adeudo con el que ya tiene varios meses de retraso, eso me molestó mucho y me hizo gritar ha
mo si fuera su obligación cuidarme con esmero, llevaba una humeante taza en las manos, con su
ue te tranquilices —me dio la taza con un líquido humeante y ar
y eso es lo que más me gusta de ti —le dije agradecido y aga
ormal, y comenzó haciéndome caricias y dándome unos besos, estaba muy cariñosa conmig
ente del líquido, me hizo sentirme mejor, como que me empezó a rel
me besaba, mis manos recorrieron sus hermosas formas deleitándome con la suavidad de su
eseos y ahí mismo, en mi privado, nos entregamos con ese ardiente placer que nos invadía, de
había una cena con unas personas de nuestro círculo, entre ellas, mi gran “amigo” Gerardo; Marg
eció complacerla mucho, tomó las copas y se alejó, con ese andar incitante y sensual que ella
cudido a la cena, y luego, mi amigo Gerardo se acercó con d
indis con mi mejor amigo
e es un tesoro que ya muy poco
ue no quise reprocharle su ingratitud y mucho menos su traición, al fin y al cabo, yo también vi
altan las mujeres que quieren algo conmigo y no me crea un tonto o un iluso, sé que me
que no me cae nada de extraño que otras mujeres lo intenten y yo disfruto de cada oportu
e lo disfruté, no me afecta, por eso no les reclamé su traición
sí que la oportunidad la tuvieron, sólo hay que descubrir quién tuvo el valor de hacerlo, y
ltados sin llamar la atención y sin despertar sospechas, y
ro del margen de tiempo, de una o de otra forma, bebí diferentes
usted sabrá lo que tiene que hacer, sólo le pido encareci
, tomó el vaso de leche y bebió una buena cantidad, ante los atentos ojos de la “China” y d
a el temple y el valor para hablar de manera serena y tranquila, para contratar a alguien que b
or para que lo atiendan y lo revisen a fondo, dado que, ahorita no puedo hacer nada más
í los doctores, aun así, le agradezco que se preocupe por mí… no se equivocó Ernesto, al d
que en las de Wendy —dijo la “China” sonriendo con