Compañeros: Destinos cruzados

A

aquella situaci

ación

cardía que quiérase o no siempre estaría presente en su subconsciente y es que un pequeño hombrecito

da en torno a su pene gordo y grande se enganchara de una forma tan increíble que podría veni

o se deformaba en una auténtica mueca de placer desbordado y de su boca salían gemidos que bien podrían ser malentendidos por gritos de auxilio, así que para callarlo un poco llevó dos d

ra el único que podía lograr hacer un completo desastre de si mismo, todo de él estaba siendo tomad

cos labios rojos y rellenitos que estaba comenzando a amar o mejor dicho,

ígitos, una mirada lasciva que penetró en el alma y corazón del alfa frente a él, nunca había visto una imagen tan

en la noche desde que comenzaron a hacerlo, pues, este

ía ser montado con movimientos sensuales muy frenético

ron a estrecharlo cada vez más; el hombrecito estaba feliz y él también por sentirlo moverse encima con más ahínco que al pri

s a cabeza por todas las magníficas s

ó en el oído contrario

entado mucha locura al estar cerca de ese leoncito que

eña y apretada entrada, encontrando asi, un nuevo placer en hacer aquello, el chico se volv

a disfrutar mucho de ello y al parecer

ria clavada en él que removió los sentimientos en su interior, volviéndol

das, así que mientras el chico saltaba, su compañero encontraba la form

mientras el chico que montaba se daba cuenta del engrosamiento del nudo de su compañero en su interior, el alfa de lobo veía con mucha atracción como el pene del pequeño hombrecito que saltaba rigurosamente en el suyo, se movía frenéticam

cálidos y fuertes, dejando para después la seria plática qu

a sig

ación

dose en su cama de formas impensables, dando

e algún modo, todo su cuerpo se sentía diferente y ciertas partes un poco incomodas y muc

temblorosas un espejo de mano y lo colocó en la cama de

ue se encontraba su preciado culito y lo más

u al rojo vivo y un poco por no

que hacer y es que sentía un poco de comezó

volviendo a su rutina de siempre de buscar su ropa y luego

me

sa marca e

tilizado cuello de color caramelo y bajando su mirada se permitió revisar aún más su anatomía y da

u cuerpo lleno de aquellas marcas m

uía por sus instintos primitivos de macho alfa y Jaspe

uno y de no