Instalar APP HOT
Inicio / Moderno / Un matrimonio fugaz con el magnate secreto
Un matrimonio fugaz con el magnate secreto

Un matrimonio fugaz con el magnate secreto

5.0
1 Cap./Día
246 Capítulo
Leer ahora

¿Por qué aquel hombre en la televisión, considerado el soltero más codiciado y líder de una familia rica, se parecía tanto a su esposo? Adrian era un desconocido para Elyse cuando acordaron casarse. Planearon divorciarse al cabo de un año, citando sus diferencias irreconciliables como la razón. No tenían idea de que terminarían viviendo juntos, compartiendo la vida y el lecho. Más tarde, Adrian le propuso: "¿Qué te parece si convertimos este matrimonio en algo verdadero?". Posteriormente, la verdadera identidad de él comenzó a salir a la luz. Un día, un niño le preguntó a Elyse: "Mami, ¿este es papa?". Sorprendido, Adrian confrontó a la mujer: "¿Cómo pudiste ocultarme a nuestro hijo?".

Contenido

Capítulo 1 Matrimonio por contrato

Frente al Registro Civil, Elyse Warren miraba el certificado de matrimonio que sostenía en la mano.

Negó con la cabeza y dejó escapar un suspiro. Se sentía atrapada en un sueño absurdo; aquel documento significaba que ahora estaba casada con un completo desconocido.

De pronto, un carraspeo a su espalda la interrumpió. "Hemos terminado", dijo una voz masculina. "No vuelvas a contactarme. Dentro de un año, nos divorciaremos; alegaremos falta de afecto".

La voz del hombre era grave y firme, pero con un matiz tan frío y distante que resultaba desagradable.

Elyse se giró para mirar al hombre, Adrian Lambert, y respondió con la misma frialdad: "No tienes que decirme qué hacer. No te preocupes, no volverás a saber de mí hasta el día del divorcio. Recuerda que estoy en esto por la misma razón que tú: cumplir el deseo de nuestras familias".

"Me alegra oír eso", murmuró Adrian antes de sacar una cajetilla y encender un cigarrillo. El humo envolvía sus atractivas facciones, revelando a ratos un ceño fruncido.

Estaba metido en ese embrollo por culpa de su abuelo. De no ser por él, Adrian jamás se habría involucrado en un matrimonio, y mucho menos con una mujer a la que no conocía.

Esa boda era el resultado de un pacto hecho entre su abuelo y la abuela de Elyse.

Por lo que sabía, la abuela de Elyse le había salvado la vida a su abuelo años atrás. Como él se convirtió en el artífice del éxito de la familia Lambert, todos consideraban a la abuela de Elyse la benefactora de su prosperidad. En señal de gratitud, el anciano se aseguró de que él y Elyse estuvieran comprometidos desde niños.

Ahora que ambos abuelos habían llegado a una edad avanzada, insistieron en verlos casados antes de que su tiempo en este mundo terminara. Con ese propósito, movieron cielo y tierra para hacer realidad aquel absurdo compromiso.

Naturalmente, Adrian era un hombre implacable que nunca se doblegaba ante la voluntad de otros.

Pero su abuelo era la única excepción. Sentía un profundo respeto y lealtad por el anciano.

Aunque lo único que deseaba era no tener nada que ver con Elyse, no podía desobedecer su deseo. Así que no tuvo más remedio que casarse con ella.

"Fumar acorta la vida. Te aconsejo que lo hagas menos", dijo Elyse con frialdad. Luego, miró su reloj y añadió: "Se me hace tarde. Hoy tengo que ir a montar mi puesto en el mercado. Debo irme".

Al oírla, Adrian se encogió de hombros con indiferencia y le hizo un gesto displicente para que se marchara. Pero cuando Elyse comenzó a alejarse, él miró el cigarrillo en su mano, lo arrojó al suelo y lo aplastó con la punta del zapato.

En ese momento, un Rolls-Royce entró en el estacionamiento del Registro Civil y se detuvo frente a Adrian.

Su secretario, Grayson Briggs, bajó del auto, se le acercó y dijo con respeto: "Señor Lambert, ¿lo llevo de regreso a la oficina?".

Adrian asintió y caminó hacia la puerta del copiloto, pero justo cuando iba a subir, se detuvo. Miró el acta de matrimonio en su mano y se la arrojó a Grayson. "Llévasela a mi abuelo".

Grayson atrapó el documento al vuelo y lo examinó. Al ver de qué se trataba, se quedó atónito.

¿Adrian estaba casado?

¿Qué demonios estaba pasando?

¿Cómo era posible que un hombre como Adrian, tan frío con las mujeres, se casara así, de la nada? ¿Era una especie de broma pesada?

"¿Algún problema?", preguntó Adrian con irritación al notar la expresión estupefacta de Grayson.

Grayson se recompuso y se disculpó de inmediato: "Disculpe, señor. Me aseguraré de que su abuelo lo reciba hoy mismo".

Sin embargo, antes de subir al asiento del conductor, volvió a mirar el certificado, confirmando lo que había visto. En efecto, Adrian Lambert, heredero de la familia más prestigiosa de Liverton, se acababa de casar.

Mientras se alejaban, Adrian suspiró y sacudió la cabeza con incredulidad. ¡No podía creer que ahora fuera un hombre casado!

En ese instante, recibió una llamada de su abuelo, Vince Lambert.

Adrian suspiró de nuevo y contestó. De inmediato, la voz de Vince resonó al otro lado de la línea. "Adrian, ¿pudieron tú y Elyse obtener el certificado de matrimonio?".

Adrian frunció levemente el ceño y respondió entre dientes: "Sí, ya estamos casados. Grayson te llevará el certificado hoy mismo".

"¿Que me lo traerá? ¿Y qué se supone que haga yo con él? Es tuyo, no mío, así que guárdalo bien. Y recuerda, Elyse ahora es tu responsabilidad. Trátala bien y protégela de todo mal", dijo Vince con firmeza.

"Haré exactamente eso", respondió Adrian con desgano. Aún no sabía si Elyse aceptaría el divorcio dentro de un año o si se pondría obstinada. Con la intención de resultarle poco atractivo, Adrian se había vestido y presentado como un oficinista cualquiera.

Temía que, si aquella mujer desconocida con la que el anciano lo había emparejado descubría que él era la cabeza de la familia Lambert, se negara a dejarlo ir cuando se cumpliera el plazo.

"¡Adrian! No olvides que espero un bisnieto gordito de tu parte, alguien que continúe con el apellido de la familia. Espero que tú y tu esposa se pongan a trabajar en ello cuanto antes", dijo Vince.

Adrian abrió la boca para responder, pero se quedó sin palabras.

"Y espérenme pronto. Iré a visitarlos en unos días".

Al oír esto, Adrian se enderezó de golpe. "¡Espera! No es necesario, abuelo. ¡Acabamos de casarnos! Nos vendría bien un poco de tiempo a solas".

Vince bufó. "¿Y eso quién lo dice? ¿Acaso intentas prohibirme que vea a mi nieta política? Iré, te guste o no". Antes de que Adrian pudiera seguir discutiendo, Vince colgó abruptamente.

Adrian apretó los dientes con rabia y se frotó las sienes, intentando calmarse. Ahora tenía que establecer algún tipo de relación con "su esposa".

"Da la vuelta. Ahora", le ordenó a Grayson.

"¿Disculpe?". Grayson enarcó una ceja y lo miró por el retrovisor.

"No esperes que lo repita", respondió Adrian fríamente. Sus gélidas palabras hicieron que Grayson se estremeciera, por lo que giró el volante con rapidez y dio una vuelta en U.

No podía imaginar por qué Adrian se había enfadado tanto de repente.

Seguir leyendo
img Ver más comentarios en la APP
Recién lanzado: Capítulo 246 Cuidando al Sr. Lambert   Hoy10:07
img
img
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY