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Amar como Pingüinos

Amar como Pingüinos

5.0
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Cuando un pingüino se enamora, busca la piedra perfecta en toda la playa para regalarsela a su pareja. Cuando finalmente la encuentra, él se inclina y coloca la piedra justo frente a ella. Luego de que acepten la propuesta permanecen juntos toda la vida. ¿Quieres ser mi pingüino?

Capítulo 1 Amar como Pingüinos 27 de abril del 2021

Me paso todo el día en el celular, navego en Instagram, lo cierro, juego en línea, me aburro, veo YouTube, me duele la cabeza, me acuesto en la cama, me duermo, me levanto, como algo y de vuelta a lo mismo.

*Tienes una solicitud de amistad de "Pingüinraze" *

-Aceptar-

-Rechazar-

Mi ceja se arquea extrañada, solía jugar mucho en línea pero a pesar de tener un buen perfil no recibía invitaciones.

Deslizo analizando su perfil, es de alto nivel y sin pensarlo dos veces toco aceptar.

Cierro el juego para ver YouTube, pero antes de que cargue, aparece una notificación en mi pantalla. Era de aquel jugador escribiéndome por privado, extrañamente estaba interesado en hacer una partida conmigo.

Le respondo con un seco pero directo 《sí》y abro el juego de vuelta.

—¿Hola?— Una voz masculina grave eriza inconscientemente mi piel.

—Hola.— Respondo mostrándole poco interés y avanzando en el juego, el chico me persigue.

—Me gusta bastante tu skin.— Me tiran por la espalda y él me defiende. —¿cómo la conseguiste?— Hacemos juntos un doble asesinato. —¿Hace cuánto juegas?— Su interés por poner una conversación en medio de la partida me llama la atención pero hago caso omiso a sus preguntas.

—¿Quién eres?— Cuestiono, recargo mi arma y le doy un tiro en la cabeza a un enemigo.

—¿Preguntas mi nombre? Que atento de tu parte.— Siento su risa a través de los auriculares. —Me llamo Lin y te mande solicitud porque me llamó la atención que tuvieras tan alto nivel pero ni un amigo, además por lo que vi en tu perfil, eres de mi zona.—

—¿Dices que te di lástima?— Muerdo mi labio inferior al casi morir idiotamente.

—Nada de eso, ¡cuidado!— Me salva una vez más. —Más importante aún ¿por que aceptar la solicitud de un desconocido?

No respondo a su pregunta y continúo jugando, observo un poco más su skin y noto algo interesante.

—¿Te gustan los pingüinos?— Disparo a sus espaldas.

—¿Qué? ¿Por qué la pregunta?— Dispara a mis espaldas.

—Tu ropa, mochila y nombre de usuario te delatan.— Recarga su arma y suelta otra risa de aire.

—¿Tienes interés en mí?— Me sonrojo y bajo la guardia por un segundo haciendo que cayera muerta al suelo. —Oh, mierda— Lo rodean y también le hacen morir.

—Bueno, yo ya me voy.— Me despido y cuelgo sin dejarlo articular ninguna palabra. Al instante recibo un mensaje de él mismo.

Pingüinraze:

Buena partida UwU, para la próxima ganamos.

Yo:

Sí :)

Pingüinraze:

¿Puedo al menos saber tu nombre?

Dejo el mensaje en leído poniendo el celular en mi bolsillo y procedo a vaguear en mi habitación, me tiré en la cama a mirar el techo sin ningún sentido.

—Quizás no sea tan malo tener un compañero.— Sonreí de boca cerrada para mí misma.

Puse mis manos juntas en mi barriga y cerré los ojos, quedando profundamente dormida.

***

—Ellie, despierta.— Siento que me mueven toscamente a empujones.

—¿Que quieres?— Pregunto con vagancia sin siquiera abrir los ojos.

—Vamos despierta, le prometiste a mamá que irías al viaje familiar.

—¿Cual viaje? Yo no prometí nada, déjame dormir.— La voz chirriante de mi hermana pequeña aturdida mis oídos insistiendo con mi nombre. —Vale, vale, vale. Me levantaré, ¿si?— Me siento en la cama y ella se pone delante de mí.

—¿Qué esperas?— Pregunta con una sonrisa impaciente.

—¿Cuándo es el viaje Abby?— Cuestiono restregándome los ojos y bostezando.

—Hoy.— Mi cara de obvia sorpresa se hace aparecer, ojos como platos y boca abierta para la mosca que deseé entrar.

—¿Cómo que hoy? ¿Por qué no dijiste antes?— Ella sonríe pícaramente y sale corriendo de mi habitación.

Me levanto de la cama bajando las escaleras hasta la cocina donde había corrido la mocosa.

—Madre, madre, ya Ellie está despierta.— Le jala del delantal a mi madre quien está cocinando algo.

—¿Cómo lograste levantarla de la cama pequeña traviesa?— Hace un toquecito con la cuchara en su nariz y ella ríe nuevamente. —Hija, ¿ya tienes todo listo?

—¿A dónde vamos?— Indago y prendo mi celular navegando sin sentido, releyendo el mensaje que aquél jugador llamado Lin, misteriosamente interesado en mí me había enviado.

Pingüinraze:

¿Puedo al menos saber tu nombre?

Lo miro un poco más y... sonrío.

Yo:

Me llamo Ellie

Pingüinraze:

Tienes un nombre muy hermoso ¿sabías?

Me sonrojo al ver su respuesta inmediata.

—Hey, Ellie, ¿me estas escuchando?— Mi madre chasquea los dedos en mi cara para que volviera a la realidad.

—No madre, lo siento.— Me disculpo y con la cabeza baja.

—Vamos a la playa.— Mi madre me da un suave golpe en la cabeza y vuelve a lo que estaba cocinando.

—¡Si! ¡Playa!— Celebra Abby dando saltitos consecutivos.

—¿Cuánto falta para el viaje?— Sigo haciendo preguntas para informarme y miro otra ves mi teléfono.

Pingüinraze:

Tienes un nombre muy hermoso ¿sabías?

Yo:

El tuyo no está mal tampoco, me recuerda a un videojuego

Pingüinraze:

Seguramente estás igual de preciosa que tu nombre.

Yo:

¿Me coqueteas? -.-

Pingüinraze:

Puede ser 7w7

Suelto una risa bastante sonora y de fondo escucho a mi mamá decir:

—Falta una hora para irnos, será todo el día así que piensa en lo que preparas.— Vuelvo a saltar de sorpresa y corro a mi habitación.

Tomo una mochila pensando en que llevarme, miro la batería de mi celular y de inmediato lo pongo a cargar.

Empaco audífonos, ropa interior, protector solar, una toalla, mi laptop por si me quedo sin carga en el celular y ropa de más por si acaso aunque es solo un día.

—¡El almuerzo está listo!— Grita mi madre desde el piso de abajo, me puse una ropa apropiada con debajo el bikini, colgué la mochila en mi hombro desconecté el celular del cargador y bajé.

En la mesa una ligera comida acabada de hacer y un olor exquisito captó toda mi atención, mis tripas se removieron y me senté para comer dejando a mi lado la mochila, y al lado del plato el móvil.

—Entonces...— Mi madre abre conversación, traga y se limpia con la servilleta. —¿Ya están listas?

Mi hermana contesta con un largo y ansioso 《sí 》, yo solo asiento a su pregunta porque tenía comida en la boca.

—Bien, entonces cuando acabemos aquí, será solo montarnos en el auto.— Nos toma las manos a ambas y sonríe.

—¿Y papá?— Indago, la molestia en la cara de mi madre se muestra de inmediato.

—No vendrá esta ves.— Protesto con el labio ante su falsa sonrisa y termino lo que me falta para terminar.

—Madre he terminado, mira.— Abby muestra el plato vacío.

—Así se hace pequeña.— Se levanta encima de la silla para celebrar el halago de nuestra madre.

La playa estaba relativamente cerca, a una hora de viaje o incluso menos, pero no solíamos ir tan seguido porque mi madre se la pasaba poniendo escusas.

—Vamos Ellie, apresúrate.— Abby toma mi mano y jala de ella llevándome en dirección al interior del auto.

Mi madre acomoda el espejo desde el asiento del chofer y sonríe para nosotras, Abby le contesta el gesto y yo solo saco los audífonos de mi mochila para conectarlos al celular.

Pingüinraze:

¿Jugamos? n_n

Yo:

Va B)

Pingüinraze:

¡A ganar! :3

—Hey, ¿estás lista? Ésta ves no podemos perder.— Habla nada más contesto la llamada mientras el juego carga.

—Estoy más que lista.— Relajo mis manos y aprieto el celular mostrándole a mi cerebro que "perder" no está en mis planes hoy.

—Detrás de ti— Pongo un escudo para ambos gastando un poco de mi energía, curo mi vida y recargo el arma desvaneciendo el escudo para dispararle a quienes nos atacaban por la retaguardia. —Bien hecho Ellie.

—¿Quien te dio permiso para decir mi nombre?— Riño con tono burlón y el se ríe a carcajadas.

—Venga vamos, solo falta por derribar a una pareja.— Avanzamos sin encontrar a quienes buscábamos, así que nos separamos. —¿Encontraste a alguien?

—A absolutamente nadie.— Miro a mi ventana, se veía el mar a unas cuadras. —Este viaje lo sentí mas corto de lo que normalmente son.

—¿También estas en auto?— Pregunta Lin.

—Sí, voy a la playa.— Le respondo avanzando con esmero en el juego.

—Que casualidad yo tam... ¡Ellie!— Había caminado sin rumbo y sin darme cuenta llegué hasta Lin de vuelta, disparándome a mis espaldas estaba la pareja faltante para llegar a la victoria.

Entre dos me bajaron y al él intentar salvarme también perdió. —La cagué.

—No te preocupes para la próxima será.— Siento otra risa de aire y me despido porque ya habíamos llegado.

—¡Playa!— Grita mi hermana sacándose las chanclas de los pies y saltando en la arena.

—Alquilemos unas sillas.— Camina mi madre también quitándose las sandalias.

Agarro mis cosas y camino detrás de ellas.

Mi madre se puso a hablar con uno de esos encargados para las sillas y yo y mi hermana elegiamos las que usaríamos.

—¡Sí!— Mi hermana corre hacía el agua y yo me acomodo en la tumbona.

Poniendo de nuevo los audífonos para oír música, cuando me interrumpe un tono de llamada.

—¿Hola, Ellie?— La voz no la sentía solamente a través del audífono, sino también a mi alrededor.

—¿Lin?— Miro disimuladamente a las sillas que me rodean y... bingo.

Cuelgo la llamada y me acerco a quien creía yo que era aquél jugador desconocido.

Él me mira con confusión al girarlo frente a mí.

—¿Lin?— Sus ojos se abren y parece que reconoce mi voz.

—Definitivamente eres igual de hermosa que tu nombre.— Me sonrojo y lo observo un poco, no está para nada mal, pero mi atención se la lleva su traje de baño.

Suelto una gran carcajada al notar que incluso su short de baño tenía pingüinos de diseño.

—En serio amas los pingüinos.— Intento recuperarme de tanta risa, tomando aire apoyando mis manos en las rodillas.

—¿También te obligaron a un "viaje familiar corto"?— Habla mirando detrás de él.

—Sí.— me limpio las lágrimas de risa. —Es un desperdicio de tiempo.

Me mira de arriba a abajo: —Antes de verte creía lo mismo, ¿caminamos?

Asiento con la cabeza y nos acercamos a la orilla de la playa.

—Entonces, así fue como llegue a la edad de diamante.— Puse mis manos juntas en mi espalda y caminaba contra el sol de frente a él.

—Yo aún no paso del de plata, en serio no sé como adivinaste el último desafío que tiene ese rango— De repente se detiene y hago lo mismo. —Esto se siente bien, es como si nos conocieramos de toda la vida.

—Eres lo mas cercano a mi primera relación social y la verdad no está nada mal.— Le regalo una sonrisa sonora y me la devuelve.

—En serio, nunca me había sentido tan cómodo con absolutamente nadie.— Me toma de los hombros y me mira fijamente. —Ahora mismo siento que necesito conocerte más.

Bajo la mirada hacia el suelo.

—¡Lin, ya nos vamos!— El sol estaba cayendo y los gritos llamando a este chico se hicieron sonar en todo el lugar.

—¡Voy!— Responde. —¿Nos volveremos a ver?

Le respondo con un beso en la mejilla lo cual hace que ambos nos pongamos como tomates.

Veo como se aleja y mi vista vuelve al suelo, algo con lo que las olas estan chocando brillaba para mí, me agacho para recogerlo y lo guardo en mi puño.

—¡Ellie, hora de volver!— Mi madre me grita a lo lejos y corro en su dirección.

En el auto mi hermana queda profundamente dormida apoyandose en mis piernas.

Pingüinraze:

Gracias a ti la terminé pasando bien en éste "viaje familiar"

Yo:

Mejoraste bastante el mío

Pingüinraze:

Deberíamos vernos de nuevo.

Yo:

Te gustaría mañana en el acuario que hay frente al parque central del puerto, vivo relativamente cerca.

Pingüinraze:

¡Me encantaría! ¿Es una cita? 7w7

Yo:

Tal vez...

Sonrío y miro fuera, ya habíamos llegado a casa, el viaje de regreso siempre me parece mas corto.

Al entrar a la casa tiro mis cosas en el cuarto, dejo lo que tenía en el puño encima del escritorio y voy directo a darme un baño, la ducha fría y refrescante me hacían sentir muchísimo en calma.

Pensaba en hoy, la tarde que me había dado este desconocido, lo mucho que conectabamos y lo bien que coincidíamos en opiniones.

Salgo de la ducha para secarme y vestirme cómoda, me tiro en la cama y me pongo a mirar aquello frente al escritorio hasta que sin darme cuenta me quedo dormida.

***

Al abrir mis ojos estoy emocionada, me levanto con bastante animo y miro la hora.

Era medio día.

Habíamos quedado en la tarde así que no había problemas, tenía tiempo suficiente para prepararme lo necesario.

Doy un salto hasta el baño para asearme y darme una ducha, luego a mi clóset, me pongo un conjunto que me gusta bastante, tomo lo que está encima del escritorio, lo pongo en mi bolsillo y bajo para almorzar.

Me apuro en terminar, mi madre nota mi emoción pero inevitablemente la ignoro y salgo por la puerta.

Yo:

Estoy lista y de camino a donde quedamos

Pinguinraze:

Pero que energía y que ganas, yo también estoy caminando hacía el lugar.

Sonrío y me guardo el celular en el bolsillo, revisando el otro y caminando de a pequeños saltitos.

Lo veo a lo lejos llegando casi al mismo tiempo y saludo alzando la mano sacudiendola sin cesar.

—Ellie— Me abraza con afecto y mis mejillas corresponden.

—Lin, ¿qué tal?— Me separo de sus brazos y pregunto con la cabeza un poco inclinada y sonriendo. —¿Ningún problema al venir?

—Ninguno, ¿tú como estás?— Me mira de arriba a abajo. —A parte de preciosa.

Le golpeo levemente el pecho y nos reímos ambos.

—Venga, caminemos.— Entramos al lugar.

Al entrar era precioso, peces a nuestro alrededor e incluso tiburones, plantas marinas desconocidas y también personas dentro de los estanques.

Pero la razón por la que lo había invitado aquí, no eran algas ni tiburones. Ayer antes de ir a la playa me había llegado un anuncio, en él decía que iban a transportar pingüinos a este acuario y que los exhibirían hoy.

—Ven, sigueme.— Lo jalo de la mano y se nota la emocionante intriga en su rostro.

Me detengo delante del área de pingüinos y suspiro profundamente. Él mira con sorpresa y emoción a los pingüinos, lo cual me pone más nerviosa.

—Te tengo una sorpresa— Miro al suelo, aprieto lo que tenía en la mano para él y me sonrojo inconscientemente.

—¿Me vas a llevar a Alaska para bucear con pingüinos?— Lo miré haciendo pucheros con una sonrisa y negué con la cabeza.

—Toma.— Le doy una piedra que tenía venas verdes y azules, era hermosa me atrevería a decir que es la piedra mas preciosa de todo el mundo, me la había encontrado aquella vez en la playa y me recordó a él por alguna razón —¿Quieres ser mi pingüino?

Sus ojos brillan y parece no saber que tiene que hacer, iba a decir algo pero sin antes dejarme articular palabras nuestros labios estaban tocándose haciendo un perfecto beso.

—Definitivamente, sí— Me toma de los hombros aún con mucha emoción y me abraza con fuerza.

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