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1. La Esposa Viriginal del Alfa
3. Siento mi corazón bombeando
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Capítulo 1 El lobo no lobo
INTRO
La mujer jadeaba con fuerza mientras corría por el bosque oscuro; sus piernas veloces recorrían largas distancias en una fracción de segundo. Si no fuera por el sonido de las hojas crujiendo bajo sus pisadas y el del grupo de hombres persiguiéndola, ella estaba completamente segura de que lo único que se habría escuchado sería su imperturbable respiración.
"¡Más rápido! ¡Vamos!".
"¡Nos está dejando atrás! ¡Síganla, rápido!".
Los hombres gritaban detrás de ella, la cual, pese a estar asustada, no hizo ningún intento por mirarlos.
De repente, la pequeña que sostenía contra el pecho, envuelta en una tela gruesa, gimió en sus brazos; debía estar cansada de tanto movimiento brusco al correr.
"Lo siento, mi niña. Lo siento", susurró la mujer, acelerando el paso.
¿Cómo podría despistar a los hombres que la seguían? El bosque estaba extremadamente oscuro, con solo el tenue reflejo de la luz de la luna que la ayudaba a vislumbrar el camino.
De pronto, un ligero sollozo le recorrió la garganta.
En ese instante, sintió un dolor agudo en la pierna que la tiró al suelo. "¡Aaargh!", gritó, ante la oleada de aflicción insoportable que la azotó de golpe.
Como consecuencia, el bebé se le cayó de los brazos y rodó por el suelo, soltando también un llanto acorde con la tensa situación.
"No... ¡No!", chilló la madre desesperadamente, al mismo tiempo que se agarraba la pierna herida.
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Capítulo 1 El divorcio
"Señora Roberts, ¿realmente se va a divorciar?", preguntó Alex Brown, el mayordomo de la familia Roberts mientras miraba el acuerdo de divorcio que tenía ante él, con un rostro que mostraba un dejo de consternación.
Asintiendo, Scarlett Wallace contestó con una voz suave: "Sí, Alex. Ya tomé la decisión. Por favor, entrégale este documento a...".
Scarlett hizo una pausa cuando se dio cuenta de que no había visto a su marido desde su boda. Debido a que ya había transcurrido un año desde que se casaron, hasta se había olvidado ya de su nombre. Entonces, sonriéndole incómodamente a Alex, la mujer agregó: "Por favor, entrégaselo al señor Roberts".
El hombre estuvo a punto de instar a Scarlett a que reconsiderara su decisión, pero cuando vio la determinación que reflejaban sus dulces ojos, cambió de opinión y tomó el acuerdo de divorcio.
De alguna manera, no pudo evitar sentirse un poco triste, suspiró suavemente y dijo: "Cuídese, señora".
En respuesta, Scarlett asintió con una sonrisa. Luego, mientras salía de la mansión con su maleta a cuestas, experimentó una sensación de alivio sin precedentes.
Quizás, en comparación con continuar con ese matrimonio meramente nominal, el divorcio era una mejor opción para ella.
A partir de ese momento, comenzaría un nuevo capítulo en su vida.
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Capítulo 1 La traición
Ariana Edwards estaba sentada en una habitación de hotel, lucía un maquillaje prolijo y estaba engalanada con un vestido de novia blanco como la nieve. Era el día de su boda, pero no había rastro del novio por ninguna parte.
En su mano sostenía dos documentos, uno era un formulario de consentimiento para una inseminación artificial y el otro era un acuerdo de confidencialidad. En el primer folio se acordaba que la inseminación artificial tendría lugar mañana. A su lado, el abogado de la familia Anderson estaba esperando que ella firmara los documentos.
El padre de su futuro hijo sería Theodore Anderson, el novio de la boda y el heredero de la familia Anderson.
Se suponía que su boda sería la del siglo, pero el destino tenía deparado otros planes para ellos. Tres meses atrás, Theodore resultó gravemente herido en un accidente automovilístico y el pronóstico para él no era bueno.
"Señorita Edwards, por favor, tiene que firmarlos cuanto antes", instó el abogado, con el rostro inexpresivo y un rastro de impaciencia en la voz.
La familia Anderson era una de las familias más poderosas de la ciudad y, como tal, valoraban la continuidad de su linaje. Theodore había pasado muchos años soltero y, como no mostraba interés por ninguna chica en especial, Darian, su padre, decidió conseguirle una esposa. Darian no era de los que le gustaba dejar las cosas al azar y es por eso que, años atrás, le ordenó a su hijo que congelara su esperma en caso de que surgiera algún imprevisto.
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Capítulo 1 Divorcio
Cuando Brenda Sanchez salió del Registro Civil con dos actas de divorcio en sus manos, estaba inusualmente tranquila.
Y así terminó más de tres años de matrimonio. ¿Estaba triste por eso?
Por supuesto que sí, pero la sensación de alivio era mucho mayor.
Sabía que Miguel Hamilton, su exmarido, no la amaba. Aun cuando la noche anterior bebió demasiado y le hizo el amor por primera vez, pronunció el nombre de otra mujer.
En un esfuerzo por contener su tristeza, Brenda se paró junto a la carretera y le hizo señas a un taxi para que se detuviera. Después de un rato, un Rolls-Royce negro paró frente a ella, y a través de la ventana entreabierta, vio los ojos fríos de un apuesto hombre sentado en el asiento del conductor.
Rico y encantador: se trataba de Miguel.
"Me informaron del hospital de que Veronica está grave, así que tienes que venir conmigo", dijo con indiferencia después de una mirada rápida.
Veronica Ballard. ¡Otra vez ese nombre!
Incluso luego de divorciarse, todavía le molestaba escucharlo.
"¿Qué pasa si me niego, señor Hamilton?", preguntó Brenda. Si bien su voz era suave, ya no estaba dispuesta a seguir órdenes como antes.
Miguel frunció el ceño cuando se dio cuenta de que esa mujer, que solía obedecer sin chistar, ahora lo desafiaba descaradamente el primer día de su divorcio.
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Capítulo 1 El señor Layfield quiere verte
En ese instante, Valerie Reese se despertó con el ceño fruncido. Gimiendo incómodamente, se dio vuelta y su mano encontró algo cálido. Solo entonces se dio cuenta de que un hombre estaba durmiendo a su lado.
Con la mandíbula apretada, la mujer se sentó y encendió la luz de la mesita de noche. Junto a ella, el hombre suspiró profundamente, frustrado.
La tenue luz de la lámpara iluminaba su espalda desnuda y parte de su rostro.
Entonces, Valerie se acercó sigilosamente al ropero, se cambió y regresó al borde de la cama, donde extendió la mano para tocar la espalda del hombre con suavidad.
"Señor Layfield, ya son las seis de la mañana. Tienes una reunión a las siete y media".
De inmediato, el hombre apartó su mano de un manotazo y gruñó roncamente:
"¡Largo!".
Valerie, quien desde hacía mucho tiempo se había acostumbrado a su temperamento, se levantó con aire de despreocupación.
En silencio, la joven bajó las escaleras hacia la cocina para preparar el desayuno. Sin despertarlo, terminó de comer y salió de la casa. Tras ello, tomó un taxi hacia la empresa.
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Capítulo 1 Divorcio
"Divorciémonos".
Un escueto par de delicadas hojas de papel marcaban la conclusión de un matrimonio de cuatro años.
Los delgados dedos de Hannah Moore rozaron el nombre entintado de su marido que figuraba en el documento. Al levantar los ojos para encontrarse con los de Declan Edwards, su mirada llorosa era inequívoca.
"¿No hay ninguna posibilidad para nosotros?", preguntó.
La voz le temblaba ligeramente, afectada por la emoción y el esfuerzo de las tareas domésticas. Las gotas de sudor se le pegaban a la frente y a las gruesas monturas de sus gafas negras, dándole un aspecto torpe y anodino.
Habiéndose anticipado a su regreso aquella noche, con la ilusión de hablar sobre su futuro, ella se había levantado temprano, había escogido cuidadosamente algunos alimentos frescos, había cocinado y había ordenado la casa. Pero sus esfuerzos le parecieron inútiles al enterarse de la desgarradora noticia.
"Nuestro matrimonio era esencialmente un acuerdo comercial", espetó Declan, sacudiendo la ceniza de su cigarrillo, "Además, Eliana volverá pronto".
Así que eso era todo.
Eliana Patel, la mujer que ocupaba el corazón de Declan, era la persona a la que nunca podría dejar marchar.
Con la lengua pegada al paladar, Hannah experimentó un escozor familiar. Inclinó la cabeza, con la mente algo ofuscada. Cada vez que Eliana aparecía, Declan abandonaba todo, incluso sus propios principios.
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Capítulo 1 Ella era solo una sustituta
"Sube a la cama, y ponte boca abajo. Abre bien las piernas". Mientras él hablaba, no había ningún cariño en sus ojos, solo puro odio.
... Mi padre me vendió a un multimillonario...
El cielo de esa noche de otoño estaba lleno de nubes que cubrían casi por completo a la luna. El Hotel Hyatt de seis estrellas, que era el más lujoso de la ciudad, estaba teniendo una jornada ajetreada, ya que, Brian Clark, el empresario de fama mundial, lo había reservado entero para toda la noche.
Con un traje negro y un cigarrillo entre sus largos y delgados dedos, Brian se encontraba sentado en una esquina dentro de la ostentosa habitación, creando un aura misteriosa a su alrededor debido al humo del cigarrillo.
"Señor Clark, hoy lo hemos pasado muy bien, pero, ya es tarde", exclamó el hombre de piel oscura que estaba a su lado; su apariencia era normal, con cejas pobladas y grandes ojos.
"Señor Clark, por lo que escuché, la señorita Woodsen es una persona muy social, lo que explica su fama entre los hombres. ¿Eso lo genera cierta inseguridad por perder?", agregó alguien más.
Al igual que esos hombres, casi todos los demás sospechaban de su matrimonio. No obstante, Brian estaba dispuesto a casarse con esa chica y, por ende, el resto solo podía crear chismes al respecto.
El empresario tomó un sorbo de su bebida con mucha tranquilidad.
"Clayton Woodsen me debe una cantidad enorme de dinero, con lo cual, enviarme a su preciosa hija, no basta para pagarme", dijo con total naturalidad.
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Capítulo 1 El octavo mes de su embarazo
El sonido de un golpe resonó en el lugar, cuando una palma abofeteó a Wendy Finch con mucha fuerza. La piel de su mejilla hormigueaba de dolor y su cabeza comenzó a palpitar con un zumbido.
Ella se tambaleó asustada unos pasos hacia atrás, con una mano cubriendo instintivamente su abultado vientre mientras que la otra sostenía su palpitante mejilla hinchada.
"¡Wendy, eres una perra desalmada! ¿Cómo te atreves a hacerle esto a Eris? Siempre has estado en nuestra contra desde que mi hija y yo nos convertimos en parte de esta familia. ¡Jamás pensé que herirías a Eris con un cuchillo! ¡Si algo malo le pasa a mi hija, nunca te lo perdonaré, Wendy! ¡Nunca!".
Luego de esta advertencia, Cacia Brown dio media vuelta y se fue a la sala, allí se agachó en el suelo y sostuvo a su hija ensangrentada.
Wendy, tirada en el suelo, finalmente reaccionó después de la bofetada y exclamó: "¡No es mi culpa! ¡Yo no hice nada!". Se aferraba a la camisa de Brian Oliver como si él fuera su último salvavidas.
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Capítulo 1 Adiós, Mi Ex Marido
"Dime, ¿qué quieres de mí?". Preguntó Hansen Richards. En la lujosa suite presidencial de un hotel de cinco estrellas, Hansen se sentó con desgano e indiferencia en el sofá de piel y cruzó sus largas piernas. Sus cejas se arqueaban ligeramente. Su apariencia era como de alguien que pertenece a la realeza.
Jenna Murphy tenía roto el corazón. Hacía tiempo que se había acostumbrado a su indiferencia y distanciamiento, ¡pero su corazón todavía le dolía como si lo hubieran cortado con un cuchillo!
Sus ojos se ensombrecieron mientras las comisuras de sus labios se curvaron en una sonrisa forzada y le dijo sin rodeos: "Estoy de acuerdo con el divorcio".
Hansen estaba muy sorprendido por su respuesta, entrecerrando ligeramente sus ojos oscuros y la miró.
Jenna estaba frente a él con un vestido de gasa blanca y con hombros descubiertos. El vestido le quedaba muy bien. Su largo cabello caía en rizos sueltos sobre sus hombros, lo que le daba un aspecto informal pero elegante, además tenía una sonrisa tranquila en su rostro.
¿Cómo podía una mujer que pedía el divorcio estar tan tranquila y sonreír tan alegremente? Era justo lo que ella quería.
Los ojos de Hansen estaban llenos de rabia y él sonrió fríamente.
"Sin embargo, tengo una condición". Jenna se humedeció los labios rojos, como si hubiera tomado una decisión: "Quiero 50 millones de compensación".
Desde luego, ¡estaba bien preparada y era ambiciosa!
Hansen esbozó una sonrisa fría y su hermoso rostro reflejaba desprecio y disgusto. Era solo por el dinero, por lo que estaba con él, ya se lo esperaba.
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Capítulo 1 Volverse a encontrar
FX International Group, una empresa líder en la ciudad S, tenía varias sucursales de muchos sectores; desde cadenas hoteleras, industria de la construcción, grandes almacenes, empresas de entretenimiento hasta parques de diversiones. Las personas que vivían en la ciudad S a lo mejor no conocían a su alcalde pero seguramente habían oído hablar de Edward Mu, el líder de sus grandes negocios familiares y uno de los élites en los negocios más buscados. El Sr. Mu no solo era exitoso y rico, sino que también era un hombre absolutamente fascinante que se veía más hermoso que la mayoría de las mujeres. Sonaba irreal, pero uno debería verlo para decir que esto era cierto. Además, era tan inteligente que podía derrotar a sus competidores sin que ellos se dieran cuenta. La gente lo etiquetaba como un "playboy" porque aparecía con diferentes chicas en muchas revistas rosadas. No muchas personas sabían sus noticias rosadas, pero se rumoreaba que Paula Lin era la chica favorita del Sr. Mu.
La sala de FX International Group estaba lujosamente amueblada con estatuas históricas, coloridos de mármoles con incrustaciones y un techo de bronce dorado. Una coronel con un niño de cinco años estaba en la recepción. La mujer con buenos rasgos parecía muy fría y seria. Quería ver al CEO sin ninguna cita previa, la recepcionista no sabía qué podía hacer ya que en la compañía tenía un reglamento de que nadie podía quedar con el CEO sin citas previas. Esta situación nunca había ocurrido antes. Le causó problemas a la recepcionista porque la oficial insistía en ver al CEO en persona ahora mismo. Sin conseguir convencerla, la recepcionista finalmente llamó a la secretaria del CEO, que estaba en el piso 88, para pedir ayuda.