img Entre tus Besos y mi Dolor  /  Capítulo 2  Fantasmas del pasado. | 14.29%
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Historia

Capítulo 2  Fantasmas del pasado.

Palabras:2715    |    Actualizado en: 13/09/2022

rad

por no lograr contener la impaciencia, soltó un bufido de pura molestia y era que hoy después d

él, pero a la vez muy molesto con su propio reflejo, odiaba verse a sí mismo y pensar en lo estúpido que fue al enamorarse de alguien que no merecía su amor; después

é entrar en mi corazón— masculló rompiendo el espejo con su puño cerrado antes de que su mente le j

shb

que Fernando la había traído a esa hacienda para qué se cansará y renunciara a estar con él, pero ella sabía que si quiere llegar a ser millonaria como siempre ha deseado debe mantenerse firme en su decisión y no entregarle a Fernando ese contrato que gu

— gruñó con los dientes apretados, y él la mir

estaba impregnado en toda la casa como si la misma fuera parte de ella y no le costó mucho encontrarla, ya que ella iba s

a dejado claro que no debían enamorarse después de lo que sucedió entre ambos y aunque no podía dominar sus emociones y sen

sitaba verte—, esos no eran sus planes, pero dejó que saliera lo que tenía

nuevo e incluso raro porque Fernando fue el que pidió que no podían enamorarse y ahora él estaba hablando como un hombre enamorado; sin

reley mientras reflexionaba en que debía tener su mente clara hasta que Alfonso decida darle su libertad, le costaba creer en las persona

de darse la vuelta con el fin de encerrarse a llorar por

¿qué coño fue eso?, a mí nadie me rechaza—, Fernando no evitó sacar esa parte ruda que posee y luego notando que había dicho algo indebido se a

viosa, miraba hacia fuera temi

tó sintiendo sus labios tan cerca que le a

ó pasando una mano suavemente por sus caderas con la cua

es la primera vez que me decido a luchar por el amor de una mujer

o la confianza en los hombres y ver cómo Fernando estaba ahí manifestándole que lucharía por ella, lo hac

ir ahora que sucede con Antonia, pero sí puedo asegurarte que ella no me interesa en lo más mínimo, som

, recuerdo que hace varias noches cuando la poseías cómo animal en celo, no

te vi besándolo en esa terraza, y muy diferente a lo mío con Antonia, tú amas a tu esposo y sé que lo vas a dejar por el engaño que has descubier

speras escuchar, esto fue solo sexo, nada de compromiso, tú

ujer que pienso, demuéstrame que aquí — pinchó su lado izquierdo del pecho sobre su seno —, hay un corazón

z mostrándose destruida y olvidando a Alfonso su voz iba subiendo con cada palabra—, cuando estoy contigo, es como si nada más importara. Esto... Esto…, —continuó haciendo un gesto que los incluía a ambos, — ¡no tiene nada que ver conmigo! Es como si me convirtiera en

a interesar de esta manera o tal vez me mentí a mí mismo porque desde el primer moment

lejar sus labios, pensando que ahora ella también era la segunda, en plan amante y que no tiene cali

únicamente sé mía— pidió él con un claro propósito y ese es buscar con más emp

sar de que ese beso se tornaba salvaje, Loreley no se a

del otro en su desesperación. A ella todo lo que estaba sucediendo allí como una vez lo soñó le parecía irreal,

asero, fue descendiendo por los muslos, y luego subió lentamente las manos hasta sus pechos y los acarició,

ando de su vestido para sacarlo, mientras que ella tiraba de su camisa con las manos temblorosas.

se acentuaba a cada curva que posee el cuerpo de su patrona, queriéndola para siempre a su lado, aunque aún no sepa con qué propósito. En cambio, ella abrió l

ocó una mano sobre la de Fer

a ronca por la excitación. — Dime que quiere qu

lo miró fijo a los ojos —sabes que s

e fugues conmigo, solo que ne

e a su lado podría ayudarla fácilmente a liberarse de su esposo, ya que posee el dinero. Aunque estaba muy consciente que ella no lo había dejado de querer del todo a su esposo sabía que la desilusión que sentía por él e

a ese hombre que siempre tenía esa labia seductora. Bajó las manos por los costados y la introdujo de bajo de la tanga a la vez que no

l flas

, para vivir el momento, pero también para no haber aceptado que Loreley entrara en su corazón con la facilidad que lo hizo—

entonces fue capaz de v

e al lavabo, donde metió la mano debajo del chorro de agua que creaba el grifo para dejar que el agua lavara cada ra

s internas que no me dejan avanzar» pensó melancólico,

invitados?, que eres un maníaco compulsivo— reclamó el

el manejo de la ira— le miró fijamente y el

os, cabello castaño claro, que ahora lleva un poco más largo, pómulos cuadrados, nariz perfilada, barba ligera que le da u

e atraviese» dijo Itziar en su fuero interno mientras seguía m

blanca que lo hace resaltar sus músculos, c

estaba bien con su vestuario, tal vez desalineado, pensó, por la manera en la que ella lo veía, pero en ese momento ella se le acercó saliendo de su ensoñaci

acostumbras a usar, — rió chistosa y acercó su nariz a la tela a la altura de su pecho y

y a mucho, per

¿cuándo dejarás de gustarme tanto?», pensó ella sin dejar de apreciar

iseñar ropa exclusiva para mí, descuidando su colección, parece que se ha cansado de ser una gran diseñadora, y derrochara la fortuna de mi padre — l

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