más fuertes a mí alrededor. Las ramas se agitaban con el viento, acompañando su movimiento con las risas

rave en la caída o no. Lo único que en esos instantes quería con desespero, era protegerme po

tido, quería que se marchara, pero entre más lo deseaba sentía que más se aproximaba su voz, estaba allí tras de mi podía percibirlo sin necesidad

ndome de pies a cabeza con su linterna—. ¡¿Por qué te qued

ente nada, era una pers

l! Menos mal traje un botiquín, te cargare al l

evitar, cerré mis ojos agradecido de que hubiera aparecido en el momento correcto. Mi respiración entrecortada continuaba ata

aquellos ruidos dejaron de existir, se disiparon por completo a su

suelo con el ritmo del viento, me dejó cómodamente sobre una piedra, mientras encendía una improvisada fogata

bufó limpiando la herida

que iba de una esquina a otra de la misma, formando una línea irregula

mucho por ahora, mañana estarás mejor, gra

í que no necesito desperdiciar dinero en es

volvía todo a la pequeña cajita que era su botiquín—. No vue

una mirada fiera, que él me devolvió con cierto

daba una noche despejada, lo único que se veía eran pequeñas estrellas y una hermosa lun

muchos amigos

que todo lo que salía de su boca era demasiado cierto, tanto que comenzaba a ponerme el cuerpo a flor de piel—

u propieda

partir de hoy, hasta el día q

to? —pregunté fingiendo

ctame

—farfullé poniendo mis ojos en blanco—.

as hamburgu

er cosa e

ecía, no me perdí ningún detalle de sus palabras, me contaba un poco afligido sus experiencias cercanas a la muerte, las vec

n él, y saber aún más cosas de su vida, descubrir todo lo que sus falsos amigos no habí

u hombro y Kilian acariciaba mi cabello con cierto nerviosismo, com