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Podría llegar tan bajo por ti

Podría llegar tan bajo por ti

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Contenido

Holly Ryan es una adolescente que sufre violencia por parte de su novio, Tim. A pesar de su codependencia emocional y los continuos maltratos de su novio, Holly se empeña en ver las cosas de manera optimista. Durante una fiesta conoce a Ascher, un enigmático chico que la salva del temperamento descontrolado de su novio. Ambos se conectan de alguna manera, sin embargo, no es sencillo para Holly ver más allá de su relación con Tim, por lo cual, Ascher se empeñará en hacerle ver que su vida puede mejorar si empieza a quererse a sí misma. Mientras más tiempo pasan juntos, un sentimiento nace entre ellos, sin embargo, Ascher esconde un secreto que no es fácil de revelar, pues teme la reacción que este pueda causar en Holly, pero la brecha que se crea entre ambos lo hará decidir si ocultar su identidad o arriesgarse a que Holly no le permita estar más en su vida. Segundo libro: La mejor versión de mí. Tercer libro: Mi corazón hecho por ti. Cuarto libro: Mi corazón hecho por ti: P.D para siempre. Sígueme en; ig: Danyelys_1 ig2: writer_danger tiktok: writerdanger Twitter: Writerdanger

Capítulo 1 Primer capítulo

—¡Vamos, Ascher! Será divertido, personas diferentes, un ambiente distinto, te prometo que valdrá la pena, habrá muchas chicas lindas —dice el castaño, insistente, intentando convencer a su amigo rubio—, ya me cansé de las reuniones aburridas que hacen nuestros padres —concluye hastiado mientras entra al salón de clases y toma asiento en el pupitre.

—No exageres, Jack —replica su amigo pelirrojo—. Lo dices como si estar con personas de baja clase fuera algo de otro mundo. Además, de ese tipo de personas no podemos esperar mucho, no hay que confiarse —dice sentándose en un pupitre detrás de Jack.

El castaño lo mira entre serio y ofendido.

—No son criminales, Trevor —refunfuña. Un chico rubio se sienta junto a Jack robando su atención—. Tú decides, Ascher —Jack y Trevor miran a su amigo esperando su respuesta, quién sin pensarlo responde:

—Claro que sí, probar algo nuevo será genial —responde optimista. Trevor lo mira disgustado—. No será tan malo Trevor, te vas a divertir —dice tratando de animarlo.

—¡Ash! —expresa el pelirrojo con fastidio—. Esa chica debe ser tan hermosa como para que te interese ir a una de esas fiestas pordioseras —dice Trevor antipático mientras acomoda su corbata.

—Trevor tiene algo de razón —opina Ascher—. No hay que juzgar lo que no se conoce, pero sí concuerdo en que la chica te debe tener como loco si quieres volver a verla. Tu estilo es estar con chicas por diversión, ¿cómo la conociste? —cuestiona el rubio, intrigado.

La forma de actuar de Jack es bastante extraña, nada propia de él. Ascher incluso siente curiosidad por saber qué de especial tiene la chica.

—La vi hace una semana en una de esas fiestas, era tan… Hermosa. Intenté estar con ella por diversión, pero fue difícil —admite distraído—. No lo logré, me sentí derrotado y no sé por qué no busqué a otra, simplemente me quedé con ella y me comenzó a gustar —dice Jack, pensativo tratando de descifrarse a sí mismo.

—Bueno, tal vez te llegó el momento de tener relaciones serias, ¿no crees? —dice Trevor, el castaño alza los hombros con desinterés.

—No lo sé Trevor, no me quiero adelantar, sólo disfrutar mi presente, por el momento quiero conocerla más —responde Jack con seguridad en la última frase.

Jack realmente tiene ganas de saber qué pasa con esa chica.

—Bien, sólo iremos a cubrirte la espalda, no puedes confiar a ciegas en esa chica, ¿Y si te roba la fortuna? —cuestiona Trevor, desconfiado, el comentario hace reír al rubio de ojos verdes.

—¿Cómo carajo va a robarme la fortuna por vernos una segunda vez? —pregunta en tono burlón—, aunque en algo tienes razón, si me robó… El corazón. —Trevor voltea los ojos—. Dos cosas; primero, aún no le he comentado que soy rico, quiero esperar a ver qué pasa con nosotros; y segundo, puedo ir solo, pero es que ella no puede salir sin sus amigas, así que esto es como un tres para tres —Jack contesta nervioso, Ascher ríe con más fuerza al ver la cara de su amigo pelirrojo, quien está entre asqueado y enojado.

—Jack, no voy a estar con una de esas, tengo novia y es heredera de una buena fortuna. —Trevor frunce el entrecejo.

—Tranquilo, amigo, no le pondrás los cuernos a nadie, solo van a distraer a sus dos amigas para que yo pueda estar a solas con mi chica, no veo que Ascher se queje —Jack mira al rubio esperando alguna reacción.

—Pues debería —aporta el pelirrojo, malhumorado—. Su mamá le quitaría todo si estuviera con una menesterosa.

—Trevor, solo será esta vez, no tiene que enterarse —El rubio está un poco irritado por su comentario.

Una chica castaña de ojos azules pasa sonriente saludando a Ascher, él se limita a darle media sonrisa.

—A ella le gustas desde hace tiempo —Jackson le susurra en la oreja—, estás loco como para no ir al baile con ella, es una de las chicas más bonitas de aquí —sugiere en tono de reproche.

—Jack tiene razón, Ascher, y solo porque no te fue bien en tu última relación no significa que debas cerrarte a otras chicas —aconseja Trevor.

—No es mi tipo —responde Ascher desinteresado, saca su cuaderno de matemáticas y lo coloca encima del pupitre.

—Desde tu última relación nadie es tu tipo, ¿Qué vas a esperar? Ella es rica, o ¿Quieres a una pobre que solo te quiera por el dinero? Los pobres no saben lo que es el amor, tienen tanta necesidad de dinero que el amor lo dejan de lado —Trevor dice en tono seguro.

—Que te haya pasado a ti —aporta Jackson—, no significa que le pasará a Ascher, además, es su vida, él no va a vivir lo mismo que tú.

—¡Exacto! Además, Trevor, mi ex también es rica, pero ambiciosa y solo estaba conmigo porque creía que tendría todo el poder teniendo mi dinero también —explica Ascher recordando un poco de su pasado.

—¿Y por eso quieres probar algo nuevo? Ir a la fiesta y encontrar una pordiosera de “buen corazón”—expresa Trevor con actitud molesta—. O eso crees que encontrarás.

Ascher, cansado de la actitud tan petulante de Trevor, responde en tono duro:

—Trevor eres mi mejor amigo, te quiero, pero no estoy de acuerdo contigo, lo siento, y no, no voy a conocer chicas, solo le haré un favor a mi otro mejor amigo, ¿ok? Además, si así fuera, ¿Qué hay de malo en conocer a chicas diferentes de las que estamos acostumbrados a conocer por nuestra clase?

Ascher da por zanjado el tema y no permite que su amigo lo persuada, cinco minutos después llega el profesor a dar la clase.

***

—Sam, lo acabas de conocer —dice la morena obviando el tema a su amiga rubia.

—Por favor Holly, no estarán solas, le pedí que invitara a dos amigos suyos para que las acompañen —insiste la rubia.

—No, Samantha, ¿y si son secuestradores? No lo conoces de nada —Sam voltea los ojos y luego mira a su otra amiga.

—¿Tú qué dices Mónica? Tienes la última palabra —le pregunta Sam, Holly mira a su amiga pelinegra esperando respuestas, esta tiene expresión pensativa.

—Por favor, di que no, no me obliguen a ir, son mis mejores amigas y salimos juntas por votación —Holly mira suplicante a Mónica quien la mira con una sonrisa larga y responde:

—Sí, vamos —Holly le lanza una mirada fastidiada, cierra su casillero con algo de fuerza y se aleja dando pisotones por el pasillo de la escuela para llegar a su clase— ¡No te enojes! Será divertido —grita Mónica en tono divertido.

***

—¿Nos vienen a buscar o qué? —pregunta Holly mientras Sam la maquilla en su habitación.

—No, nosotras iremos.

La rubia se aleja un poco para observar con detalle el rostro de su amiga, buscando imperfecciones en el maquillaje.

—¡Genial, Sam! Encontraste a un novio sin auto —reprocha Mónica con los brazos cruzados desde la cama.

—¿Acaso importa? —Holly rueda los ojos—. No puedo creer que eso es lo que más te preocupa, si son personas malas, es mejor que no tengan auto, podrían llevarnos lejos y matarnos.

—Debes dejar de leer libros sobre crímenes —ríe Mónica y niega con la cabeza burlonamente.

—¿Tu no dirás nada? —pregunta Holly a Sam.

—Solo quiero aclarar que no es mi novio —responde nerviosa.

La rubia deja de echarle sombra en los ojos a Holly y toma una mascarilla de pestañas de su mesita para ponerla en las pestañas de Holly.

La mesa está repleta de cosméticos y un gran espejo con luces en el marco ilumina a Holly quien se sienta de perfil para que su amiga pueda maquillarla sin obstáculos.

—Tampoco te vayas a pasar, sabes que no me siento cómoda con tanto adherente en la cara —dice Holly alejando el rostro.

—Lo sé, pero solo quiero que mi amiga se vea más irresistible —dice Sam mientras coloca brillo labial.

—Sam, Holly tiene novio —Mónica hace el recordatorio y se acuesta boca abajo.

—Sí, pero es un idiota, no entiendo porque sigues con él —replica Sam, enojada—. Y tener novio no es impedimento para verse más linda de lo que ya es.

—Es bastante obvio, si Holly se muestra irresistible, habrá muchos chicos detrás de ella y los pobres tipos serán víctimas del puño de Tim —responde Mónica en tono serio.

Holly se levanta en cuanto Sam termina de maquillarla, efectivamente, Tim es un celópata, cualquier pobre chico que quisiera aspirar a Holly terminaría siendo víctima de su novio. Y el otro pobre chico no tendría la culpa.

—Ustedes saben por qué...

—Porque me ha ayudado demasiado y se lo agradezco muchísimo —interrumpen sus amigas al unísono imitando la voz de Holly con cierto fastidio.

Holly voltea los ojos, irritada.

—Sé que a veces se pone como loco y me trata mal, pero lo entiendo, tiene ciertos problemas con su familia y a pesar de todo, los deja de lado para ayudarme a mí —dice Holly cansada de explicar el tema una y otra vez.

—¿De qué te sirve estar con alguien por agradecimiento? Vas a ser muy infeliz por eso —bufa Mónica haciendo sentir mal a Holly, quién no va a protestar por algo que es cierto—. Como sea —mira a la rubia quien ahora se arregla—. Sam, estos chicos... ¿Dónde estudian? —pregunta Mónica apoyando los codos en la cama, la cabeza en sus manos e inclinando la cabeza hacia un lado.

—No lo sé, solo sé que van por el último año —dice Sam mientras se peina con una perfecta cola de caballo.

—Y a nosotras nos falta otro año para terminar —Holly se altera un poco—. Son más grandes.

—¿Y? Así es mejor —dice Mónica en tono coqueto—, no puedo creer que cuando por fin lograste hacer una fiesta, yo no pude ir porque estaba con mi madre.

Los padres de Mónica acaban de separarse, ella vive con su padre y algunas veces se va los fines de semana a visitar a su madre.

—Y créeme que, si yo hubiese estado ahí, me habría asegurado de que ese chico no fuese un secuestrador —aporta Holly en tono seguro.

—Sí, pero la casa sola me duró pocos días, a mamá le preocupó lo que me pudiese pasar y se regresaron arruinando su viaje, vaya forma de ponerme a prueba sobre la responsabilidad. —resopla y arruga la nariz.

—¿Responsabilidad? —Holly se burla—. Hiciste una fiesta.

—Pero sería responsable al respecto —se defiende Sam—, además tu mamá nunca te dejaría salir, tuve que limpiarlo sola.

—Era tu responsabilidad, ¿no? —dice Holly muy cómica.

—Sí —hace una mueca—. Es mejor ir a fiestas que hacer una, así no tengo que limpiar, y que bueno que te sacamos el permiso, de milagro la convencimos para que vinieras —dice Sam, aliviada.

—Y fue porque dijimos que haríamos un proyecto escolar —agrega Mónica divertida.

—Si se llega a enterar —dice Holly, preocupada—, me va a matar.

—Pues ella es la que te mata por dejarte salir con Tim y además permitir que te maltrate —objeta Sam—, sé que él podía sacarte el permiso, pero prefiero que estés en casa a que salgas con él.

—Tim cree que somos mala influencia para Holly —se queja Mónica y voltea a ver a Holly—. Por eso quiere alejarnos de ti haciendo cualquier cosa, si hubieras ido con él, lo más probable es que estuvieran un rato en la fiesta y ni hubieras pasado tiempo con nosotras.

—Sabe que no dejaremos que te pisoteé, al menos no cuando estés con nosotras —bufa Samantha y da por zanjado el tema.

Holly sabe que tienen razón, sus amigas no son perfectas ni tienen toda la experiencia del mundo, pero por más que lo había intentado, no podía dejar a Tim. Está encarcelada con él y en parte, le resultaba cómodo. Al menos era alguien conocido.

Mónica se levanta y camina hacia el espejo tamaño cuerpo completo que está al lado del ropero de Sam, para admirarse.

La pelinegra porta una blusa blanca manga corta algo transparente de forma que permite ver la silueta de su sostén blanco. Además lleva una falda con ondas color negra, el corto es de cinco dedos por arriba de las rodillas y unos botines negros con tacón.

—Gracias por prestarme esta ropa, Sam —dice Holly mientras también se observa.

La blusa rosada deja ver gran parte de su espalda con el escote de tiras cruzadas en la parte de atrás. Los shorts negros y sandalias blancas con tiras negras trenzadas en las piernas le daban un aspecto muy atractivo.

—No hay de qué, Holly, te queda muy lindo, ¿Sabes qué? Te lo regalo —dice Sam acomodando su sencillo vestido azul con sandalias plateadas.

—¡¿Qué?! No, de verdad no es...

—No me queda Holly —interrumpe Sam—. En serio te lo regalo.

—Está bien —Holly se sonríe en el espejo—. Gracias.

Holly le agradece cada buena acción, sin embargo, no puede evitar la vergüenza, pues sus amigas solían donarle muchas cosas y no porque no tenga dinero para adquirir mercancía nueva y atrevida, si no porque su madre no se lo permite. Todo lo que Holly gana de su trabajo se invierte exclusivamente en la casa, nunca puede darse algún lujo.

Algunas veces siente que están con ella por lástima, tal vez por ser la de menos recursos o simplemente la pobre chica controlada en exceso por su madre.

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