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El secreto de Emma.

El secreto de Emma.

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Mi vida no siempre ha sido la mejor, quedé huérfana a los 4 años, engañada y embarazada a los 16, echada del orfanato antes de cumplir 17, y ahora a los 21, la vida me pone a prueba de nuevo, esta vez como empleada de los gemelos Constantini, de los cuales uno es el padre de mis mellizos, ¿el problema? Es que no se cual. No importa, no temeré mal alguno, porque ustedes estarán conmigo, uno para todos y todos para uno, sé que mis tres amigos y hermanos de orfanato me protegen, esta vez no estoy sola. Pero lo más importante se quién soy y lo que me corresponde por ser hija del gran Greco, no todo es lo que parece, pero solo con el tiempo me di cuenta de eso.

Capítulo 1 Buenos amigos.

EMMA

—Hola Cassidy, ¿cómo estás? —miro sus ojos azules y descubro que los años pasaron para todos.

— ¡Emma!, querida, pasa, tantos años sin saber de ti. Oh ¿estos son...?

— Sí, ellos son mis mellizos, Donato y Valentina, niños saluden. —no puedo evitar que el orgullo se deje ver al presentar a mis diablitos.

—Hola, señora. — contesta mi niño de forma respetuosa.

— Hola, abuelita. — Valentina muestras su hermosa sonrisa, sin esfuerzo alguno.

— Son muy hermosos, pasen, pasen.

Miro al rededor y me doy cuenta de que nada ha cambiado, mientras nos dirigimos al comedor veo a los niños que corren de un lado al otro, y recuerdo los días en que con los muchachos hacíamos las mismas travesuras, que casi siempre terminaba con Noha castigado, porque algún niño terminaba tirándome y él lo golpeaba, Noha el brabucón que siempre me defendía y que lo sigue haciendo, sin importar los años que pasen.

— ¿Mamá podemos jugar con los otros niños? — mi niña agita sus pestañas mientras habla.

— De acuerdo, pero no se metan en problemas o no habrá postre.

— Sí, mami.

— Son unos niños muy lindos, han crecido tanto, parece que fue ayer cuando llegaron a este lugar. —Cassidy los observa mientras sonríe.

— Y así de rápido como llegamos nos echaron. — no puedo evitar decirlo con reproche, pero es que aún me duele.

— Emma...

— Lo siento Cassidy, no quise decirlo de esa manera. Me refiero a que te obligaron a echarnos. —sé muy bien que si hubiera dependido de ella aun estaríamos aquí.

— Era lo mejor mi pequeña, la señora Constantini, quería que le dieras a tus bebés y eso no era lo correcto. Este hogar siempre fue un refugio para los niños sin padre, ni madre, y tus pequeños te tenían a ti. — Cassidy siempre fue una mujer muy dulce y de un gran corazón.

— Lo sé, pero me dolió que el señor Marco, no interviniera, pensé que...

— ¿Que?

— Nada, siempre confundo cariño con caridad. Dime ¿cómo está Jack y Matilde?

— Están muy bien, ya les pedí a uno de los niños que les avisaran de tú llegada.

— Hola Emma.

— Hola Melisa. – saludo a la bruja por la que no pregunte, pero que como supuse sería la primera en aparecer en cuanto supiera que estaba aquí.

— ¿Cómo están los muchachos? —dice mientras me recorre de pies a cabeza como siempre.

— Están todos bien, nada de qué preocuparse.

— Dile a Tommy que será mejor que busque un trabajo real, Noha y John no pueden seguir manteniéndolos a todos. – siempre con sus comentarios tan hirientes.

— No te preocupes Melisa, yo empezare a trabajar y ayudare a los muchachos.

Melisa solo miró, con ese gesto suyo de resentimiento, el cual disfrazaba con preocupación, no quería a su hijo con nosotros, ella nunca entendió nuestra conexión, ella solo veía que nosotros éramos huérfanos y Tommy tenía madre. Idiota, ¿qué sabrá ella lo que es la amistad? Ser hermanos de vida, porque así nos considerábamos nosotros, éramos hermanos de orfanato, de vida, unidos por nuestras almas.

— Emma, ¿realmente eres tú?

— Viejo Jack, ven dame un abrazo. – me tomo un segundo para disfrutar del hombre que siempre nos cuidó, hasta que mis niños nos interrumpen.

— Mamá, mamá, ¿es verdad que viniste a abandonarnos? — Donato es el primero en hablar.

— Nos portaremos bien lo juramos, no, nos dejes, en este lugar horrible. – Valentina está a punto de llorar.

— ¡Alto! Mírenme, primero, jamás los dejaría en ningún lugar, ustedes son mis hijos, son mi vida, siempre estarán a mi lado y segundo este lugar fue mi hogar, el de Noha, John, y Tommy, y para nosotros no fue horrible, era el mejor lugar del mundo, porque fue nuestro hogar. Ahora sino se pueden comportar...— les digo en forma amenazante.

— Lo sentimos. —Donato siempre da el ejemplo.

— Si, lo sentimos. —y Tina lo sigue.

— De acuerdo hora de ir a jugar, hagan amigos.

— ¿Emma?

— Hola Matilde.

Era bueno volver al lugar que una vez llame hogar. Necesitaba pensar y este era un buen lugar para ello, aquí empezó todo.

Después de pedir permiso, voy a los cuartos. Entro al de las niñas, un gran salón con diez camas, me dirijo a la última, al lado de la ventana y que da en la cabecera al dormitorio de los varones, y recuerdo el código de golpes en la pared que diseño John, para poder comunicarnos cuando nos castigaban.

John... no lo entiendo, se llevaba también con Noha, eran amigos desde antes que yo llegara y ahora casi no se hablan, si supiera cuál es su enojo los podría ayudar. Los problemas crecen al igual que nosotros, creo que es algo inevitable.

Me siento, y miro fijamente la ventana, pienso, ¿qué hubiera pasado, si esa noche le hubiera hecho caso a Tommy de no escaparme a la fiesta? ¿Qué tan diferente hubiera sido todo?

No importa, después de todo gracias a ese error tengo a los mellizos, jamás podría arrepentirme de ello.

Será mejor que vea que están haciendo afuera.

Luego de cerciorarme que esta todo en orden, voy en busca de mi gran y anciano amigo.

— Jack, que te parece si damos un paseo.

— Lo que digas hermosa. — comenzamos a caminar por el inmenso jardín que rodea el orfanato.

— Dime, rayito de sol, ¿qué es lo que te trajo nuevamente a nosotros?

— Rayito de sol, ¿sabes que solo Tommy me llama así cuando estoy triste?

— Y como no hacerlo, si mientras Melisa cocinaba nos escuchaba hablar de ti.

— Si, Melisa me llamaba así también, hasta que Tommy se fue con nosotros y me convertí en la maldita perra que se llevó a su hijo. – cuando eres niño todo es más fácil, nadie te odia, bueno casi nadie.

— Sabes cómo es, desde que asesinaron al papá de Tommy, ella solo vive para él.

— Pero Tommy ya tiene 21 años, se fue a los 18, tenemos la misma edad, y a mí me echaron antes, de todas formas, si no trabajaba aquí, no podía quedarse, no entiendo ¿cuál es su problema? Debería de estar feliz que Tommy esta con nosotros y no solo en algún lugar.

— No es por eso que Melisa te trata de esa forma, déjame explicarte, el padre de Tommy era el cocinero de aquí, cuando lo asesinaron Tommy tenía 2 años, ella 21 y aunque cobró el seguro de vida de su esposo, aun así tuvo miedo de salir al mundo, y pidió quedarse aquí, tomar el trabajo de Lorenzo, cuando tú te embarazarte, solo tenías 16 años recién cumplidos, cuando la señora Camelia se enteró trato de convencerte que lo mejor que podías hacer era darle a los mellizos en adopción, pero te negaste y cuando te echó, aun así no tuviste miedo de enfrentar al mundo sola con dos bebés de 3 semanas acuestas, saliste a vivir, algo que ella no pudo y así perdió algo que jamás podrá recuperar, que es la juventud. No entendía como si ella no podía seguir adelante con su hijo de dos años, tú pudieras con dos recién nacidos.

— Yo tuve suerte, Noha tenía 20, John 18 y ya estaban trabajando, tenía un lugar en el cual me recibieron y ayudaron, si no, no sé qué hubiera pasado si ellos no me hubieran recibido. — esa era la verdad, les debía demasiado a mis hermanos de orfanato.

— Podrían haber pasado muchas cosas pequeñas, pero algo sí sé, jamás hubieras dejado a tus hijos.

— Eso es verdad Jack, jamás dejaré a mis hijos.

— Y eso está muy bien, ahora cuéntame de las aventuras de los cuatro mosqueteros.

— Mmm, déjame pensar, Noha con sus 25 años es dueño de un restaurante, pequeño, pero muy bueno, cuando se fue de aquí a los 16, empezó como ayudante, y con el tiempo agarro el ritmo, llego a un acuerdo con el dueño y desde los 20 hasta hace dos años le estuvo pagando y ahora es el propietario. — le informo muy orgullosa por lo que mi gran amigo ha logrado y todo lo hizo solo.

— Eso está muy bien, ¿sabes? él siempre fue un luchador, y no me refiero por esa manía que tenía de golpear todo y a todos los que se le cruzaran, cuando lo dejaron aquí, solo tenía unos días de nacido, nunca habíamos recibido un niño tan pequeño, el primer año se enfermaba constantemente, pero después con el paso de los años, se convirtió en todo un bravucón, tú lo suavizantes, recuerdo cuando llegaste con tus rizos color dorado, parecía que tenías rayos de sol saliendo de tu cabeza, lo llamé y le dije, “mira, mira esa pequeña, solo tiene 4 años, ve lo asustada que esta, tú eres el más grande, así que debes cuidarla.”

— ¿Y qué dijo? —mi curiosidad esta al máximo, Noha nunca me conto nada de aquel día.

— Me pregunto porque estabas toda golpeada, y le dije que ibas en el auto de tus padres cuando tuvieron el accidente. Te observo y se acercó a ti, en menos de una hora ya no llorabas.

— No recuerdo ese día, pero si recuerdo que me despertaba cuando tenía pesadillas. Él se sentaba a mi lado casi toda la noche. — recuerdo como Noha siempre fue mi protector y una sonrisa tota se dibuja en mis labios.

—Si, recuerdo cuando Matilde lo descubrió, le prohibieron la entrada al cuarto porque era el de las niñas y después John inventó ese golpeteo en la pared.

— Jack, si Noha está aquí desde que nació ¿cuántos años tenía John cuando llegó?

— Veamos... Noha tenía 6 años y John 4.

— Nunca entendí, ¿por qué John se quiso escapar? ¿Recuerdas? Hacía poco que yo había llegado, Noha tenía 8, John 6, Tommy y yo 4.

— Recuerdo, claro que recuerdo, ustedes siempre fueron mis niños, mis ojos y oídos siempre los acompañaban, fue el día que su abuela murió, ella lo trajo a los 4 años, su madre había muerto en el parto, y nunca dijo quién era el padre, ella lo crio, pero cuando él tenía 4 años ella enfermo y lo trajo aquí, le dijo que volvería por él, siempre venía a visitarlo, pero ese fin de semana no llegó, y cuando Cassidy logró comunicarse con una vecina, le dieron la noticia. Esa noche Noha, también se hizo cargo de la situación. —así fue, siempre fue Noha cuidando de nosotros.

— Si, esa noche nos convertimos en los cuatro mosqueteros, uno para todos y todos para uno. Juramos nunca dejar que nos adoptaran, y así poder vivir juntos, formar nuestro propio hogar, nuestra familia. — recuerdo con ternura, y me parece mentira que lo pudimos lograr.

— ¿Y lo consiguieron? — pregunta el viejo Jack como leyendo mi mente.

— Casi.

— ¿Que sucede?, cuéntale al viejo Jack.

— Ellos casi no se hablan, Noha y John. Y no sé qué hacer. – me siento tan frustrada, esta es la razón de estar aquí.

— Siéntalos uno en frente del otro y has que exploten, así sacarán todo.

— Mala idea, Noha mide 1,93, pesa 110kg de puros músculos y sigue con ese temperamento que lo caracteriza, John mide 1,85, debe pesar 90 kilos, tiene músculos, pero no tantos como Noha, sabes que él es más diplomático, pero aun así tiene carácter, Tommy mide 1,75 y yo 1,60, si ellos explotan no sabríamos que hacer. – el solo hecho de pensar esa situación me hace temblar.

— Hasta en las mejores familias los conflictos pasan, no se puede evitar. —es verdad, somos una familia.

— Gracias Jack, fuiste de mucha ayuda.

Después de cenar en aquel lugar que tantos recuerdos me trae, me decido a regresar a mi actual hogar, es hora de poner las cartas sobre la mesa.

— De acuerdo niños, despídanse, volveremos a casa.

Jack tiene razón, es hora de que tengamos una reunión familiar para sacar los trapitos y secarlos al sol, solo espero que todo salga bien.

NOHA

— ¡¿Quieres explicarme dónde está?! ¡Mira la hora que es! — estoy a punto de morir de puro coraje.

— Tranquilo Noha, ella ya es una mujer, no le pasará nada malo. — me molesta ver su tranquilidad, no la soporto.

— Tommy, la última vez que desapareció, ¡volvió embarazada!

— Repito, es una mujer, no una niña, ahora está tomando pastillas. – y ahora veo todo rojo, voy a matar a alguien, pero no sé a quién.

— ¡¿Qué?! ¡¿desde cuándo?! ¡¿acaso tiene novio?! Dime, ¿es el idiota que le trae las compras? — esto no me puede estar pasando, no puedo perderla, ni a ella ni a los niños.

— ¡¿Pero qué rayos sucede?! Se escuchan tus gritos desde la otra calle. –John entra con su traje hecho a medida y juro que lo golpeare, todo es su culpa.

— ¿Sabes dónde está Emma y los niños? —Trato de mantener la calma.

— No, recién llego, ¡que no ves!

— Seguro conseguiste tú propósito. – le escupo cada palabra en su cara de idiota.

— ¿De que estas hablando? — pregunta como si no me entendiera, mientras deja su maletín sobre el sofá.

— "Emma hay un puesto en la empresa ven a trabajar conmigo así podrás ayudar en casa”. ¡Es lo mismo que decirle, trabaja o vete! — creo que lo mejor es llevarme a Emma y los niños lejos de aquí. Solo nosotros, como una familia normal.

— ¡¿Pero qué mierda dices?! ¡Eres un idiota! ¿Acaso es por eso por lo que ya no me hablas? – listo, lo golpeare, solo una provocación más.

— ¡¿A quién le dices idiota?!

— Basta, ¿qué les sucede a ustedes? ¿Acaso van a golpearse? — Tommy se mete en medio, pero John se lo está buscando y se lo voy a dar, mi puto puño en toda su cara.

— ¿Que sucede aquí? — y allí está mi vida entera, entrando a casa como si nada pasara, siento que puedo respirar una vez más por solo verla y verlos.

— ¡EMMA! — grito de puro alivio.

— Hola papá Noha, papá John, papá Tommy. — mi pequeña princesa entra con una hermosa sonrisa y yo me derrito.

—Hola mi pequeña Valentina, dime ¿dónde estuviste? — le pregunto a mi niña, ya que Emma me está mirando enfadada.

— Mamá nos llevó de paseo a… ¿su hogar? — responde algo confundida.

— ¿Que hogar? Este es su hogar. — Le digo mirándola directamente esos ojos que tanto amo.

— Tranquilo tío Noha, fuimos a conocer la historia de los cuatro mosqueteros, y la tía Melisa, nos dio pastel. — mi pequeño Donato me tranquiliza, creo que ellos saben lo que siento por su madre.

— ¿Fuiste al orfanato? — pregunto incrédulo, ella jamás regreso allí desde que la echaron.

— Bien niños digan buenas noches y a la cama. — sí, definitivamente Emma está enojada conmigo, pero no entiendo por qué.

Observo a la razón de mi desesperación, y claro que ella también me ve y por fin me sonríe, lo que hace que mi corazón lata más deprisa, pero lo mismo hace con John y Tommy, yo para ella no soy más que un buen amigo más. O peor, su hermano, como nos presenta a otros, como por ejemplo al maldito pendejo que le trae las compras, muero de celos cada vez que ella se arregla solo para recibir las compras.

— Bien ahora, los tres vengan, tomen asiento. — esto es grave, mando a dormir a los niños y ahora nos pide sentarnos, Dios, ¿acaso está saliendo con alguien?

— ¿Qué sucede Emma? — pregunto sin poder contenerme, pero ella me ignora.

—Tommy siéntate atrás de John y sujeta sus manos.

— De acuerdo. — Tommy al igual que yo haría cualquier cosa que Emma le pidiera sin importar que, la diferencia es que yo la veo como mujer y él como una hermana, como si fueran mellizos.

— ¿Y ahora qué vas a intentar Emma?, estoy muy cansado. ¿Podríamos dejar el juego para otro día? — la queja de John me molesta, está bien, debo admitir que últimamente estoy más enojado que de costumbre, pero todo tiene un porque y el mío se llama Emma.

— Silencio John, tómalo como el regalo de cumpleaños que me debes. — mi pequeña rubia le dedica una sonrisa.

— ¿Qué haces Emma? – pregunto mientras siento sus manos sobre mi piel.

— Shhh quédate quieto. —¿Por qué, me está abrazando desde atrás? Sus pequeños brazos no alcanzan a agarrar los míos y opta por.... enroscar sus abrazos en mi cuello, ¡no por favor!, puedo sentir sus pechos sobre mi espalda, Emma realmente no eres consciente de lo que provocas en mí, ¿cierto? Si pudieras darte cuenta de que yo no te veo como una hermana.

— Ahora, quiero una ronda de sinceridad, y comenzare yo. Me molesta que Tommy no termine su carrera, por cuidar de mis hijos mientras estudió, por lo tanto, decidí que terminaré el último año rindiendo libre, ya saben, me presentaré solo cuando realicen los exámenes.

— ¡Eso no! — protesto de inmediato, su educación es lo más importante, ya la atraso demasiado por los niños.

—Shhh, no es tu turno.

Maldición, ¿cómo no te das cuenta lo que haces? me hablas al oído, no ves que lo único que quiero es llevarte al cuarto. Todos estos años enamorado de ella, y Emma ni siquiera lo nota, soy patético.

— Tommy tu turno.

— Me molesta... na a mí no me molesta nada.

— Piensa Tommy es ahora o nunca. — le advierte mi pequeño koala rubio.

— De acuerdo, me molesta que no hemos salido a divertirnos ni una sola vez una noche entera, digo, somos personas adultas, 25, 23,21, 21, los años pasan y no nos divertimos, solo es estudio para nosotros y trabajo para ustedes.

— Eso es estúpido, no puedo salir ¡tengo hijos! — y casi me deja sordo del grito que da. — oh, lo siento. — no es su disculpa lo que eriza mi piel, es el pequeño beso que dejo en mi mejilla.

— Emma tiene razón. – Digo haciendo que Tommy vea lo lógico.

— No. — por primera vez en mucho tiempo John nos mira con interés y eso no me gusta para nada.

— ¿Que John? —pregunto con toda intención de que se retracte y no porque no lo haya escucharlo.

— Dije que no tienes razón Noha.

— ¿Acaso eres estúpido?

— ¡Deja de insultarme por un demonio! — y por fin el humor del hombre de hielo sale a relucir.

— Y tú deja de tratar que Emma, se vaya de casa. — lo acuso formalmente frente a todos.

— ¿Quién quiere que se vaya?, solo le ofrecí trabajo, para que sea más independiente, ella no puede depender de nosotros para todo y el hecho que sea madre soltera ¡no es un impedimento para que salga a divertirse! — Suficiente lo golpeare, él se lo busco.

— Quédate quieto, por favor ¡ay!

Me congelo en mi lugar, es tan liviana que me olvide que ella estaba colgada de mí y cuando me levante de golpe, enrosco sus piernas a mi cintura, y con esa voz tan sexi me dice tal cosa y ese quejido...Dios, ¿por qué me castiga así? Me siento un maldito pervertido, pero es que toda ella me vuelve loco.

— ¿Me escuchas Noha? — pregunta y yo solo asiento con la cabeza, no me atrevo a hablar, no sé lo que diría.

— John, tiene razón, me da vergüenza estar viviendo todos estos años de ti y de él, aparte de la ayuda de Tommy, cargan conmigo y mis hijos y no es justo. — su voz suena tan triste, que muero por abrazarla.

— A mí no me molesta...— comienza a hablar Tommy como el buen amigo que es.

— Tú mismo lo dijiste, no salimos, no nos divertimos, porque todo el dinero del restaurante es para ropa de los niños, mis estudios y los de Tommy, y el dinero de John es para el alquiler de esta casa, ropa para nosotros y creo que es hora de concentrarme en ser solo mis hijos y yo, necesito sentirme útil. —Gracias a Dios se baja de mi espalda, porque con todas las estupideces que están diciendo me está costando más mantener el control.

— Necesito estar a la par con ustedes, no ser una piedra al cuello, que los hunda…— Tommy la interrumpe y lo agradezco, porque ya no soporto que diga tantas tonterías.

— No, no, nada de eso, no eres una piedra, ni una carga, nada de eso, es solo que estás sola con los niños, si tuvieras a alguien...

— ¡Eso...! — Interrumpo a Tommy, solo mírame, Emma, date cuenta de que te amo, estoy aquí, a tu lado, mírame.

— Me molesta que sigas ocultando quien es el padre de los niños. Él tiene la obligación de ayudarte. — John lo suelta de golpe y yo veo el dolor en su rostro, definitivamente mi amigo quiere morir en mis manos… aunque tiene razón.

— ¿Que? ...— Su voz es un susurro, sé que la pregunta o mejor dicho reproche la lastima. Pero creo que es lo que todos nos hemos preguntado estos cinco años, ¿Quién es el padre de los hijos de Emma?

—Yo también necesito saber. No tiene nada que ver con los gastos ni nada, pero... pasaron 5 años desde que... y no has dicho nada. — trato de tranquilizarla, es solo que quiero romper cada hueso de ese maldito, y nada más.

— ¡¿Y eso que va a cambiar?!— Automáticamente se pone a la defensiva, como siempre.

— ¿Te parece normal que Valentina nos llame papá a los tres?, uno bueno, ¿pero a los tres? ¿Y qué Donato nos diga tíos? Él marca distancia y ella no sabe a quién acudir si algo pasa, ¡te escucho llorar por las noches! ¡por Dios! Ya no lo soporto, tú quisiste este juego, no yo. —Y como siempre que tiro la bomba, me arrepiento al ver la cara empapada en lágrimas de la mujer que amo, la cara de desaprobación de John y Tommy que me dispara con la mirada a quemarropa. Lo Jodi todo.

—De acuerdo... quieren saber… les diré la verdad. Pero no volveremos a tocar este tema. Nunca más. — Ahora, no era el único que estaba congelado, nosotros éramos sus amigos, su familia y aun así nunca dijo nada. Pero por fin hoy sabremos todo.

— Tommy, trae lo más fuerte que tengamos para beber, solo les contaré la historia... sin nombres. — dice mientras se sienta en el sofá blanco de la sala.

— ¿Sin nombres? Es lo mismo que nada. — Me quejo de inmediato, y es que durante estos 5 años lo único que eh querido hacer es matar al maldito que jugó con Emma.

— No tienes por qué hacerle caso. — Dios, hoy lo voy a matar. John ¿Cuándo te convertiste en el enemigo?

— ¡Cállate, John! — grito de inmediato, llevo tanto tiempo, querer matar al maldito que la lastimo, y ahora que por fin ella va a hablar John dice que no es necesario.

— ¡Basta! ¿Qué sucede entre ustedes? ¡Lo quiero saber ahora! — mi pequeño Koala rubio reclama.

— Bien te lo diré, el brillante Noha, cree que te irás de casa cuando empieces a trabajar. — definitivamente hoy matare a John.

— No es eso, es que no debes trabajar solo concéntrate en tus estudios, y él solo lo hace ver cómo...

— Acepte el trabajo. — no, debí de escuchar mal.

— ¡¿Que?!

— Noha, necesito trabajar, solo me queda un año de estudios, esta oportunidad me servirá, para el próximo año conseguir algo mejor, no me iré a ningún sitio, no, mientras todos estemos unidos. Pero debes entender, en algún momento cada uno seguirá su camino, no podremos vivir por siempre los cuatro, sin embargo, siempre seremos familia. — mi corazón duele de solo pensarlo, ¿Cómo no te das cuenta? que solo te quiero en mi vida para siempre, yo te amo tanto.

— ¡Pero porque tiene que ser en la empresa de los Constantini!, olvidas que esa mujer quería quedarse con los niños y te echó, sin nada, ¡no le importó! Claro, como John estudió con su beca y lo contrataron de inmediato el besa el suelo que ellos pisan. —dejo salir el veneno que llevo reteniendo en mi boca todo este tiempo.

— Detente, no es por eso, tú no lo entiendes, siempre apuntas a los demás, te crees ser dueño de la verdad todo porque fuiste el primero en irte del orfanato, ¿pero sabes? el que vagaras por las calles no te hizo más sabio ¡solo más matón! — Escupe cada palabra y no creo que sea mi mejor amigo el que está hablando.

— Eso es John, saca todo, que más piensas de mi ¡vamos dilo! — A esta altura veía rojo, no quería golpear a John, pero si su intención era déjame en ridículo ante Emma, yo le enseñaría.

— Creo que si no nos tranquilizarnos, los niños vendrán a ver qué pasa, y será difícil explicarles porque dos de sus ejemplos a seguir se están matando. — el rubio nos mira con desaprobación.

— Tommy tiene razón, creo que hay cosas que aclarar, vamos al sillón un trago, por cada vez que la historia se corte. Como antes, cuando jugábamos verdad o reto, solo que esta vez será verdad y tragos. — No puedo perder esta oportunidad de saber qué fue lo que le pasó a Emma hace 5 años.

— De acuerdo. — dice Tommy.

— De acuerdo. — Emma me mira expectante.

— si. — Digo y tomo asiento.

—Bien comencemos. John. —dice dándole la botella al traidor.

— ¿Quieres la verdad? aquí va, si, los Constantini me dieron su beca, igual que a Emma, fui a trabajar con ellos, pero a su favor tengo que decir que el señor Constantini, no supo que a Emma la echaron del orfanato, ni porque, él piensa que ella se fue y abandonó la escuela por voluntad propia, y es algo que no me corresponde a mi aclarar, mi relación es directa con él, no con su mujer, ni los idiotas de sus hijos, pero tengo otro motivo, para superarme... —Pero John no dice nada más, solo guarda silencio, mientras ¡¿se sonroja?! ¿Qué le pasa?

— Bebe. —Emma lo obliga a tomar un trago.

— Grug ¿qué es esto?

— Vodka.

— Rayos, bien, mejor hablo o esto me matará. — deja salir un suspiro, pero finalmente habla. — Estoy enamorado, de Bianca, la menor de los Constantini, y pienso demostrar que soy digno de su amor, seré el mejor abogado de todo Chicago.

— Pero ¿qué carajo dices?

— Tommy... —Emma lo reprende.

— No, ¿cómo vas a decir eso? te conozco hermano, tú eres merecedor del amor de cualquier mujer, no necesitas demostrar nada.

— Bien lo que digas, pero aun así quiero que, si logro conquistarla, no puedan poner objeción alguna, fin.

— Eres lo mejor, quizás algún día alguien me ame como tú amas a Bianca. —los ojos de Emma brillan soñadores y yo me pierdo en ellos.

— Quizás ya te--

— Toma otro trago, dijiste fin y sigues hablando. —Sé que él entendido a la perfección y si no lo hizo... hasta aquí llego nuestra a amistad. Ni John, ni Tommy tienen permitido decirle a Emma lo que siento por ella.

— Bien mi turno. — Tommy me salvas como siempre.

— Quiero empezar a trabajar, en algo que no sea el restaurante o cuidar a esos diablitos, quiero mi independencia, pero sin dejarlos a ustedes, sé que soy una persona horrible, pero....

— ¡Bebe! — Y esta vez todos reímos, ya que hablamos a coro como cuando éramos pequeños.

—Quiero saber lo que es vivir. —termina por decir el rubio.

— No podríamos decir nada, te mereces eso y más.

— Pero creen que el restaurante...

— Mi trabajo es solo a la tarde, los niños van a la mañana al colegio, así que puedo ayudar en la mañana he irme después del almuerzo. Soy una mujer muy capaz. —Esa hermosa sonrisa aparece en su rostro, y ese cabello rubio siempre a medio trenzar. Tan hermosa. Con esos ojos color aguamarina y esa boca...

— ¿Por qué no solo te quedas conmigo Emma? — Las palabras solo salieron de boca sin pensarlo y no me arrepiento.

— Noha, es tu turno. Dime ¿por qué no me dejas madurar de una buena vez? — Pero que mierda... ¿para que hable? lo peor es que te lo acabo de decir, te quiero conmigo, pero como siempre no entiendes pequeña.

— Tommy no dijo fin quizás... —trato de salirme por la tangente.

— Fin. — Gracias maldito enano.

— No es eso, es solo que… —no se me ocurre nada para decir.

—Bebe. — Rayos esto sí que está fuerte.

— Bien, ¿quién cuidará a los niños? Yo tengo que ocuparme de restaurante. —soy un cobarde, lo admito.

— ¿Eso era todo? ¿A caso John no te dijo que en la empresa hay guardería? Van a estar conmigo. — John me mira reprochando que allá perdido la oportunidad de decir que la amo, pero hoy no será ese día, falta, todavía falta para conseguir todo lo que ella y esos pequeños se merecen, debo trabajar más.

— Bueno no lo sabía, pero...

— Bebe.

— Esa mujer te echará cuando te vea. Y no quiero verte llorar. No lo soportó. —mataría a cualquier que la hiciera sufrir.

— Eso lo dirá solo el tiempo, además yo trabajaré con John. Él trabaja para el señor Marco, supongo que no veré a la señora Camelia.

— Bien, eso espero, no diré nada más. Fin. Ahora es tu turno. —por lo menos esto va a servir de algo.

— Dame un trago…y otro más.... — Ella no está acostumbrada al alcohol, es más, lo odia, no debería obligarla a hablar.

— De acuerdo, sé que se lo han preguntado siempre, y gracias por no insistir, pero tienes razón, ya es hora de decir lo que pasó, pero bajo ningún motivo, mis hijos sabrán esto... dame otro trago.

— Tranquila Emma.

— Déjame Noha, necesito este coraje, bien, esa noche me escape a la fiesta de graduación de John. Me iba a encontrar con alguien, un muchacho, que me gustaba, y que se suponía era mi novio.

— ¡¿Qué?! ¡¿Cómo es posible?! Solamente estaba mi curso en esa fiesta y no te vi. —Definitivamente John solo aparenta ser frio, su carácter es tan fuerte como el mío.

— Shhh tranquilo, despertarás a los diablitos.

— ¿Por qué estas tan tranquilo Tommy? ¿Tú sabías que tenía novio? — lo acuso directamente al ver que su rostro no muestra asombro.

— Suficiente, nadie sabía nada, eso me lo guardé para mí, Tommy solo sabía que esa noche saldría a una fiesta, me consiguió un vestido de su madre, ahora sino quieren pen--

— Termina.

Me sentía molesto, todo este tiempo creí que alguien la había violado, un extraño o algo por el estilo, saber que ella salió a una fiesta y se encontró con alguien por voluntad propia no cambia lo que siento por ella, solo que esperaba otra cosa, miles de veces le advertimos que a ese colegio solo iban ricos y ellos solo se divierten con las chicas como ella. ¿Como pudo ser tan tonta? No, ella no, esto también es culpa de Marco Constantini, él le dio esa maldita beca.

— Dame un trago, bien, hacia un mes que salía con él, realmente pensé que lo amaba y cuando me pidió ir, yo solo fui, me esperaba en la puerta de atrás, debí darme cuenta de que no me tomaba en serio, pero no lo hice. — sus ojos se nublan, le duele, aun le duele. — Cuando llegue pasamos directo a un saloncito de la villa Constantini, estaba separado de la fiesta, pero aun así había bebidas, y música, después de tomar... mucho, empecé a sentirme cansada, y cuando él me ofreció recostarme un momento, caí como idiota... — muestra una sonrisa que es tan dolorosa de ver, que casi es irreal. — Dame un trago. — ya se ha bebido media botella ella sola, me preocupa. — Bien, ya saben lo que paso, son mis amigos, mis hermanos, mi familia y les diré toda la verdad, no puedo darles el nombre del padre de mis hijos, porque no se su nombre, solo se su apellido y es que.... dame un trago. Me acosté con un chico el cual salió de la recámara después de hacerme suya y... Dios creo que voy a vomi---

Emma realmente está dejando todo lo que bebió en el fregadero, y yo estoy tratando de entender que fue lo que le paso esa noche mientras sostengo su cabello.

— ¡¿Acaso no sabías su nombre solo su apellido?! —ya no lo soporto más, no entiendo.

— No es eso, él salió y me entrego a su hermano, como quien regala una cena a medio terminar. Sus palabras exactas cuando lo enfrente en la mañana fueron... “solo quería una virgen y mi hermano solo te quería a ti, ambos tuvimos lo que queríamos, ahora piérdete.”

Tommy la abrasa, y con John nos miramos, nos conocemos desde siempre, se lo que piensa y él sabe lo que yo pienso, tiene una foto de esa noche, sabremos muy bien que grupos de hermanos estaban en ese lugar. Pero esa será una charla pendiente. Por ahora nos apresurados a consolar a Emma, que ya sea por el alcohol, o lo dicho está haciendo arcadas en el fregadero.

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