img Deseo Restringido  /  Capítulo 3 Carpeta roja | 7.50%
Instalar App
Historia

Capítulo 3 Carpeta roja

Palabras:2532    |    Actualizado en: 03/03/2023

ignificaba que era hora de irse a cas

el monitor de la computadora. “No me pidas otra cosa más”, rogué a mis adentros. No obstante, supe que mis plegarías no fueron cont

irstón—me l

er una mueca al escuchar el chirr

e, con

ra lo mejor que podía hacer para evitar ser despedida en mi primer día de trabajo si decía algunos de mis comentarios acertad

a mi

ío de su secretaria—: Pero la seño

a, Mi

té de in

o, señor

y caminó de regreso a su oficin

que ocurría en mi hora de comer, pero el señor Eastwood había insistido en que necesitaba realizar algunas cuentas urgentes que no tuve tiempo, ni siquiera para salir de mi oficina. Sabía que podía que

nificaba que estaba libre, pero al parece

de cabeza se estaba aproximand

ando entré a la of

mi jefe conforme avanzaba por la oficin

que el señor Eastwood se veía más tenso

or Ea

feliz. Ha obtenido

e se refería realmente. Pero por

señor, yo no

me jubiló—declaró

lici

lteó a ver de

algunos compañeros de área quedaron impresionados con tu hazañ

viso, era u

para decir que lo estaban corriendo de su puesto. Fue cuando entendí s

Eastwood, mi int

un momento, y miró mis ojos de forma directa—.

ias,

ó y fue hacia

alance general de la empresa. Necesito

¿es s

, depe

y sorprendida porque

listo en

ero par

s ojos

er

na, M

esperando dentro de mí, que mi jefe no me volviera a llamar para otra cosa que necesitaré. Para mí bu

suspiro d

la carpeta que tenía en mis manos. Era extraño que

bilo, volví a recordar

a, intentando n

tenía traba

e cuenta de que me esperaba u

n una posición sentada y mi mente concentrada en revisar el

en mi muñeca y vi que ya

ue que estaba a un

cansancio que mis ojos empezaron a cerrarse de forma automática. «No te duermas», me regañe a mi misma. Sin embargo, antes de decidier

gemido

anzaba un gemido de placer—,

una risita de diversión un poco lasciva. Dándome a e

nr

ate,

y se inclinó para

y continuó con un susurró llenó de promesas malicio

lor se iba calmando. «Andrew era muy bueno con esas manos, de eso no había ninguna duda», pensé al mi

uando claramente sabía que su cel

star? —cuestioné s

nór

re Beatriz. Ella no dejaba de decirle “te amo” a mi mejor amigo en cada oportunidad que tenía. Su intensidad asustó a Andrew un poco. Su dilema, hizo que me acercará a él mucho más, y le dije que la única forma de que la chica comprendiera que ya no quería nada con ella, era que simplemente la bloqueará de todas sus redes sociales. Sabía que tarde o temprano, Beatriz iba a tener que rendirse. Pero en vez de dec

psicópa

igos y con una lengua sin control, fue la primera en hablar y empezó a vernos a Andrew y a mí con una sonrisa maliciosa cuando les terminamos de contar todo. “¿Y si se hacen

comentario y también un tanto enojada porque no estuviera tomando el problema con

una mirada tan intensa que, por un momento, creí haber preguntado algo transcendental. “Si, eres mi amiga”, había sido la respuesta de Andrew con lentitud un tanto deliberada que parecía dar a e

ue mirar a las chicas, y todas ellas, se nos quedaban viendo como si acabarán de pr

os hablando de algo serio”,

a de la laptop, nos había dicho con seriedad,

jo con actitud despreocupada mientras colocaba su brazo alrededor de mi cintura y

implemente desapareció. Sin dejar rastro. O al menos

ese tema

r demasiado insistente, Andrew colocaba la melodía del

lo delicioso que sentía la forma en que Andrew movía sus manos sobre

manera. Ella es b

Es solo que…—me detuve—, deberías de hab

e exp

a ent

w sus

bolsillo para después tendérmelo, sin embargo, antes de que lo tomará en mis manos,

rdé de nuevo a Alina y sup

observé a los ojo

ie

mi mejor amigo con una sonrisa, pero un br

sentido de precaució

té la

pero está vez, presionando un poco más fuerte que

placer mientras cerraba mis

? —La voz de Andrew sonaba más profunda y g

ento me recorr

n poco

te y empezaron a bajar un poco por mi e

lo q

anos de Andrew

igue así,

—escuché a

ada. «Mierda, se me había olvidado la ll

taba separado a unos centímetros de mi rostro. Y

parece…—intenté decir. P

de puta. Espero que les dé

la l

iste ap

se echó

Pero te conozco

ioné, alejándome de sus manos y volteé mi

l, por hacernos simular una escena qu

el respaldo de la silla y me quedó

sí he notado muchas cosas que hace

erré m

eso

Andrew creci

ruidosa,

jadeando de ma

o es c

ó lent

pocos centímetros de mi rostro y susurró de forma lenta y con

e a los ojos, sintiendo un p

uvo la mirada po

lectricidad. Sentía como mi piel se sentía caliente, ansiosa por ser tocada. Incluso mi

es a tu la

ojos en

Co

y desvió la vista a los pape

eres que te acompañe hasta que termines

y, aun así, se ofrecía a realiz

é varia

ar. También tiene

ás se

ojos

S

acercarse y besar mi frent

as no

se al pasillo donde estab

a de pasar. «No pienses en eso», me dije mientras cerr

retomar el trabajo. Como si nada hubiera pasa

aba como

rm

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY