the photographer

"La música sonaba tal alto que podía jurar que en cualquier momento un tímpano iba a salir completamente explotado. Me sorprendía el nivel de ebriedad y como todos bailaban bajo estupefacientes que jamás me habían interesado probar... Mi cámara pegada a mi pecho me decía que no nos encontrábamos a salvo y que ambas debíamos salir de allí, a decir verdad, esa noche solo quería encontrar a Yaco. Habíamos discutido, discutido de la manera en la cual hacía que se fuera de casa.

Eso es algo que luego les contaré, El saber donde se encontraba era mi único interés y el venir aquí me hacía sentir completamente vulnerable.

-¿linda estás perdida?- voces gritaban en mi odio, lo suficiente para poder entender que su cercanía hacía que mi piel se erizara. - ¿quieres ayuda?- las preguntas llegaban de distintos lugares y mi voz no se animaba a salir, únicamente me digné a negar con mi cabeza.

Los muchachos bailaban al ritmo de un reggaetón de los clásicos modernos que se escuchaban ahora e intentaban rozar sus masculinidades hacia mí, lo cual hacía incómodo mi pasaje por todo esa gran casa la cual la oscuridad consumía. Eran las típicas fiestas de secundaria, las cual realizan en casa donde papá no se encuentra y destruyen todo a su camino... mis padres jamás lo permitirían, nunca se me cruzo por la cabeza realizar una fiesta, nunca fui popular.

- me encuentro bien- mi voz intentando ser lo más cruda posible salió de mí, no veía a Yaco por ningún rincón, lo cual me hacía dudar de si era verdad de que alguna vez había llegado aquí esta noche.- No quiero beber, gracias- agradecí amablemente al vaso que se me tendía delante de mí, no sabía quién era el moreno de ojos oscuros que me estaba estudiando como una presa con demasiada sed; sin embargo, mi postura trataba de sonar lo más firme posible. - ¿acaso sabes si Yaco Macan ha venido aquí esta noche?- al escuchar ese nombre, el chico desconocido me observo, una sonrisa se formó en la comisura de sus labios y negó, como si su negación sonaba más a una broma que a una realidad.

Al entender que no estaba interesado en colaborar, seguí caminando, las escaleras eran completamente oscuras y los cuerpos bailando se encontraban por doquier, me preguntaba cuanto iba a tardar para dignarme a salir de allí… Mi teléfono celular era la única luz que alumbrara la tenue oscuridad del pasillo que, comparado a una película de terror, no asemejaba mucho.

-¿buscas algo?- conocía completamente esa voz, era la voz de la mujer que me había atormentado por meses, la voz que estaba deseando no escuchar jamás y mucho menos en esta situación que me encontraba viviendo. Me giré, mis ojos fueron directo a su aspecto de putilla de salón, la cual solo cubre su cuerpo con dos telas e intenta follarse a todo lo que realmente tiene vida. - No me molestes Elena- fue únicamente escuchar su risa para poder ver que se encontraba con varias personas con ella, la cual susurraba observándome, intentando humillarme, eso era lo que había intentado hacer desde que su relación con Yaco había terminado y su odio no podía terminar jamás.

-¿fue Regina quien te ha convertido en una zorrona? ¿Dejaste las fotos para dedicarte a ello?- mi cuerpo se congeló, era el hijo de puta de Nicolas Milton, quien se encargaba de arrastrarse por Elena desde que ha tenido uso de razón. No entendía el por qué de la situación que me encontraba viviendo y no entendía por qué Yaco no estaba aquí.- Sería genial probar de que estás hecha...-

Esas fueron las palabras que dieron paso a mi infierno, que abrieron las puertas de todo lo que una mujer puede tener y allí fue donde me destruyeron.

Sin poder defenderme sentí como unas manos tiraban de mí, lo cual mis 60 kilos y mi desesperación andante no podían defenderme, mi voz era un hilo y todo lo que podía era hacer era pelear, pelear porque mi cuerpo pueda sentirse libre otra vez.

-Vamos a ver como te ha entrenado Yaco- podía escuchar la voz de Elena, su risa ante todo y como mi cámara volaba de mi cuello, sentí el flash a medida que Nicolás y otras manos tiraban de mi vestido, mi cuerpo sujetado de piernas y manos era una sensación completa de mi alma saliendo de mi cuerpo.

Los besos comenzaron, quemaban mi piel, quemaban mi cuello como si no pudiera controlar nada de lo que estaba sucediendo, mis lágrimas brotaban por mis ojos y mis piernas intentaban estar junta- AUXILIO- mi voz en hilo pedía piedad y la música que al entrar me había parecido una exageración en estos momentos me parecían un atentado. -¿te gusta esto perra? ¿Te gusta revolcarte con lo que era mío?- Su asquerosa voz gritaba en mi oído, su mano en mi cabello tiraba de tal punto que podía sentir como mis pelos se quedaban en su mano, mi rostro completamente arañado y las manos que golpeaban en mi cuerpo como si estuviera en un limbo donde solo podía percibir lentamente como estaban lastimando mi cuerpo y mi alma sin piedad alguna.

En el momento que sentí como mis bragas viajan al suelo, mi mundo se rompió- Entiendo por qué Macan se muere por esta puta, mira esas tetas- solamente escuchaba a lo lejos como estaba siendo una obra expuesta a todo público y en ese momento un grito llego a lo lejos, un grito que había estado esperando hacía horas, mi cuerpo estaba rompiéndose y podía sentir como mi boca sangraba y mi cabeza se encontraba al borde del desmayo de tantos golpes.

- QUE DEMONIOS HIJOS DE MIL PUTA-

Los gritos de Yaco inundaron la habitación, pude escuchar el silencio, adueñarse del lugar a través de la música y los puños chocando hacían eco en el lugar- NO, NO, NO CARIÑO, NO TE DUERMAS- los sollozos de mi mejor amiga, Regina Moral, hacían que quisiera abrir más mis ojos y decirle que estaba bien, sin embargo, mi cuerpo no podía moverse y todo alrededor era oscuro. Solo podía ver a lo lejos al hombre que había venido a buscar para decirle que no quería que nuestros cuerpos se separen nunca.- BASTA, YACO, DEBEMOS LLEVARLA A UN MÉDICO, DEBEMOS LLEVARLA A UN DOCTOR, ELLA ESTÁ EMBARAZADA-

Las palabras de mi mejor amiga hicieron que la realidad chocara contra mí y que mi cuerpo y mi consciencia se fuera completamente al vacío, lo último que pensé fue en mi bebé y en como me habían arruinado, por completo.

A continuación les contaré como el cambiarme de ciudad impacto en mí y como el enamorarme por primera vez me cambio totalmente sin vuelta atrás"