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-Nuestro amor nos llevará a terminar como Romeo y Julieta. - ¿Juntos? - ¡No! Muertos. -Tú siempre tan romántica. -Y tú, tan estúpido. -Ya hablo doña perfecta. -Aunque te cueste reconocerlo, así que no pienso seguir perdiendo mi tiempo contigo. Me retiro antes de que se me pegue lo malo, con permiso joven Sanz. -Hasta nunca B-R-U-J-A fea. Espero que choques en tu escoba voladora y te destroces el rostro para no volverte a ver la cara de mustia amargada que tienes. -Qué tus buenos deseos se te multipliquen insecto -grito la chica al salir corriendo de la casa para tratar de llegar lo más pronto a la parada y alcanzar el último autobús que la llevaría de regreso a la Universidad de Barcelona, donde estudiaba. Esto era tan solo una pequeña pelea a la que se tenía que enfrentar cada vez que se encontraban en la residencia de la familia Sanz o donde coincidieran, en donde había sido contratada como niñera del menor de los hijos de la familia. - ¿Podrás algún día dejar tranquila a "Mi Vale"? Sigue por ese camino y me voy a asegurar que papá te quite todas las tarjetas, congelé todas tus cuentas y de pasada te ponga a trabajar para que dejes de estar molestando a mi chica. - ¡Mocoso! Nadie pregunto tu opinión, ¡Cuidado y abres la boca o me desquitaré contigo! Deberías de estar de mi lado y no de un espantapájaros como ese que no es parte de tu familia y a duras penas conoces. -Mira, quien habla, el chico más estúpido que puede existir en toda la ciudad, si no fuera por tu cara bonita, nadie se fijaría en ti. Te aseguro que en esa cabeza no hay ni gota de masa encefálica de la cual puedas presumir como ella. - ¡Basta! Lárgate a tú cuarto o voy a acabar contigo en menos de un segundo. - ¡Huy! Ya se enojó el niño bonito. Te estaré vigilando, no vuelvas a molestar a Vale. Si ella se marcha por tu culpa, me aseguraré de cumplir todo lo que te he dicho y sabes que no bromeo HER-MA-NI-TO. ¿Quién se atrevía a desafiarlo de esa manera? ¡Claro!, otro Sanz, uno que por lo menos conocía el amor y respeto a las personas sin importar su clase social o personalidad. Para este chico todas las personas eran iguales, hasta que demostraran lo contrario.
-Nuestro amor nos llevará a terminar como Romeo y Julieta.
- ¿Juntos?
- ¡No! Muertos.
-Tú siempre tan romántica.
-Y tú, tan estúpido.
-Ya hablo doña perfecta.
-Aunque te cueste reconocerlo, así que no pienso seguir perdiendo mi tiempo contigo. Me retiro antes de que se me pegue lo malo, con permiso joven Sanz.
-Hasta nunca B-R-U-J-A fea. Espero que choques en tu escoba voladora y te destroces el rostro para no volverte a ver la cara de mustia amargada que tienes.
-Qué tus buenos deseos se te multipliquen insecto -grito la chica al salir corriendo de la casa para tratar de llegar lo más pronto a la parada y alcanzar el último autobús que la llevaría de regreso a la Universidad de Barcelona, donde estudiaba.
Esto era tan solo una pequeña pelea a la que se tenía que enfrentar cada vez que se encontraban en la residencia de la familia Sanz o donde coincidieran, en donde había sido contratada como niñera del menor de los hijos de la familia.
- ¿Podrás algún día dejar tranquila a "Mi Vale"? Sigue por ese camino y me voy a asegurar que papá te quite todas las tarjetas, congelé todas tus cuentas y de pasada te ponga a trabajar para que dejes de estar molestando a mi chica.
- ¡Mocoso! Nadie pregunto tu opinión, ¡Cuidado y abres la boca o me desquitaré contigo! Deberías de estar de mi lado y no de un espantapájaros como ese que no es parte de tu familia y a duras penas conoces.
-Mira, quien habla, el chico más estúpido que puede existir en toda la ciudad, si no fuera por tu cara bonita, nadie se fijaría en ti. Te aseguro que en esa cabeza no hay ni gota de masa encefálica de la cual puedas presumir como ella.
- ¡Basta! Lárgate a tú cuarto o voy a acabar contigo en menos de un segundo.
- ¡Huy! Ya se enojó el niño bonito. Te estaré vigilando, no vuelvas a molestar a Vale. Si ella se marcha por tu culpa, me aseguraré de cumplir todo lo que te he dicho y sabes que no bromeo HER-MA-NI-TO.
¿Quién se atrevía a desafiarlo de esa manera?
¡Claro!, otro Sanz, uno que por lo menos conocía el amor y respeto a las personas sin importar su clase social o personalidad. Para este chico todas las personas eran iguales, hasta que demostraran lo contrario.
Desde que se conocieron, Valentina decidió ignorarlo por salud física, mental, emocional, territorial y todas las razones habidas y por haber en este planeta tierra, y sus alrededores «un poquito exagerada la niña, pero bien por ella».
Los chicos lindos como Adolfo solo traen problemas, problemas y más problemas; sin dejar de lado a sus clubes de fans que lo persiguen como abejas a la miel «ni la abeja Reina tiene tantos sirvientes como él»
Adolfo Sanz Borbón es un chico muy popular y querido por sus amigos, tenía muchas admiradoras en la universidad y en toda la Ciudad, dado que también era la cara de unas cuantas marcas de ropa. Desde pequeño le ha gustado vestir siempre al último grito de la moda, decidir sus atuendos era siempre todo una aventura; le encantaba imponer moda para ser el centro de atención de donde se presentara.
Sus padres apoyaban cada una de sus decisiones, aunque en algunas ocasiones quisieran que fuera un poquito más responsable, humilde, cariñoso y menos arrogante.
« ¿Un poquito?, porque no dices que mucho y dejas de estarlo alabando tanto que hasta pena da»
Con su metro noventa de estatura, formaba parte de la selección de básquetbol, además de ser el capitán del equipo, era el chico encargado de seleccionar a los próximos integrantes. Rodeado en su mayoría de las veces de chicas hermosas que se desvivían por complacerlo en todos los sentidos, « ¿Todos? Hay que cosas, de lo que se entera uno» Cambiaba de novia como si cambiara de ropa interior, a ninguna tomaba en serio, pero eso sí, todas morían por estar con él.
Si lo pudiéramos describir en una frase sería: "UN GENIO MILLONARIO PLAYBOY FILÁNTROPO"
Valentina Ortega Zamora, mejor conocida como la "Nerd de la Universidad de Barcelona" o "La rata de biblioteca", solo existía cuando los chicos tenían problemas con sus materias y necesitaban pasar un examen, el resto del tiempo era invisible hasta para los profesores, que se sentían amenazados por sus puestos.
Le encantaba hacer las cosas por sí misma, vivía en una constante lucha con su madre por no aceptar que dominara su vida, además de tener pocos amigos, pensando que cantidad no es lo mismo que calidad.
Con tan solo veinte años se ha marchado de casa para luchar por sus sueños y no creía volver por nada del mundo. Sus prioridades no eran formar parte de las filas de trabajadores de la empresa de la familia, ella prefería abrirse camino por si sola. Su metro sesenta y cinco no la ayudaban mucho, sumado al modo de vestir tan anticuado que la hacía ver como una persona de por lo menos treinta y ocho años.
Portadora de unos ojos color miel y una cabellera negra que llegaba hasta la cintura, la cual peinaba siempre de dos trenzas o cubría con un gorro color mostaza que por su uso ya presentaba algunas roturas que ella misma repara agregando pegatinas de caricaturas, haciéndola lucir más descuidada.
Quienes la miraban pasar a su lado, opinaban que era una chica becada, llegada de otra ciudad y proveniente de una familia de escasos recursos «ya van a empezar a juzgar de nuevo» que tuvo la fortuna de ser aceptada por sus buenas notas, de lo contrario no tendría oportunidad de estudiar en la escuela más prestigiosa de todo Barcelona.
Si la pudiéramos describir en una frase sería: mmm, déjenme pensar, mmm, sigo pensando, mmm... No, creo que no podríamos encontrar ninguna frase que nos sirva como punto de referencia para poderla describir. Por lo menos era lo que todos pensaban de la friki, «un sobre nombre más y me da el mimisqui, ya agarren a otra para su puerquito»
Hasta que se convirtió en la apuesta de Adolfo Sanz y sus amigos, quien la puso en el radar de toda una universidad llena de mujeres arrogantes y de hombres crueles, despiadados y sin sentimientos que solo les interesaba quedar bien con uno de los chicos más ricos, sin importarles sobre quien pasaran.
Alberto y Daniela han mantenido una relación disfuncional, cuando están lejos se extrañan, pero cuando están cerca el infierno se alborota en segundos; todos están cansados de sus contantes arranques de vanidad. La fortuna que ambos poseen les da para alimentar a todo el mundo y les quedaría para unas siete generaciones más, sin necesidad de mover un solo dedo. Un día cargado de presión y una noche de diversión, se convirtió en una boda inesperada de la cual no tienen ni la más mínima idea que sucedió; para ellos solo fue una noche y se acabó. ¿Qué pasara cuando descubran que han estado casados? ¿Cómo enfrentaran esta nueva etapa? Será acaso que aplicaron la vieja frase, "Al amigo hay que tenerlo cerca, pero al enemigo más"
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
Kaelyn dedicó tres años a cuidar de su esposo tras un terrible accidente. Pero una vez recuperado del todo, él la dejó de lado y trajo a su primer amor del extranjero. Devastada, Kaelyn decidió divorciarse mientras la gente se burlaba de ella por haber sido desechada. Después se reinventó, convirtiéndose en una cotizada doctora, una campeona de carreras de auto y una diseñadora arquitectónica de fama internacional. Incluso entonces, los traidores se burlaban con desdén, creyendo que ningún hombre iba a aceptar a Kaelyn. Pero entonces el tío de su exesposo, un poderoso caudillo militar, regresó con su ejército para pedir la mano de Kaelyn en matrimonio.
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.