img El hijo del millonario y la chica reprimida  /  Capítulo 4 Cuatro | 7.27%
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Historia

Capítulo 4 Cuatro

Palabras:2334    |    Actualizado en: 03/05/2023

idad y el calor se siente insoportable. Ella ya ha terminado l

po, pero esta vez no se sentará en el copiloto; según su plan, de inmediato se subirá

Mas, ella se siente intimidada por las demás personas y compartir hasta el baño le es incómodo. Esa fue la razón

esa fue la razón para que ese chico decidiera hacer cochinadas allí. C

así de atractivos, aprovechan su físico para ligarse a todas las mujeres

aliviada de estar sola allí. Cuando termina de hacer sus necesidades, sale del baño de las mujeres, mas en e

s? —pregunta uno de ellos mi

empre es así con los hombres que se le acercan, por eso a veces piensa que tiene algún tipo de maldición para que todos se quieran pr

escabullirse para escapar de ellos; no obstante, el más r

—se dirige a su cómplice—. ¿Nos la llevamos hacia los vestid

a de zafársele, pero este la sostiene fuerte co

tivos y que saben coger —alardea él mientras roza l

ómoda y empieza a s

hagan daño —impl

que te sentirás aquí… —Escurre los dedos por debajo de la ropa interi

on la chica y le manosea los senos.

… —ruega al borde del colapso. Ellos se burlan de el

na voz gruesa y masculi

de cuenta que no has visto

ante sus

é no lo hacemos de esta manera: ustedes la dej

para ir a enfrentar a Adam, quien ya está a una distancia prudente de e

riba abajo y nota que, pese a que es unos años más joven que él, posee la misma altura y

s recursos de la institución para ejercitarse, por lo que se encuentra sudoroso. Esa es la razón por la que

ta los moretones en su piel, lo que le indi

ate problemas. No te conviene meterte

os cerdos! —grita, a

ué? —profiere su contrinc

que lo golpea en el estómago y luego en el rostro. Y, puesto que lo agarra desprevenido, el abusador a puro esfuerzo logra defen

haciendo? ¡Deténganse! —grita

y pesado dentro de la mochila y, después de batallar para cerrarla, debido a que el libro es demasiado grande, ella utiliza la mochil

bar para que los chicos detengan la pelea, pero esto no los detiene. Entonces le ordena a los demás que los separe. Samantha e

os a permitir este tipo de comportamiento. Supongo que todos aquí somos adultos y que ya la secundaria y el tiempo de inmadurez qued

estos malandros… —replic

encita? —pregunta el hom

agallas porque eso desencadenaría un caos en su vida. Ya mucho había logrado con que su madre la

ene una denuncia —responde mientras mira a sus agresores. Para ellos es claro que les está enviando un m

a—. ¿Dejarás todo tal cual? Estos malditos te estaban acos

ntrenador—. Debería tener cuidado con lo que dic

que sucedió. Estos cerdos la estaban tocando en contra de

egó uno de ellos con tono indignad

que podría culminar en una nueva pelea. El entrenador, que conocía a los chicos y d

rán perder su beca y echar su carrera a la basura. —Mira a los deportistas amenazante—. Pero tampoco es bueno meterse en líos legales; ten en cuen

quien debería poner el ejemplo, esté apoyando a esos rufianes—. ¡Me importa una mier

no quiero problemas —le pide ella, al ver

os rufianes, tienes todo el de

n su distancia de mí. Mejor vámon

endo de allí, entonces él la sigue pa

se detiene y empieza a revisarle los golpes. No obstante, este le empuja la mano que le toca

nos. Ser testigo de su extrema timidez y cobardía, le hierve

s tu

n tu vida, debes estar tranquila porque jamás lo haré. Las personas como tú me irritan, ya que se dan tan poco valor y siempre son unas

al sentirse poca cosa. No solo se s

para sí y se dirige a la

ra a la casa justo detrás de él, así que nota que se ha peleado. Una discusión estalla porque este le responde

ma te llevaré y te buscaré, aunque eso sea una n

a a tu antojo. Pero adivina, dentro de unas semanas cumpliré dieciocho años, p

ca que harás lo que se te venga en gana. Mientras v

ará regalarme un apartamento. ¿Crees que me joderás la vida? ¡Pues

ede creer que su hijo sea u

. Tampoco me amenaces con que te irás de la casa. ¿Crees q

si me voy de esta casa ustedes estarán felices.

cara a Adam, resuena en la s

no añade más, en su lugar, se dirige a la

dre de este no responde. Ella decanta en irse a la

rabia mientras profiere todo tipo de maldiciones.

na mueca la recordar lo pendeja que es—. No la soporto. No puedo creer que me haya atraído una chica tan sumisa c

ue cumpla la mayoría de edad, estoy harto de que mamá me trate como a un chiquillo. Además, es

abeza, Adam empieza a

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