on nanopartículas de grafeno resistente, que no solo ayudaban en el esteticismo de la misma, si no más bien, otorgaba a los inmortales un rendim
o estaba atiborrada de soldados, que en cuanto observaron a Ofaniel bajar del aeromóvil, se pusieron en fila inmediatamente pa
presupuesto suficiente para ello. Cada paso firme que Ofaniel otorgaba, se convertía en un baile oscuro conformado m
nmortal, el camino fue m
go largo, cuya tela especial los protegía de los múltiples ataques, que recibían por parte de las profusas criaturas del universo y unos pantalones negros, que les permi
recerle respeto a su comandante. Dieron unos cuantos pasos atrás y el castaño admiró la puerta desgast
su jerarquía. Su importante cargo le daba muchas facilidades en su existencia, cosa, que a pesar de su conmoc
planeta. Ese día, la chica asistió al palacio con urgencias, pues se le presentó la notific
da de una joven inmortal, cuyos deseos de obtener la corona estaban implícitos desde que la familia Zindako, una de
Azael Glessel, fuese el emperador, hasta que los Wyndham reaparecieran. Lo que nadie
movimientos como reciente soldado de las fuerzas celestiales, sin embar
mostrar a todos su reputación celestial. Aparentemente, Ofaniel salvó a la chica de un ataque, y como recompensa de aquel valiente acto, ella lo nombró como el comandante al que todos aspiraban en el planeta. Él permaneció perplejo por unos segundos, no entendió la orden de l
cuestionar en las consecuencias políticas del planeta, solo siguieron ordenes sin protestar aa régimen diferente del que estaban acostumbr
evastada por la aprensión abrupta de su madre. Cuando él intentó liberar a Anna, le sentenciaron a un terrible castigo,
tabilidad de otros, así que no dijo nada. Escondió la
funda. Sintió la mirada de los
r de ser juzgado por ese simple movimiento. Ignoró a los
por el aire, a pesar del cansancio que se respiraba en el atardecer casi inexistente. En el centro, había una
r a sus soberbios oponentes, no obstante, ambos carraspearon en seco. Con su intrépido y burlesco carácter, el a
olor oscuro como la misma noche, ojos feroces con matices atigrad
ostró su procaz so
rte Ofaniel, me han hablado m
disfrutaba la idea de escuchar su nombre en
grada las burlas a tu prese
ex animo», pe
las cuales, destacaban aquellos dueños de la mente, como Angel, el ágil magister ex animo, quien, con su poder, podría amedre
er mis pensamientos cada que ha
osos, siempre se atribuían el éxito por su poder y se burlaban
nfarroneó-, pero si gustas, déj
nca va a suceder. Individuos como tú
zo más lujoso. Espero que me traten mejor que
traten como si fueras em
ir que llegué aquí para ayu
s un héroe patr
el rodó
e, sabes que soy inocent
oso del robo, que la misma empe
Porque no te veo muy convencido de conocer el objeto
untó por la insistencia de la emperatriz en recuperar, a lo que ella aludió, el objeto robado. Ni siquiera sabía si
a -comentó el
mi mente! -gritó Ofaniel-
le pedí a Natalia y Cinthya que te mostraran. Pero al igual como les dije a ellas, yo
ón fuerte en su garganta, tra