img El Prostituto (Placeres & secretos)  /  Capítulo 5 Capitulo dos | 9.26%
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Historia

Capítulo 5 Capitulo dos

Palabras:4355    |    Actualizado en: 17/01/2023

ítu

Ramona, alí

derecho. Escucho una música en la habitación, pero no estoy dispuesto a

con Ricardo sentado en la cama donde antes lo había

ras que por delante es castaño, casi parecido a un rubio, pero que realmente no lo es. Bien, dejémoslo en que es un castaño cla

te y a él nunca le ha agradado el tema de hacer ejercicio. Yo sí lo hago, creo que esa es una de las ventajas

morena y puedo verificar que tiene algunas pintas en el

r toda la habitación del cielo hasta traspasar la otr

refrigerador pequeño, pocos vasos, platos y cucharas, y algun

do a dormir, literalmente ahí duermo todo el tiempo, se me hace ms

s, algunos analgésicos, lubricantes, condones, juguetes sexuales, y ot

gar bebiendo una botella de agua. Suelto un gas y dejo la botella en la nevera y me dirij

apartándolo de los otros, y asentí

Giro la cabeza hasta tomar con mi mano derecha

lientes vienen hoy, cosa que es obvia solo que voy buscando mejoría, preferencia y quien pague o q

vas a

frente, ruedo los ojos para quedarme mirando a

el universo. No me apetece bajar allá a la zona del bar. Hay veces que la jefa Ramona está d

nos cosas cochinas siempre en modo de broma —¿Por qué quieres que me vista?, ¿no te resistes con este c

tal. No es para nada extraño que hablemos así o que bromeemos entre nosotros. Ricardo es una persona

ues no follas pero de todos modos, te guste o no, debes de pagarle a Ramona tod

quiero comer ⸺suelta con burla y yo dejo salir

recordando todos esos comentarios de mis clientes que d

ado? ⸺levanta una ceja

dólares aparte y lo veo con la intención de irse, pero evito que

Además de todo, a la jefa cuando no le pagan ella misma es

l vuelve a sentarse en donde estaba a la misma vez que me saca

o uno. No me gusta ponérmelos, me maltrata la polla cuando se me para y se

no caben en el armario. Tomo una que es liviana y de color negra, seguido

ra que me deje de arroparla con esa tela tan incomoda. Los bóxer y los sosten

egunta Ricardo, rodando los ojos. Segur

tengo que salir ya que en la calle si me voy sin ellos muchos chicos se me quedan mirando l

izo. Es un imbécil, nunca voy a dejar de recalcarlo pero es uno que me

los bolsillos, dejando los demás en la mesita de mi armar

antarse. Le extiendo la mano y caigo en su juego porque de forma desprevenida y veloz

rce de la risa. Sus carcajadas son bastante contagiosas

mon

eguro. No me da miedo nada de esto, aquí no es que somos muy unidos, pero sí nos respetamos y se sabe que si alguie

sin consentimiento del dueño de la habitación dinero y se dieron cuenta de que fue ella, le fue mal porque trabajó para

os diez pasos adelante la voz de Mónica, una de las mujeres qu

ite algo urgente porque con lo único que viste son con unos pantis. Sus pechos están al descubierto, n

o y le pregunto a la misma vez. M

o de los dos? —se ve en apuros y

—pide R

en su cara —Es que el hombre con el que estoy ha intentado abrir uno con los d

mi colega mientras qu

oto hasta donde tengo los paquetes de condones que nunca me faltan y vuelvo hasta don

etira dándome las gracias. Sigo caminando por el largo p

mi brazo derecho hasta rodear su cuello y que finalice

—me re

una follada

y empezamos a ba

da, llega hasta abrir más los ojos para que parezca más confuso —¿Entonces quiere

o que yo más tengo son clientes que quieren mi ri

ulación que va acorde c

he ganado hoy c

xclusivo y duradero, así que tuve que rechazar siete citas y aceptarla a

un poco más para cruzar la puerta de hierro y después el teló

o que siempre me ha dicho, aunque creo que esa regla debe

ioso de vez en cuando, co

das, R

, así que ambos la deci

más de cinco pe

o idiota no puedo dejar de admitir que es un imbécil, pero uno que se ha ll

a cumplir los dieciocho, de todos modos, Ramona se dio cuenta y em pidió todas mis cosas reales y par

das, que viejos asquerosos me den nalgadas por el culo pensando que soy uno de esos que se prostituyen. Ahora sí lo hago,

e encuentran bebidas para verificar y sí lo son, pues a esta hora pocos vienen. Esto se enciende de esos de la siete hasta las cinco de la madrugada. Ya a las seis

? Tengo un humor terrible y lo únic

o caminar con los ojos puestos en unos billetes de dinero. Lo está contando y p

ientras Ricardo y yo la seguimos hasta la barra. La música por suerte no está t

nde y los toma con una velocidad que pareciera que es comid

mueve los dedos de la mano en

cabeza que su cara, la expresión que pone, no

é te pasa? ¿A parte de la menopausia te llegó la part

ca el dedo de en medio. Junta mis dólares con los

en la barra del bar, no sin antes quitar los v

do el fajo de billetes, pero alza la mirada y le pide a Ricardo que

niega, di

do me andas pidiendo favores.

ve, que estoy ocupada,

ntrar por la cortina y colocarse donde mismo está la jefa. Él busca el tequila, el

el hombre cree que con él y le hace una seña de qué pasa, Ric

neta es que yo para cobrar no me fallan los números, te lo juro que no, es

de más para que le puedas pagar si le debes. Y eso, que si te ve hasta con una moneda en la mano me la arrebata. Si no le pagas

s dedos temblando mientras cuenta? ¿A quién

hizo ese comentario burlón. Vuelve a pasar dólare

en los dólares y cuando la levanta puedo ver un brillo en

a ll

a ll

o preocuparme en

s narcotraficantes sacan a

e. Agarra los dólares, pero eso no evita que ella le dé un golpe y los estrell

temilla ese sobre el narco, he visto muchas series y cosas propias que me ha

hisme. Ella sigue en silencio sin decir nada por uno

r su dinero, ya sabes, yo se lo guardaba y ella me daba una comisión, y maldita sea, pensé, no sé, que se iba a morir, q

o que quiero reírme, aunque me atemoriza hacerlo, una risa en un momento inoportuno frent

ose también en la barra y echando los vasos que a

lo que le pase al viejón ese, pero es que se me va —comenta como si lo que dice es lo peor

no es formal y apropiada para lo que era su trabajo. Ella es una mujer joven, no tan vieja, de los treinta y

é tal está usted? —Ricardo le sonríe y le dice que está muy bien. Lula se acerca más hasta llegar a Ramona, miro a

darla porque empieza a sacar dól

s menos por decirme señor

na de que quiero hacerlo, sin embargo, la dueña y jefa me mira,

o, así que no creo que mienta —. Y créemelo, que a ti mismo te quiero s

detiene, me imagino que así mismo se detuvo su corazón. Supo qué decir para continuar —Señorita, distinguida y hermosísima señ

e que tiene un esposo que vive en un campillo lejos de la ciudad y que lo ay

cabeza para no reír. Veo por el rabillo de los ojos que le pasa los dólares completo, entregando los que

ndo como Lula toma el dinero y lo echa en su bolso —,

empo con nosotros y siempre ha estado con los delirios y enojos de Ramona. Se ha quedado

n su físico. Es un poco obesa, no mucho, y sí le dicen que es obesa te quita cien dólares.

no seas tan…

ras me dice esas palabras —. No puedo darle más din

costar diez dólares. Sí, para todo con Ramona es dinero. Una vez vio llorando

r de frente —, con solamente la pobre de Lula soportar

se de brazos y mirando a otro

rle algo, al me

lo que intentamos hacer. Tengo que estar seguro de que ella l

e… —ruedo los ojos, de verdad que esta

—farfulla Ricardo,

vuelvo a interveni

misma sabe que tolerarla no es fácil, y menos Lula que siempre estuvo para ella —Okey, te voy a dar cien dólares, pinche pendeja, pero escú

garganta. Ramona me mira, desafiante y yo me quedo en silencio. Le da el dinero a Lula y la segun

ión de correr, pero la det

poco lejos, justo l

consentimiento! —reclama, dándome con las palmas de sus mano

opl

ocio, el: Dame mis

silencio como p

bueno, pero no, e

pregunta

y pues las hace bastante barata —ruedo los ojos y me salto por la barra de bebidas, escuchando

*

sociales:

ook Facebo

carlosm

: noso

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Contenido

Capítulo 1 ADVERTENCIA Capítulo 2 REGLAS DEL CLUB Capítulo 3 0 Capítulo 4 Capitulo uno Capítulo 5 Capitulo dos Capítulo 6 Capitulo tres Capítulo 7 Capitulo cuatro
Capítulo 8 Capitulo cinco
Capítulo 9 Capitulo seis
Capítulo 10 Capitulo siete
Capítulo 11 Capitulo ocho
Capítulo 12 Capitulo nueve
Capítulo 13 Capitulo diez
Capítulo 14 Capitulo once
Capítulo 15 Capitulo doce
Capítulo 16 Capitulo trece
Capítulo 17 Capitulo catorce I
Capítulo 18 Capitulo catorce II
Capítulo 19 Capitulo quince
Capítulo 20 Capitulo dieciseis
Capítulo 21 Capitulo diecisiete
Capítulo 22 Capitulo dieciocho
Capítulo 23 Capitulo diecinueve
Capítulo 24 Capitulo veinte
Capítulo 25 Capitulo veintiuno
Capítulo 26 Capitulo veintidos
Capítulo 27 Capitulo veintitres
Capítulo 28 Capitulo veinticuatro
Capítulo 29 Capitulo veinticinco
Capítulo 30 Capitulo veintiseis
Capítulo 31 Capitulo veintiocho
Capítulo 32 Capitulo veintinueve
Capítulo 33 Capitulo treinta
Capítulo 34 Capitulo treinta y uno
Capítulo 35 Capitulo treinta y dos
Capítulo 36 Capitulo treinta y tres
Capítulo 37 Capitulo treinta y cuatro
Capítulo 38 Capitulo treinta y cinco
Capítulo 39 Capitulo treinta y seis parte 1
Capítulo 40 Capitulo treinta y seis parte 2
Capítulo 41 Capitulo treinta y siete
Capítulo 42 Capitulo treinta y ocho
Capítulo 43 Capitulo treinta y nueve
Capítulo 44 Capitulo cuarenta
Capítulo 45 Capitulo cuarenta y uno
Capítulo 46 Capitulo cuarenta y dos
Capítulo 47 Capitulo cuarenta y tres
Capítulo 48 Capitulo cuarenta y cuatro
Capítulo 49 Capitulo cuarenta y cinco
Capítulo 50 Capitulo cuarenta y seis
Capítulo 51 Capitulo cuarenta y siete
Capítulo 52 Capitulo cuarenta y ocho
Capítulo 53 Epilogo
Capítulo 54 ...
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