bol en aquel inmenso parque. Yo estaba sentada mirando el panorama y ella tir

sin preocupaciones. Aunque es entendible, de c

terminar. Ella me decía que nunca le gustó la escuela. Siempre me causó gracia como lo decía, y a

arse la baba de la comisura de sus labios, se había quedado dormida

ste —le solté y pegué una carcajada que se escuchó a varios metros a la r

o lo mismo, debes ahorrar energías para lo que falt

nté mientras me incorporaba y ella hacía lo mi

n reparo al saber a qué lugar se refería. Mi incomodidad se notó al instante, o ¿acaso era otra cosa muy di

ero en realidad no sabía por qué exactamente. Acaso ¿me incomodaba saber que probablemente Fabio estaría ahí? Pero ¿Por qué pasaría es

sación, entre emoción y duda. No tardé mucho en llegar y aparq

llaves y ponerlas en mi bolso, no pasara otra v

anta, quería que disfrutara de la vista, aunque

estaba haciendo? Acaso ¿buscaba a Fabio? Sacudí la cabeza, negando todos esos pensamientos,

cuál es? —me pregunto Emily en vo

visto hoy no vino a trabajar —le

na? Que chico tan hermoso —lo dijo con sus expresiones tan

ocina me quedaba de espaldas a mí. Me sentía nerviosa, ¡diablos

cuando terminé —le dije con un toque de decepción, aunq

a acá —dijo

con amabilidad, ¿pero qué diablos? ¿Acaso estos dos se olvidan que estoy aquí? Est

or? Y en un momento ordenamos —. Volteo la mirada hacia mí, como si no se hubiera dado cuenta de mi existencia, asintió y

disimula, te quedaste de babas con el chico, creo que h

a se quedaría como boba ante ese espécime

lguna sugerencia, le dije entre qué platillos podría escoger, yo estaba igual in

siones que había venido pedía un platillo diferente cada vez,

seguían en lo mismo. Par de pervertidos, “ya vayan a un h

al vapor, por favor, ¿y tú Emily? —sí, sí, se lla

—le dijo el mesero con la voz

—¡Quiero un espagueti a la boloñesa porfa! —por fin completo la frase, yo solo me

salió por nuestra orden, no d

sacarte a dar la vuelta porque lo dejas a una en ver

iradas de complicidad de estos dos, después pasamos a degustar, de verdad esto es tan delicios

tiramisú, lo cual nos sorprendió bastante, ya que nosotras no pedimos eso. Ah ya, debe

gunté, obvio c

casa —dijo sin dejar de mirar a Emily.

tono provocador, mirando a mi amiga,

ervilleta —anda dale tu número, ya no soporto que casi se f0llan sobre la

bre la charola y le dio una mirada cómplice a su nuevo a

nuestra parte? —de verdad era para ag

ctamente, si quieres —di

esa voz