instituto eran una sorpresa a medida que las horas corrían, mi amistad con Regina, Lucia, Micala, Tomás y Matías crecía con gusto, Regina era adorable y nos pasábamos mucho tiempo ch

ones de las tarjetas de sus padres, pe

nes desde que despertaba se habían vuelto cotidiano y cada dia podia verlo a el y a mis amigas en imágenes de distintas situ

pueda verla. Era algo extraño el sentir que lo conocía con sus facciones y no podía no stalkear sus fotos en Instagram... La red social que había subido 500 seguidores desde que Regina y

asistíamos, entre otros, ello era realmente inquietante; sin embargo, hasta el día de hoy, jamás había aceptado ir; no er

ncanta maquillarte Guida, es solo una fiesta. Puedes decirle a tu madre que vend

rió la habitación en ropa interior viendo distintos atuendos para ponerse. A decir verdad, Regina era totalmente relajada y todo le importaba una mierda.- Da igual, beberás alcohol, no te excederás, te enseñaré

anticipación, para sí poder no sentirme culpable con mi madre por mentir de donde me había e

taba observando como si nunca me hubiera visto antes y me estremecí ante su toque- yo yo lo siento- me excuse separándome de él y acomode mi vestido quien se había levantado un poco dado su golpe- ¿puedes ver donde caminas?- no entendía

en cuanto a todo lo que tenía que ver con las fotografías que le tomaba a escondidas y al pequeño detalle de que era jodidamente hermoso. Verlo de cerca e interactuar con el se volvía completamente abrumador.- No tienes por qué ser grose

si mis palabras le hubieran causado alguna especie de emoción que no pude descifrar. En el momento que una sonrisa se quiso acercar a su boca, pude sentir como una pelota se creaba en mi estómago- bueno, resulta que estás en mi casa y la educación es algo que no abunda mucho- rode

ro el

fiesta en la c

cí e

es Mason, me

que el conductor dijera que estaba llegando- no, esperaré, gracias- se mostraba impaciente-¿estás esperando algo?- la pregunta fue en un hilo de voz, queriendo saber si estaba esper

o la mano hacia afuera, se estacionó al lado de mí y me observo con sus ojos color esmeralda-¿no quieres que te lleve? Déjame decirte mojigata que aquí no eventual

lverme en su cintura como si yo no estuviera manejándome a mi misma. Mis ojos se encontraban cerrados y estaba respirando su ar

é su

a un poco si no me

idencia mi vulnerabilidad ante su cercanía y había cometido un error tre