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Compañeros: Destinos cruzados

Compañeros: Destinos cruzados

5.0
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Acerca de

Contenido

Alfas, seres primitivos que actúan conforme a sus instintos más profundos. Jasper Bennett es un pequeño Alfa fuera de lo común en esa comunidad, de naturaleza tímida y personalidad cálida, nada brusco como suelen ser los de su raza. En cambio Imer Palace es la descripción de un alfa en su totalidad, brusco y guiado por sus instintos a pelear por lo que considere su territorio. Una noche entre licor y medicamentos llevan a uno de los alfa a comportarse de una manera diferente a como suele ser en el día. ¿Se dará cuenta que de día es uno y de noche otro? ¿Cómo tomará su compañero los sentimientos despiertos producto de una noche? ¡Descúbrelo!

Capítulo 1 Situaciones inesperadas

¡Ah!~

¿Cómo terminó en aquella situación tan placentera?

Habitación #104

La realidad era una que no se esperaba ni en sus más grandiosos sueños llenos fantasía y de alguna picardía que quiérase o no siempre estaría presente en su subconsciente y es que un pequeño hombrecito gemía como una verdadera gata en celo mientras montaba su pene como si de aquello dependiera su vida.

Se sentía tan bien que con sus sensuales movimientos erráticos, aquella parte húmeda y apretada en torno a su pene gordo y grande se enganchara de una forma tan increíble que podría venirse en cualquier momento y es que el chiquillo que cabalgaba su miembro no era ninguna broma.

El trasero respingón y suave al tacto, se movía de lado a lado mientras él profundizaba las embestidas en aquella suave y apretada carne que lo envolvía tan bien, el rostro del hombrecito se deformaba en una auténtica mueca de placer desbordado y de su boca salían gemidos que bien podrían ser malentendidos por gritos de auxilio, así que para callarlo un poco llevó dos de sus dedos a la boca del chico, delineando suavemente aquellos carnosos labios brillantes y rojos, producto de una maravillosa mamada antes de comenzar a jugar en la liga de los mayores.

Las caricias que abundaban en la parte de su pecho lo enloquecían cada vez un poco mas, ese chico era el único que podía lograr hacer un completo desastre de si mismo, todo de él estaba siendo tomado por ese leoncito que dominaba y se dejaba dominar en un momento tan erotico como en el que estaban.

—Chúpalos, lindo —exigió acercando los dedos al centro de aquellos hipnóticos labios rojos y rellenitos que estaba comenzando a amar o mejor dicho, ya amaba desde hace muchísimo tiempo atrás desde que se conocieron —¡A-ah!

El chico tomó entre sus dientes los dos dedos y los mordió suavemente, mientras le dedicaba al dueño de aquellos dígitos, una mirada lasciva que penetró en el alma y corazón del alfa frente a él, nunca había visto una imagen tan encantadoramente sucia en su vida, como la de ese lobo que estaba bajo él, deleitándose de su cuerpo y su pasión.

—¿Te gus-gusta? —preguntó el chiquillo por primera vez en la noche desde que comenzaron a hacerlo, pues, este solo se dedicaba a disfrutar demasiado de la situación.

—Me encanta —respondió y siseo por lo bien que se sentía ser montado con movimientos sensuales muy frenéticos, mientras mamaban sus dedos cuál paleta más sabrosa.

Aquella respuesta había calentado al chico frente a él, lo sabía muy bien, puesto que las maravillosas paredes anales comenzaron a estrecharlo cada vez más; el hombrecito estaba feliz y él también por sentirlo moverse encima con más ahínco que al principio, tan excitado por ver a su lindo muchachito con su hermosa piel roja, por las caricias y los besos que antes repartió.

—Más —Exigió el chiquillo rojo de pies a cabeza por todas las magníficas sensaciones que estaba experimentando.

—Pequeño goloso —Susurró en el oído contrario —. Me vuelves muy loco.

Y es que desde que le conoció, no había mas que experimentado mucha locura al estar cerca de ese leoncito que con su aroma y su sola presencia lo enloquecía de a poco.

Y llevando los dedos que antes le había pedido al chico chuparlos, los introdujo en la pequeña y apretada entrada, encontrando asi, un nuevo placer en hacer aquello, el chico se volvió toda una fiera y comenzó a gritar nuevamente, mientras gruñía placenteramente en su oído.

Había descubierto un nuevo placer e iba a disfrutar mucho de ello y al parecer su compañero pensaba de la misma manera.

—¡Maldición! Eres tan bueno —dijo el chico con una mirada de intensa lujuria clavada en él que removió los sentimientos en su interior, volviéndolo un completo caos con sus siguientes palabras —. Mueve esos dedos, papi.

Y sus deseos fueron dulces y lujuriosas órdenes dispuestas a ser cumplidas, así que mientras el chico saltaba, su compañero encontraba la forma de embestir con sus dedos y su miembro, nuevamente su punto de placer.

De repente, el fuerte y excitante pellizco que avisaba un orgasmo de los mil demonios, se hizo presente en ambos vientres, así que aprovecho de dar una última embestida con sus dedos para luego sacarlos y dejar su miembro dándole placer, mientras el chico que montaba se daba cuenta del engrosamiento del nudo de su compañero en su interior, el alfa de lobo veía con mucha atracción como el pene del pequeño hombrecito que saltaba rigurosamente en el suyo, se movía frenéticamente de arriba hacia abajo y se engrosaba por igual, y con una última y fuerte embestida ambos quedaban trabados en el placer de sentir sus nudos hinchados derramando la semilla que ambos guardaban después de unos largos días estresantes.

Quedando exhaustos y dormidos en la paz de estar en brazos cálidos y fuertes, dejando para después la seria plática que debían tener respecto a esa noche de pasión desenfrenada.

Al día siguiente.

Habitación #105

—¡Meow! —el alfa de León se despertó, estirándose en su cama de formas impensables, dando un bostezo de gato corriente —. Que gran día.

Se levantó de pie derecho y con muy buen humor se dirigió al baño para darse una ducha, de algún modo, todo su cuerpo se sentía diferente y ciertas partes un poco incomodas y mucho más en una zona íntima muy específica, donde sentía dolor y comezón por partes iguales.

Con mucha curiosidad picando su cerebro tomó con manos temblorosas un espejo de mano y lo colocó en la cama de forma que él se acercará y pudiera ver su parte trasera.

—¡Oh... my... god! —exclamó al ver lo rojo que se encontraba su preciado culito y lo más extraño —. ¿Por qué mierdas estás tan flojo?

En el pequeño espejo podía ver su al rojo vivo y un poco por no decir muy demasiado, abierto culo.

El miedo lo embargo por completo, no sabia que hacer y es que sentía un poco de comezón y temía porque fuera ser alguna enfermedad.

—¿Qué está pasando? —susurró con mucho miedo, pero aun así, volviendo a su rutina de siempre de buscar su ropa y luego bañarse, no podía permitirse llegar tarde a la universidad.

Momento.

¿Qué era esa marca en su cuello?

Se preguntó mentalmente al pasar por el espejo de cuerpo completo y ver una marca en su siempre estilizado cuello de color caramelo y bajando su mirada se permitió revisar aún más su anatomía y darse cuenta de todas las marcas de color morado que lo adornaban, ahora si que estaba muy asustado.

—¡Jiii! —chilló preocupado al ver su cuerpo lleno de aquellas marcas moradas —. ¡¿Qué alguien me explique?!

Donde Imer Palace es un chico en su totalidad que se guía por sus instintos primitivos de macho alfa y Jasper Bennett un alfa tímido y dulce, que aunque no lo crea:

"De día es uno y de noche es otro"

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