NN
nvitan a una fiesta de la empresa y eso que trabajamos para presidencia, como secretarias—toma de mi mano y me jala
de la que por primera vez nos invitó. Alondra y yo trabajamos en el ár
s una fiesta de boom, “disco”. Se han lucido, al entrar vi magia a mi alrededor, la elegancia, por un lado, y en el otro, la de dejar el esqueleto en el suel
a cada vez que se me presente un hombre frente a mis ojos, al contrario
o para pagar la renta y a pesar de que las comparto con mi amiga Alondra, no me es lo suficiente porque están los gastos de la comida; transporte, luz, agua, internet, gas y los impuestos… Ya sé, si no fuese orgullosa, estuvies
mi edad no he logrado lo que siempre soñé
de Bad Bunny, sabes que está de moda y yo tengo ganas de mover, él vote —lentamente quito mi ma
ismosas de la empresa, esas que se mantienen en el tocado
y de lo que no podemos comprar —vuelve a tomar de mi mano y esta vez sin ganas de soltarla—. Oye, se supone que
go de que todo aquel que me diga; “linda, quieres disfrutar la noche conmigo”. Sí, estoy dispuesta a decir que sí, todo porque
s venido a disfrutar un año más de trabajos arduo —y mis palabras salieron en un grito de emoción, dejánd
música que hicieron juntos me ha encantado, es
piense que estos tacones lograrán que la gorda se mantenga de pie —se queja tras señalar sus tacones
on unos hermosos vestidos de noche; el de ella color negro y el m
acias por recordarme, esto no me lo puedo perder —antes de qu
tiene esa mecha que es fácil de
o es que ahora ella se siente insegura y con una bebida
barra—, me puede dar un coctel
tu novio —siento un susurro cerca de mi oído, provocando que
porte me ha dejado con la boca abierta. Miento, su voz gruesa y varonil me han hipnotizado, a pe
scubrir lo que hay debajo de sus pantalones o de su antifaz. No lo conozco y no