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Historia
Todo Por Ella: Venganza y Amor

Todo Por Ella: Venganza y Amor

Autor: Yana Shadow
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Capítulo 1 La traición

Palabras:1321    |    Actualizado en: 17/03/2024

e vista

tarde primaveral, caminaba por la acera mientras una brisa barría la calle, levant

mis pensamientos. Miraba la pantalla de mi celular en vano. Todavía te

lebrar otro año de matrimonio con Lucca. La casa todavía estaba en silencio cuando crucé la puerta. Esto me daría algo de tiempo para

tina y el tiramisú. Cuando todo estuvo listo, coloqué el jarrón con amapolas blancas en el centro de la mesa. Saqué la fuente de ravioli

el teléfono todavía estaba apagado. Corrí las cortinas y levanté mi rostro para contemplar el ci

onsciente encontró una excusa deshilachada

ta el dormitorio. Mis ojos vagaron por el

egurarme de que todo estuviera perfecto hasta que vi una bolsa blanca en el a

recto al baño donde me bañé y me perfumé. Me puse la ropa interior muy sensual. E

detrás de las cortinas en el instante en

casa? — La voz d

el crujido de la

a de mi padre. Suele prepar

migo?» Me pregunté

los besos. Conocía bien esas risitas femeninas. No pasó mucho tiempo antes de que los pies de la cama empezaran

gusta, princesa?

! —respondió de

de voz de Susie. Mi mejor amiga estaba en la

de tal manera que terminé olvidan

de Susie. Esperaba eso de cualquier otra pe

, Marie? —inquiri

e sobre mi colchó

r la compostura, pero tenía un nudo en

arie! —ordenó. —

enzó a vestirse mientras Sus

iste esto? —pregu

es de que pudiera acercarme a la mujer

mientras me empujaba hacia la butaca. — No

sas, no podía ser tan delgada ni tener un vientre tan plano como e

pie y, aunque estaba envuelta en esa sábana, desfiló gra

e aniversario de

galo. Olvidé recogerlo después

comprara ropa nueva para nuestra hija. Recuerdo que me dio la tarjeta de

ana al suelo. Sin pudor, se puso el vestido sobre los

n el rostro petrificado, miré la

ije que no quiero segu

s una hij

con una mujer solo porque tiene

tar en bares y fiestas. Dejé de lado el sueño de s

ama, — dijo Su

e deshice de mi esposo y avancé. Antes

rga golpeó mi piel y al instant

es toda tuya

é hic

stás descuidada y fea desde que perdiste a nuestro hijo. —

mente. En ese momento, me di cuenta de

nhóspito en Giambellino, un barrio de las afueras de Milán. A pesar de estar cerca del

arnos. Nos obligaban a vender flores a los turistas que paseaban por el centro de la capital. A v

los platos y tarareaba. Desde ese día, tuve que cantar por las

abólica que siempre llamaba la atención de cualquier chica. En el momento en que sus ojo

en rehén de la infelicidad. A veces pensé que la amante de Lucca era su secretaria, pero nun

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