n jugar por las tardes en casa de Jasper en donde Elena tenía que soportar a dos niños pronto a hacer adolescentes,

rebatía diciendo que Tobías era un niño tonto con piojos y que nunca de los nunca jugaría con él. Con el paso de los meses Jasper y Elena se habían separado de sus antiguos juegos y solo compartían los deberes mientras tomaban un vaso de leche con galletas para que l

egunto Elena una tarde, mientras veí

r en bicicleta, papá

lejos, además hay bichos por todos lados y te vas a asustar-. Jasper entro a la casa y ella lo siguió, esa noche Jasper iría a dormir en casa de Tobías luego de vo

odiaba al niño de enfrente, pero dormir en otra casa que no era la suya le llamaba demasiado

e él. Este agarro su mochila y guardo algo de ropa que había dejado sobre la cama y luego bajo por las escaleras s

ablen -. Elena miraba a su hermano como un cachorrito y s

odiaba cuando él la llamaba por su diminutivo ya que solo lo hacían su padre y su hermano y para la niña él no pertenecía a ese

-. Le grito la niña, par

ecir que solo era una niña y que debía de entenderla, cosa que él a veces no hacía caso y le gustaba hacer que se molestara para ver como lo miraba enojada. Salieron de la casa en don

s trenzas o poner arañas de plástico en su almohada cuando iba de camino a la habitación de su amigo y cuando la niña tuvo un par de años más había sido ella quien comenzó a vengarse de él cada vez que iba a visitar y ayudar a la madre de Tobías, como poner picante dentro de las botell

y al cual le encantaba ligar con las porristas de la escuela. Este era conocido por ser un mujeriego, aunque Elena jamás lo había visto llegar con alguien a su casa o que utilizara a su hermano de tapadera para el caso y Jasper solía decir que si te forjabas una reputación tenías que defenderla a capa y

Tobías cuando sus padres salían por esos días seguido por el séquito de amigos descerebrados en donde la mayoría eran jugadores de baloncesto y de los cuales ninguno le daba la hora ya que solo la miraban como una más en el montón de gente que estaba en la escuela. Elena aprovechaba esos momentos en que se encontraba sola en casa para dibujar algo o ver alguna película romántica en la cual terminaba llorando ya que ella deseaba tener algún día eso que vendían en el cine, y ese vi

aba con cara de perro enamorado a una mujer rubia. -Si

damente en el sillón y coloco la película en pausa, esta se giró para en

u bata rosada, se suponía que esa era su noche y no tenía por qué recibir vis

ra echarte un ojo a ti y ver si a tu padre aún le quedan cervezas guardadas-. Tobías se levantó del sofá y camino con paso lento hacia la cocina, en donde saco del congelador un par de cervezas. Cuando

ras depositaba la cerveza en la mesa. -Estas ebrio y tus padres s

mientras se apoyaba en la en la isla de la cocina viendo como él se terminaba la cerveza. Tobías dejó la botella vacía al lado de la chica sin dejar de mirar

e jamás había besado a nadie y por inercia llevo sus manos al cuello del chico ya que su cuerpo le pedía sentirlo más cerca de ella. Tobías tenía el control del beso y de comenzar como algo suave, él lo convirtió en algo más erótico cuando acaricio con su lengua el labio de la chica haciendo que abriera su boca. Él sabía a cerveza y a algo mentolado, mientras que para él joven los labios de la chica se le hicieron algo adictivo y quería probar más de ellos. En el instante en que Tobías se apegó más al cuerpo de la chica esta pudo sentir c

ormalidad cuando se dio cuenta que este no recordaba nada ya que pensaba que al desmayarse se le había formado el cardenal a un lado de su cara. También la chica podía respirar m

y vio a su hermano en el marco de la puerta, la chica le sonrió y p

eso, Jax-le dijo ella jugand

í con papá, sobre todo ahora que él se pasa el tiempo con su nueva

ien aquí con papá y pase lo que pase en esta casa te mantendré al tanto- la chica lo tomo de la ma

zo. Iba a extrañar a su hermana pequeña, pero internamente se prometió que no iba a permitir