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Historia

Capítulo 4 Reino del terror

Palabras:2304    |    Actualizado en: 04/03/2023

saliera herido», pensé con irritación mientras veía a Andrew presionar el bot

i mejor amigo en tono tranquilizador

ía estado chocando múltiple de vec

nándome desde que le dijer

ocupado, más que nada porque conocía con p

ortar unos días más, y ya no ten

aba perfectamente la mirad

vengarse de mí—dije, mirando a los ojos claros de And

no lo

ceño sin c

regunté ponién

o. Cuando lo hice, mi mejor amigo me siguió de cerca y ambos nos apoya

esta sucursal y ha pedido que quiere

a movilidad de todo

oman como si fuera a

me miro

er no quiere decir nada en concreto hasta que

s dueños? ¿

de Richard, el otro es un m

omprender que realmente no importaba quien fuera, lo

car mi celular de mi bolso, fue que observé que era mi mamá qu

ió mi madre sonando ent

l ceño fruncido mientr

sa a

S

¿están bien? —p

e. Pero mi madre se oía tan fuera de sí misma qu

rápidamente—, o sea,

—dije mientras me dejaba abrazar por Andrew, y

caba de decir Johana que has renunciado a

í,

e acaso no ves

r nada. Mi mejor amigo solo me articuló c

ue te angustia no saber t

or qué te fuiste a tr

í el

ué tiene de ma

To

abrirse y yo tenía

tengo q

esp

mente de Andrew y

uy importante, es incluso mejor que en la otra

ema. Es solo que las pers

o mi jefe es alguien increíble—hice una mueca al tener que me

riñ

usties por mi nuevo trabajo—dije, llegando al fin a mi escritorio y empecé

er

. En unos días

tiempo que vi al señor Eas

días,

s días

frente de mi

terminado l

ntras rebuscaba en mi bolso y sacaba la

lta para entrar a su oficina. «Se dice gracias, imbécil desagradecido», pensé al

empresa y aunque muchas deseé decirle muchas cosas a su maldita cara curtida, decidí no hacerlo. Sin embargo, eso no significó que me

amigo, también me acomp

a sonrisa cuando se dio la vuelta en el ascensor, y por mera cortesía, le enseñe el dedo de en medio antes de las pue

lado, se e

niña? Ni siquie

emente mient

a tenía guardada

una de las dos se

renta años, pero que en realidad aparentaba de menor edad y

ces? ¿También l

ondió so

unté al darme cuenta de que no me

espués darse media vuelta. Justo a tiempo para responder a

, me hizo sonreír abiertamen

ntinuó diciendo Martha—. De

ión, Martha darse la vuel

ia. Al parecer están ans

s ojos

? ¿Hice a

ó a negar co

conocer a la chica que le quito a

í de

sonrisa, para luego darme la med

una puerta oscura y donde tenía una t

solo entro? —pregu

tes y de cabello

pasarás tan pr

O

la lentamente. Por una extraña razón, sentía que m

í la

lpe al ver al inter

mientras volteaba a

lla no me v

pantalla de la computadora—. Al señor no le gusta espe

esito para hacerme dar un paso

ia había te

uno de los sofás que estaba a un costado de la puerta. Por lo que pude observ

unos cincuenta años, y que, a mi punto de vista, ten

vez, y le t

yo. Me llamo J

gos? —cuestionó el hombre

isc

se rio l

en el que había estado sentado—, pero tengo una filosofía que mientras más l

ientras m

na buena fil

el hombre enfrente de mí, son

está

cerla, me han habla

ijo aquello, me h

erio?

upuesto—respondió riéndose m

, c

pero había algo raro

gonzando—, realmente no tengo ninguna mala intención. Solo quiero

razón de mi estadía en est

o, señor Ric

ieros sospechosos en uno de los depósitos de la empresa, hasta el momento de cuando d

rando con una expresión de admiración—, realmente no ten

o podía quedarme

hard me sonr

y dejará que siguieran robando, y tú hi

aci

imiento, te i

s ojos

Realmente no t

o in

té de in

ice, pero realmente no es así, solo cumplí con mi

que estaba a punto de correr po

mbién y empezó a dirigirse a su escritorio—. Per

y nece

lo va a agrad

comprender que inte

a en mi rostro y con un cheque de seis cifras. “Es solo el uno por

decirlo, lo p

que acababa de pasar, saque mi celul

ó de in

go, hermosa?

amente rumbo

en mi voz—. Es solo que quiero salir co

to, hermosa—escu

orqué se escuchab

a dejar así! —dijo una mujer sonand

nena, pero t

vayas—pidió—. ¡Dijiste

elular cuándo me percaté de que había estado

idamente—, sigue en lo tuyo

de in

y apenas llegué a sus puerta

An

mos? —preguntó

ida con la despreocupa

oné sonando incrédula—. Olvída

miga se ec

a, hermosa, tú lo e

r lo tont

s frases es que todos siguen

imp

N

A dónde vamos? —

ra estás

uto—respondió

con una sonrisa en mi rost

un i

el idiot

ivamente era el idiota

a dirección

e veo ahí

mo título y solté una sonrisa como siempre lo hacía cuando lo veía. “¡Salida de Celebración

cas pusieron sus res

me la vuelta, observé que el señor Richard me estab

pedida con el che

solas en e

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