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Jaiden Stone, una oficinista de 25 años, ha estado enamorada de su amigo Freddie Benson, con quién llegó a tener una relación de amigos con derecho sin llegar a nada serio, pero ahora tiene una novia llamada Miranda. A pesar de su amistad, Freddie ha decidido alejarse de Jaiden para evitar conflictos, lo que le causa un profundo dolor. Desesperada por escapar de su corazón roto, Jaiden se embarca en una aventura nocturna con un extraño en un bar. Este misterioso hombre es Skandar Landon, un CEO de 36 años con gustos poco convencionales que ha tenido dificultades para encontrar satisfacción en sus relaciones anteriores. Al conocer a Jaiden, descubre que ella puede cumplir con sus necesidades especiales en la intimidad. Atraído por su química, Skandar decide hacer de Jaiden su objetivo, iniciando una intensa búsqueda para hacerla suya.
Capítulo 1:
Jaiden se encontraba en el parque, mirando las hojas caer mientras esperaba a Freddie. Había notado que su amigo había estado distante últimamente, y sabía que algo no estaba bien. Cuando Freddie llegó, la tensión era palpable.
-¿Freddie? -empezó Jaiden, intentando sonar casual-. ¿Podemos hablar?
-Claro, ¿sobre qué? -Freddie se cruzó de brazos y suspiró.
-He notado que te has alejado un poco -comentó Jaiden- ¿Por qué?
Freddie se quedó en silencio un momento, mirando al suelo.
-Sí, bueno.. Creo que esta relacion que teniamos de amigo con derechos debe terminar. no quiero que haya problemas entre nosotros. -dijo Freddie con seriendad
-¿Desde cuándo te importan cosas así? -preguntó Jaiden, mostrando un poco de confusión
-Lo sé, pero... tengo novia -confesó Freddie y Jaiden pudo sentir el duro golpe en su corazón- Es Miranda y la amo de verdad y no quiero que nada perjudique mi relación con ella, por eso me distancie y decidi terminar con lo supuesta relación que teniamos -dijo Freddie, con la mirada fija en el horizonte.
-¿Y ahora qué tenemos exactamente? -replicó Jaiden, levantando una ceja- Dime la verdad ahora que tienes novia. ¿Aún hay lugar para mí en tu vida como amiga? -pregunto y Freddie se quedó en silencio, atrapado entre sus sentimientos.
-No es eso, Jaiden. Me importas, pero lo que tengo con Miranda... es diferente. -dijo Freddie con sinceridad y Jaiden pasó la mano por su cabello, sintiéndose traicionada.
-Siempre pensé que teníamos algo especial. -dijo Jaiden conteniendo sus ganas de llorar
-Lo tenemos -respondió Freddie, con la voz entrecortada-. Pero no sé cómo equilibrar todo. amo a Miranda, pero también te aprecio mucho.
-Así que ¿simplemente vas a desaparecer? -preguntó Jaiden, sintiéndose impotente-. ¿Dejarás que todo esto termine por un nuevo romance?
Freddie se acercó, tratando de tomar su mano, pero Jaiden se hizo a un lado.
-No era mi intención herirte, Jaiden. -dijo Freddie
-Lo sé, sé perfectamente que habíamos quedado en qué solo seríamos amantes casuales sin llegar a nada serio, pero el que se enamora pierde no y yo acabo de perder -dijo Jaiden con lágrimas en los ojos- Lo mejor será alejarnos, que seas muy feliz con Miranda -dijo para irse de alli con el corazón destrozado
Los días siguientes fueron un desafío constante para Jaiden. A pesar de los esfuerzos por mantener una fachada de normalidad en la pequeña galeria de arte que dirigía, el peso del corazón herido se volvía más y más evidente. Sus amigos más cercanos en el trabajo, Lucy, Susan y Robbie, rápidamente notaron que su chispa habitual había desaparecido. Una tarde, mientras se tomaban un descanso, Lucy se acercó con una mirada preocupada.
-Jaiden, hemos notado que no has estado tú misma últimamente. ¿Qué está pasando?
Susan se unió a la conversación, apoyando a Lucy. -Sí, tómate cinco minutos y cuéntanos. Sabemos que algo no está bien.
Jaiden miró a sus amigos, sintiendo que la compasión en sus ojos la obligaba a abrirse. -Es complicado... Freddie y yo tuvimos una conversación, y parece que su nuevo romance lo ha alejado de mí.
Robbie, que normalmente era el más reservado del grupo, intervino. -Eso debe doler mucho. Pero no puedes quedarte así. Necesitas distraerte un poco. ¿Qué tal si salimos a beber esta noche?
-Sí, una salida nos vendría bien -dijo Lucy, iluminando su rostro con una sonrisa-. Prometemos hacer que te diviertas.
Jaiden dudó por un momento, sintiendo la resistencia en su interior. Sin embargo, el deseo de escapar del dolor la llevó a asentir.
-Está bien, supongo que podría usar una noche fuera.
Esa noche, el grupo se reunió en su bar favorito. La música sonaba fuerte y las risas llenaban el aire. Jaiden intentó dejar a un lado su tristeza, de repente sintiéndose un poco más ligera.
-A ver, Jaiden, elige tu bebida -dijo Robbie, levantando una copa en señal de brindar.
-¡Por la amistad! -exclamó Jaiden, levantando su vaso mientras los demás aplaudían. En ese momento, sintió que la energía de sus amigos podía aliviar un poco la carga de su corazón.
A medida que la noche avanzaba, las historias divertidas y las anécdotas comenzaron a fluir. Aunque la risa llegaba fácil, en el fondo, Jaiden sabía que el camino hacia la sanación no sería rápido. Cada brindis era un recordatorio de que, aunque Freddie podía haber tomado otro camino, ella tenía amigos que la apoyaban, lista para ayudarla a navegar por este mar de emociones.
-¿Quién quiere el siguiente trago? -preguntó Susan, sonriendo con complicidad.
-Yo, por supuesto, esto es solo el comienzo -respondió Jaiden, sintiéndose un poco más valiente mientras la música envolvía su dolor en una burbuja de alegría temporal.
La risa y la música del bar envolvían a Jaiden y sus amigos en un ambiente cálido y despreocupado. Sin embargo, la diversión se detuvo en seco cuando su mirada se posó en la entrada. Ahí estaba Freddie, acompañado de Miranda, riendo y disfrutando de la noche. El corazón de Jaiden se hundió. Lucy, notando el cambio instantáneo en la expresión de Jaiden, siguió su mirada.
-Oh no... ¿es Freddie? -preguntó con preocupación.
-Sí... -respondió Jaiden, tratando de tomar un sorbo de su bebida para calmarse. Pero no era tan fácil. Los ojos de todos en la mesa se dirigieron a la pareja.
Freddie, al percibir que Jaiden estaba allí, hizo un movimiento para acercarse. Sin embargo, Susan rápidamente se interpuso.
-No creo que sea una buena idea. No queremos que esto se convierta en un drama. -dijo viendo con seriedad a Freddie
-Exacto -afirmó Robbie-. Jaiden, no tienes que lidiar con esto ahora. Disfruta con nosotros.
Freddie dudó en su lugar, buscando la mirada de Jaiden, pero fue interceptado por el firme gesto de Susan. Mientras tanto, Miranda parecía estar disfrutando de su bebida, sin percatarse de lo que estaba sucediendo en la mesa de Jaiden.
-¿De verdad creían que venía a confrontarla ? -preguntó Freddie, evidenciando la confusión en su rostro. Pero la decisión de sus amigos de proteger a Jaiden era firme.
-Tienes que dejarla en paz por esta noche -dijo Lucy, casi en un susurro, -no es el momento adecuado.
Jaiden sintió un torbellino de emociones: tristeza, ira y una punzada de celos al ver a Freddie marcharse del lugar con Miranda. Sin embargo, al mismo tiempo, la lealtad de sus amigos le daba un poco de consuelo.
-Vayamos a bailar -sugirió Susan con entusiasmo, intentando cambiar el ambiente-¡Eso siempre mejora las cosas!
Jaiden se levantó de la mesa, obligándose a dar un paso más allá de la frustración.
-Sí, bailamos. Necesito despejar la mente. -dijo tratando de sonreír
Ya en la pista, Jaiden se dejó llevar por el ritmo, disfrutando del apoyo de sus amigos, mientras trataba de olvidar, aunque solo fuera por un momento, lo que estaba ocurriendo unos metros más allá.
Jaiden continuó disfrutando del ritmo de la música, aunque con cada canción sentía que la emoción de la noche se desvanecía lentamente. Tras un rato bailando, sus amigos decidieron que era hora de regresar a casa. Sin embargo, ella no estaba lista para dejar el ambiente del bar. Con una sonrisa en los labios, les dijo:
-Chicos, quiero quedarme un poco más.
Aunque sus amigos no estaban completamente convencidos, finalmente accedieron, sabiendo lo importante que era para Jaiden encontrar un momento de escape. Una vez sola, regresó a la barra y pidió otro trago, disfrutando la calidez del alcohol que fluía en su sistema. Los colores y sonidos del bar comenzaron a mezclarse, y aunque se sintió un poco ebria, estaba consciente de lo que hacía, lo que la llevaba a tomar decisiones impulsivas.
Después de un último trago, Jaiden se levantó para buscar el baño. Su cabeza giraba un poco, pero la risa de la gente y la música seguían animándola. Al llegar a las instalaciones, se lavó el rostro con agua fría, buscando aclarar su mente.
Cuando alzó la mirada hacia el espejo, se sorprendió al ver a un hombre de pie justo detrás de ella. Tenía una apariencia intrigante, con una seriedad y ojos que reflejaban curiosidad.
Continuará...
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