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Destinado a amar

Destinado a amar

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Cuando el amor toca a tu puerta, no existe razón lógica para hacerlo a un lado. Aún cuando te disfrazaras y te escondieras bajo muchos muros, igual alcanzará la intensidad que deba tener. Un hombre hará lo posible por evitar amar; una mujer estará decidida a ignorar lo que su cuerpo y alma pedía a gritos. ¿Qué desenlaces dará este arrollador sentimiento que envolverá a nuestros dos protagonistas a vivir un destino en común? ¿Se doblegarará ante el amor o seguirá persistiendo a detenerlo?

Capítulo 1 Conociendo al nuevo jefe

Ya era las seis y treinta de la mañana cuando me levanté de la cama, era otro día cualquiera para mi.

Sin embargo luego luego recordé que por capricho de complacer a mi madre, había conseguido un nuevo empleo.

Precisamente ayer recibí una llamada que fuí admitida para el nuevo cargo de asistente secretaría de una importante corporación.

Sinceramente, no quería ir, sin embargo quién aguantaría a mi madre recriminando, era mucho más práctico ir y ver que pasaba después.

Me levanté forzosamente caminé hacia el baño a darme una ducha fría para que terminara de despertar mi cuerpo somnoliento todavía.

Me vestí sin tanto entusiasmo, pues todavía esperaba que me descartaran de ser una posible candidata al empleo y tener la excusa de decirle a mi madre, vea lo hice y no resultó.

Me hice un maquillaje ligero y luego bajé al garaje, me acomodé en el asiento e inmediatamente pilotié la nave. Llegando al parqueo subterráneo del gigantesco edificio ví a tantas personas salir apresurados de sus autos hacia el Interior del edificio, pasé a la recepción y saludé :

__¡Hola chicas!

Había dos chicas atendiendo en la recepción, eran muy guapas, pero para mí gusto estaban excedidas de maquillaje, eran chicas jóvenes y estando cargadas con demasiado maquillaje, no mostraban su belleza al natural, pero quien era yo para juzgar sus gustos, fui directo a lo que iba, entonces saludé con una enorme sonrisa, les dije :

__¡Vengo para presentarme al cargo de asistente!

Las dos jóvenes me vieron y de inmediato empezaron a cuchichear entre ellas; no logré escucharlas claramente, pero pareció que estaban viéndome lastimosamente.

No quería que me tuviese ningún tipo de lástima.

Yo era el tipo de persona que hace mucho dejé de actuar como damisela en apuros o a quien debías proteger, ayudar. Hace mucho tiempo atrás fui muy mimada, malcriada hasta los huesos y no logré nada bueno de todo eso, en cambio ser autosuficiente, capaz, fuerte y no decir dura... me iba mejor.

Así que miradas de lástima y consideración no es lo que quería encontrar de otras personas por donde iba.

__¡Serás la asistente de nuestro gran jefe. Claro ve por aquí y toma el ascensor número nueve, te llevará directo al piso 41.

Asentí con la cabeza mientras me dirigía hacia dicho ascensor, no esperaba nada intimidante hoy, era yo la que intimidaría para que desistiera de tenerme cerca.

Así que sonreí mientras daba pasos ágiles hacia el ascensor.

Entré y di la espalda contra un lado de la pared, saqué mi teléfono móvil mientras revisaba mis redes sociales con la cabeza gacha, fue cuestión de segundos creo cuando alguien más entró al ascensor de forma abrupta.

Aún así no levanté la cabeza ni saludé, seguí con lo mío, de repente sentí que unos ojos me perforaron, así que levanté la cabeza por un momento y lo vi.

Me miraba de forma inexpresiva. Su rostro era hermosa, pero sin brillo, chasqueo la lengua y dijo :

__"Si entraste a este ascensor quiere decir una sola cosa, vienes por el cargo de asistente"

Me miró de pies a cabeza, estaba escudriñándome, pensé.

__¡Aha!, dije en un susurro que casi no se oía, pero estábamos dentro de un ascensor, así que pudo oír. Pensé, evaluándolo; es atractivo sin lugar a dudas, sin embargo es frío como un témpano de hielo.

__Veo que alguien no tiene tanto entusiasmo de venir a trabajar hoy" dijo. Es que no das ni los buenos días, mujer.

__¡No! Dije.

Sonrió como si mi respuesta sonara chistosa.

Salió caminando él primero, luego volteó hacia atrás para verme fijamente y luego dijo :

__"Entiendo tu actitud"

Luego siguió argumentando y dijo : __¡Nadie dura en este cargo por más de tres días, así que debes saberlo y desde ya te rindes"

Dicho eso sonrió complacido, como si se burlara de mi. Y eso señores, no se lo permito a nadie.

Fue como si al decirme esas palabras y riera de forma tan burlesca, hubiese implantado el deseo en mi de querer demostrarle de que estaba hecha mi capacidad, estaba llena de estusiasmo para derrotar y ganarle. Era un reto para mi.

O sea, como cambian las cosas en unos segundos, no estaba interesada en el puesto, no me hacía falta ganarme la vida con un empleo, mamá quería que socializara con muchos hombres jóvenes y prometedores que trabajaban aquí.

Sin darme cuenta, empecé una carrera de retos con el hombre guapo, sin embargo, que dejara que un tipo que ni se quien rayos era, influyera en mí y mis desiciones, era algo fuera de serie, por supuesto que de eso me daria cuenta hasta tiempo después.

Sonreí al hombre, que por cierto era lindo el condenado, pero no crean que eso fue lo que me hizo querer quedarme.

Sólo fue un reto para mí, el querer demostrar que podía quedarme más de tres días en ese puesto.

Me presenté esxtendiendo la mano para saludar.

__¡Soy Kila Morgan!

El no me devolvió el saludo, sin embargo dijo :

__Veremos si soportas más de dos días aqui, mientras tanto está demás saber tu nombre.

"Que patán, desgraciado este", me dije mientras el enojo sucumbió en todo mi cuerpo.

Pensé de inmediato que le daría una lección a este hombre maleducado.

Lo vi alejarse y entrar a su oficina, sin antes cruzar palabras con una mujer en el pasillo.

Ella se acercó a mí y me dijo :

__Srta.Morgan, soy Helena Cash, secretaria jefe, déjame mostrarte el escritorio que ocupará de ahora en adelante.

Quedé allí pasmada, ella me hizo señas de que la siguiera, así lo hice para terminar de ver a otras tres personas más, todos se levantaron en pie y luego me miraron con una sonrisa en sus rostros.

__"Soy Enrique Gil.

__"Yo soy Manuel Leiva"

Todos expresaron, "estamos prestos para ayudarte a familiarizarte"

Estuve allí con mi mejor sonrisa de oreja a oreja cuando la puerta del gran jefe se abrió, todos volvieron a verlo y él estaba allí de pie viéndonos interactuar. Volvió a entrar y cerró la puerta tras de sí.

A mí me pareció como una hermosa escultura hecha de hielo, sin corazón latiendo dentro de sí, ah pero yo le daría una lección de vida a ese engreído. Pensé para mí misma.

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