—pregunta Iris, tratando de no

mbre que era treinta años mayor que ella. Lo que más le sorprendía era qu

e qué se trata todo esto. Robert tiene buenas intencion

gos? —pregunta, anonadada. —¡No quiero escuchar nada de lo que tengas

completo desconocido, discutiendo un tema que le parece tan absurdo como decir que los cerdos vuelan. ¿Qué clase de hom

casarse con ese hombre, no le gener

a buena explicación a todo esto —su madre co

lograban ponerse de acuerdo, porque a ninguno le gustaba ceder. En esta ocasión, no iba a ser po

r. Tengo a penas dieciocho, ¿Cuántos tiene este señor? —señala al susodicho que se ha quedado de

la oportunidad, la noticia le ha caído demasiado mal y no qu

í que puedes ahorrarte tu discurso, padre,

, ni qué hacer, solo quiere irse de ese lugar, de esa enorme casa que no hace más que

a casa porque su bolso está en el auto y no tiene dinero para tomar un taxi. Además, caminar

isfruten las baldosas frías que marcan un

onista es un sujeto más o menos de su edad, dulce y que le gusta, no un señor casi en sus cincuenta, con una mirada y un

a todo mi jardín? —una voz

el teniente ha venido detrás de ella y la m

niente? —pregunta

vestido tan hermoso —le sonríe, pero otra ve

? ¿No tiene una f

le importa. Después de la locura del despacho, lo último que quiere es e

hí dentro, que no me imaginé de lo que fuera capaz. Tiene un carácter muy fu

el corazón de Iris late asustado. Tiene miedo d

cha sin tener a dónde huir, porque a sus

de el momento en que mis ojos se posaron sobre usted y quiero que me co

uerpo de la muchacha, dejándola cohibida,

l final es un desconocido y merece respeto —entre usted y yo la diferenci

te, pero por suerte, él no lo to

a y eso la perturba más. Él se inclina y le oculta un mechón de pelo detrás de la oreja. —Además, no

racias por la invitación y la

harse y él se aparta del

a no tendrá carencias en su tratamiento y que tu viejo no tendrá que trabajar tanto. Podrás estudiar

entadora la idea, pero el matrimonio era algo demasiado sagrado para