archivo, tienes días acumulados de vacaciones. No es bueno que no te los tomes. Es contr
o, me alimento bien, salgo a correr cuatro veces por semana, entre otras rutinas de ejercicio
través de sus anteojos mie
¿cuál e
lar en mi profesión
o? No debes pe
erfecto est
ue eres adicta al trabajo y que estás manifestando sig
olución. No quiero dejar de ir al trabaj
de aquí, desde mi ordenador. Estoy en línea, sabes eso, ¿verda
por l
cómo te ha ido. No dejes de venir a terapia. Te ha
tificado y
sta la seman
su consultorio. Para ella era más dinero en su bolsillo.
decisión de la terapeuta y me comunicaron que organizaríamos algo en mi apartamento para que no me sintiera tan sola. Luego ellas escribieron en el grupo en donde estábamos todas
captaba mi atención. Observé el apartamento y me puse a ordenar. Limpié y organicé las alacenas. Cuando finalicé salí
recibí emojis
é hacer con tu tiempo li
a cocinarle a mis h
e te relaje, Abi, sigue
as dos horas dentro de la cocina rogando que ese plato quedara como se suponía que me te
nté a comer y lo devoré en segundos. Agotada
mañana como todos los días? ¿Cómo que sonó la alarma? ¿No había soñado nada? Bueno, sabemos q
inau
re fui como una máquina. Una vez que me despierto, no puedo volver a dormir. Necesi
las sugerencias que salían en las búsquedas. ¿Quién en su sano juicio había escrito esas notas? Bueno... quizá, en algún momento de desesperac
comencé mi ru
uno y mientras comía me puse a buscar en mi móvil: "fármacos para descansar mejor". ¿Rozaba la drogadicción? No lo sé. Quizá una pequeña ayudit
on un profesional. Fui a
cando algún medicamento
as, señorita. ¿T
e cuesta conciliar el sueño a vece
buscando en los estantes-. Tengo estas opciones -señaló-. Puede
go quizá como dia
Si quiere llevarlo hoy puedo darle
ción, era lo mejor
e -dije, ofreciendo mi
seo por el parque y almorcé en un restaurante muy bonito al que
acéutico. Lo bebí y cené. Me acosté en la cama y procuré no usar mi móvil, pues hay estudios que afirman
donde no había estado nunca. No sabía cómo había llegado allí. Oía el ulular de lo
e condujo a otras puertas. Elegí una puerta y
era lo correcto, y mientras lo hacía, escuché una voz que
acostarte con é
té que era alguien extrañamente familiar, pero a la vez, algu
ién
momento, p
de todas formas no
recordaré luego?
ten en que no lo haga. Siglos y siglos de aburr
de la cama, parán
dijo, extendiendo su mano
mano, para no herir sus sentimientos y antes de que nuestr
ste!
e lla
Quieres acostar
está d
lo están. Ese
lo -dije, o
ano, Adriano, Abigail. Mucho gus
tura de mi rostro y al abrirlo sopló. Una nube de polvo dorado me baño. Luego, se volteó
en mi esa nube dorada, pero no m
é su mejilla y comenzó a moverse
a -d
a, b
Puedes decirme
bre es
ue había dicho
o? -pr
razos y me echó hacia atrás, haciendo que me recostara a su lado y me dio
es que quiera dejar de hacerlo, pero
quiere
si él era un hermoso sueño, cuando sonó la alarma
ia tarde, y luego de una intensa mañana de hacer ejercicio, salir a cor
perté era tardísimo. Era evidente que la dosis que había consumido de
algo rápido y volví a meterme en la cama, pero estaba claro q