/0/14785/coverbig.jpg?v=74628acf72cdb5c9689681f9b0faa5e1)
Johanna Suárez, una mujer mexicana de espíritu libre y apasionado, conoció a Kim Ji-Sam, un hombre coreano reservado y misterioso, en un desfile de modas en Seúl. Desde el primer momento, hubo una conexión innegable entre ellos, una chispa que encendió un amor prohibido debido a sus diferencias culturales y las expectativas de sus familias. Johanna, con su cabello café y rizado, y ojos llenos de vida, era una mujer que irradiaba calidez y alegría. Sin importar su pasado. Provenía de una familia tradicional mexicana, donde la familia y la comunidad eran el centro de todo. En contraste, Kim Ji-Sam, con su porte elegante y mirada profunda, venía de una familia coreana estricta y conservadora, donde el honor y la disciplina eran fundamentales. Su mundo era uno de sobriedad y formalidad, donde las emociones se mantenían bajo control. A pesar de sus diferencias, Johanna y Ji-Sam se encontraron atraídos el uno al otro de una manera que no podían explicar.
-Señorita Johanna Suárez, es usted encontrada culpable del homicidio del productor Vicent castillo -exclamó el señor juez-. Pero debido a que usted es menor de edad, será trasladada al correccional femenil de mujeres hasta cumplir la mayoría de edad. -Terminó el señor juez golpeando el escritorio con el martillo de madera.
-¡No! -un grito invade toda la sala y ese provenía de la madre de Vicent Castillo, que se sentía indignada por la sentencia que le habían dado a la mujer que asesino a su hijo-. ¡Esa mujer debería de ser condenada a la pena de muerte! -dijo la mujer de cabello castaño cubierto con algunas canas.
-¡Silencio en la sala! -dijo el juez con voz ronca-. Doy por finalizado este juicio -al terminar de hablar la gente se pone de pie.
Dos policías toman del brazo a la joven de quince años de cabello castaño, piel de color medio y de complexión delgada. Que tiene esposas en las muñecas y en los tobillos. Los hombres se llevan a la joven.
-¡Te juro que nunca te dejaré en paz, tú me quitaste a lo que más amaba y ahora me encargaré que nunca nadie más te vuelva a contratar! -habló la mujer con mucha maldad en su voz.
Johanna ignoró las amenazas de esa mujer, no le importaba lo que hicieran debido a que no se sentía para nada arrepentida de haberse defendido de los abusos de Vicent.
Mientras caminaban por los pasillos, ella tenía en su mente, cada recuerdo amargo que había ocasionado ese hombre y cómo ella había sido tan ingenua en caer en sus garras. Los tres salieron del lugar por una puerta trasera, llevándola hasta un auto brindado, metiéndola en su interior y entrando con ella sentándose a su lado.
El ronquido del motor se escuchó seguido del movimiento del vehículo. Ella sabía a donde la llevaban y no se sentía mal, entendía que debía de estar ahí.
Lo que se lamentaba es de haberle creído a ese hombre, todavía recordaba cómo fue que lo conoció: todo comenzó en una entrevista para un comercial de pasta dental. Johanna estaba en la fila esperando impaciente su turno, cuando le tocó dio todo de sí, al terminar le dijeron que era muy buena, pero que no buscaban a una chica con el cabello castaño y la rechazaron de inmediato.
Estaba triste y desanimada al escuchar que por una simple cosa la estaba rechazado, estaba por salir de las instalaciones cuando un hombre corriendo detrás de ella la detuvo.
-¿Johanna? -la llamo el hombre alto, fornido, bien vestido, cabello castaño claro y hermosos ojos avellana.
-Sí -respondió Johanna con lágrimas en los ojos.
-No llores linda, entiendo que este medio es bastante duro con las aprendices -dijo, sonriendo-, aunque la verdad para mí has estado asombrosa y quiero que trabajes para mí.
Johanna no se creía lo que escuchaba, dejo de sentirse triste porque un rayo de esperanza la iluminaba y por fin iba a lograr ser una famosa modelo.
Las puertas se abrieron, dejando que la luz volviera a entrar a la parte trasera del camión, opacando por un momento la vista de la castaña, hasta que sus ojos lograron acoplarse a la luz, pudo ver a un hombre armado y cubierto por completo del rostro.
-¡Abajo! -ordenó un el hombre. Johanna, como buena niña, obedeció la petición de ese desconocido.
Bajo del camión sin protestar, seguido de los otros dos que ya estaban con ella y al estar frente a ese nuevo hombre la tomó de la muñeca jalándola hacia el interior de la enorme prisión.
Caminaron con calma por los fríos y oscuros pasillos. Hasta que se detuvieron en una pequeña habitación donde una mujer mayor maquillada exageradamente se encuentra frente a una computadora muy antigua.
-Señora Olmos -le llamó la atención uno de los hombres. La mujer aparta la vista del monitor mirando hacia nuestra dirección, sonríe satisfecha como si conociera a Johanna.
-Tú debes de ser la nueva -expresó la mujer muy sonriente.
Teclea algo en su computadora y se escucha el sonido de la impresora. La mujer toma la hoja que ha salido y se aproxima hasta ellos. Saliendo de la pequeña habitación y caminando a la siguiente, donde solo hay una cámara fotográfica y un cartel con rayas.
-¡Párate ahí! -uno de los hombres de atrás empuja a la castaña. Johanna se acerca al lugar donde la mujer mayor le está señalando con su huesudo dedo.
-Aquí linda -dijo la mujer. Johanna se para en la cruz-. Sujeta esto -la anciana le entra el cartel con el hombre de Johanna Suárez escrito en letras grandes y un número de serie.
La anciana con paso de caracol se acerca a la cámara colocándose detrás de ella. Toma la primera imagen.
-Sonríe mi niña, por lo menos debes de verte linda en la foto de tu ficha policial -propone la anciana, pero para Johanna no le ve importancia si se ve bien o mal-, está bien como elijas -se enoja la anciana-. Ahora de perfil derecho -ordena. Johanna obedece-. De perfil izquierdo. Perfecto.
Al terminar la sección de fotos, la mujer mayor toma el cartel de Johanna dejándolo en una mesa cercana y toma de las manos a la joven.
Llevándola consigo hasta otra habitación donde le entrega un par de mantas y un uniforme.
-Bienvenida linda -agrega la anciana. Johanna solo la ve con disgusto, pero no le contesta nada.
Uno de los policías toma a la joven jalándola hasta entrar al área donde se encuentran todos las reclusas. Caminan por el pasillo viendo desde el primer piso que la prisión está dividida en dos pisos, la superior y la inferior.
Johanna sigue de cercas a los hombres mientras que pasan por los pequeños cuartos, algunos desocupados, mientras en otros hay mujeres muy jóvenes un tanto violentas que al verla le lanzas besos o palabras obscenas hasta que llegan a uno de los cuartos donde ve que hay una mujer en su interior.
-Este será tu nuevo hogar, a las 7:00 de la mañana es el desayuno y a las 3:00 de la tarde es la comida procura estar puntual porque si no te toca comida ese no es nuestro problema -le informa el hombre-. De las 12:00 de medio día hasta las 2:30 de la tarde podrán salir al patio -sigue hablando-. Y de las 7 a las 8 podrán entrar a las regaderas, pero solo en ese horario. ¡Entendiste! -le grita.
-Sí, señor -confirma Johanna.
-Perfecto, pelos rojos será tu compañera durante tu instancia con nosotros, así que espero que te lleves bien con ella o no es nuestro problema -el hombre continúa contándole.
Mientras que el otro que venía detrás de ella le quita las cadenas de los tobillos y de las muñecas. Empujando a la castaña para que entre en su interior. Cerrando la puerta, dejándola sola con esa mujer de cabello corto.
-Hola, tú debes de ser Johanna Suárez, la modelo que mato al productor Vicent Castillo -habla la mujer.
-Sí -acepta la castaña.
-¿Y es verdad que dicen que lo mataste cortándole el cuello y que té quédate viendo como su alma salía poco a poco? -pregunta la mujer con un tono de voz muy macabro.
-Tal vez -Johanna usa el mismo tono que ella e intentando poner una mirada fría.
Por un momento ambas mujeres se quedan calladas en un duelo de miradas hasta que la mujer de cabello corto se pone de pie hasta quedar frente a Johanna. Ella tiembla en su interior, espera y que esta mujer no le vaya a hacer daño.
-¡Ja, ja, ja! -suelta la carcajada y pasa su brazo por encima de sus hombros-. Me caes bien niña. Creo que seremos buenas amigas. Mi cama es la de arriba, así que te tocara dormir abajo -le aclaro la chica.
-Está bien, no tengo problema -acepto gustosa Johanna y es que para ella está bien dormir en esa parte-. ¿Las chicas de aquí como son? -indago para saber si debe de cuidarse.
-Malas, hace unas semanas me agarré a golpes con una de ellas por el hecho de tomar su asiento y así que te recomiendo que si no quieres problemas no las provoques -le advierte la chica y es que ella sabe que como son.
Johanna solo asiente y es que lo que menos quiere son problemas. Toma asiento en su cama y solo espera que su madre esté bien porque durante el juicio ella permaneció triste y seria al ver a su hija siendo condenada...
Anabela Accardi, hija de un poderoso mafioso, siempre había vivido protegida del oscuro mundo de su padre. Sin embargo, una disputa familiar cambia su vida para siempre. Durante su graduación, es secuestrada por un clan enemigo liderado por Dante Ferrara, un hombre conocido por su frialdad y crueldad. Al principio, Anabela se siente aterrorizada y llena de odio hacia Dante. Él la mantiene cautiva en una lujosa pero aislada mansión, donde cada día es una lucha por mantener su dignidad y esperanza. Dante, intrigado por la fuerza y el espíritu indomable de Anabela, comienza a seducirla, no solo con su atractivo físico, sino también con su inteligencia y carisma. Aunque el resentimiento y el recuerdo de venganza sigue presente opacando todo sentimiento nuevo que pose. Ella sin pensarlo se enamora de su secuestrador, pero el será capaz de sentir algo por ella o el odio podrá más...
Rhonda era una chica que amaba demaisado. Después de que su novio de varios años perdiera su trabajo, ella no dudó en apoyarlo económicamente. Incluso lo mimó, para que no se sintiera deprimido. ¿Y qué hizo él para devolverle el favor? ¡Engañó a Rhonda con su mejor amiga! Ella estaba tan devastada. Para hacer que su ex infiel pague, aprovechó la oportunidad para casarse con un hombre que nunca ha conocido. Eliam, su esposo, era un hombre tradicional. Él le dijo que él sería responsable de todas las facturas de la casa y que ella no tendría que preocuparse por nada. Rhonda se rio de él y concluyó que era uno de esos hombres a los que les gusta presumir de su habilidad. Pensó que su vida de casada sería un infierno. Al contrario, Eliam resultó ser un esposo cariñoso, comprensivo y hasta un poco pegajoso. Él la animó a ascender en la escala profesional. Además, la ayudaba con las tareas del hogar y le daba carta blanca para decorar su hogar. No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a apoyarse mutuamente como un verdadero equipo. Eliam sabía cómo resolver los problemas de la vida. Nunca dejaba de acudir en ayuda de Rhonda cada vez que ella estaba en un aprieto. A primera vista, parecía un hombre común, por lo que Rhonda no pudo evitar preguntarle cómo podía poseer tantos conocimientos acerca de diferentes áreas. Pero Eliam siempre ha logrado esquivar esta pregunta. En un abrir y cerrar de ojos, Rhonda alcanzó la cima de su carrera gracias a la ayuda de su esposo. La vida les iba bien hasta que un día, Rhonda encontró una revista de negocios global. ¡El hombre de la portada se parecía exactamente a su marido! ¡Qué significaba eso! ¿Eran gemelos? ¿O le estaba ocultando un gran secreto todo este tiempo?
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
Ellos no saben que soy una chica. Todos me miran como si fuera un hombre, un príncipe. Su especie compra humanos para satisfacer sus lujuriosos deseos. Y cuando ellos llegaron a nuestro reino para llevar a mi hermana, intervine para protegerla. Fue así como ellos también terminaron comprándome. El plan era escapar, pero mi hermana y yo nunca tuvimos una oportunidad. ¿Cómo iba a saber que nuestra prisión sería el lugar más fortificado de su reino? Se suponía que debía quedarme en el anonimato, pues no tenían un uso para mí. Solo era alguien a quien nunca debían comprar. Pero entonces, el hombre más poderoso de la salvaje tierra, su despiadado rey bestia, se interesó por ese "principito bonito". ¿Cómo podremos sobrevivir en este reino brutal, donde todos odian a los de nuestra especie y no tienen piedad de nosotros? ¿Y cómo puede alguien, con un secreto como el mío, convertirse en una esclava sexual? Nota del autor: es una novela de romance oscuro, apta solo para mayores de edad. Espera varios temas sensibles, como la violencia. Si eres un lector experimentado de este género, buscas algo diferente y estás preparado para entrar sin saber qué es lo que te espera, ¡entonces sumérgete en esta aventura! . De la autora del bestseller internacional "La Esclava Más Odiada Del Rey"
Natalie creía que podía derretir el gélido corazón de Connor, pero estaba muy equivocada. Cuando por fin decidió marcharse, descubrió que estaba embarazada. Aun así, decidió abandonar la ciudad en silencio, lo que llevó a Connor a movilizar todos sus recursos y ampliar su negocio a escala mundial, todo en un intento por encontrarla. Pero no había rastro de su mujer. Connor se sumió poco a poco en la locura, poniendo la ciudad patas arriba y dejando el caos a su paso. Natalie apareció años más tarde, adinerada y poderosa, solo para encontrarse de nuevo enredada con ese hombre.
Janice, la heredera legítima olvidada hace tiempo, se abrió camino de vuelta a su familia, volcándose en ganarse sus corazones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su propia identidad, sus credenciales académicas y sus obras creativas en favor de su hermana adoptiva. A cambio de sus sacrificios, no encontró calor, sino un mayor abandono. Decidida, Janice juró cortar todo vínculo emocional con ellos. Tras quitarse la máscara, ahora era conocida como maestra en artes marciales, experta médica y célebre diseñadora que sabe ocho idiomas. Con una nueva determinación, declaró: "A partir de hoy, nadie de esta familia se cruzará conmigo".
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.