de fotos
algo, el único que se ha alegrado de todo fue mi padre, se lo conté antes de que muriera. Se fue feliz, de conocer a su nieta, aunque sea por f
mi hija, Erika
te digo, que
olso y salg