img La Bailarina Del Ceo.  /  Capítulo 5 Quiero follarte como a un animal... | 35.71%
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Historia

Capítulo 5 Quiero follarte como a un animal...

Palabras:2087    |    Actualizado en: 16/04/2024

, el DJ volvió a anunciar—: Una actuación especial para nuestros invitados VIP, el Sr. H

gra en el escenario. Venus brincaba alrededor de ella sosteniendo un látigo enrollado en l

spués de su baile alrededor de la caja, Venus se quitó la cubierta de terciopelo para revelar una jaula.

a, quien azotó el escenario, haciendo un fuerte crujido. Todos miraron con asombro. Afrodita se arrastró hasta el cuenco y lamió la leche blanca como si fuera una gatit

mi gatito! —ordenó Venus

e en la parte baja de sus caderas, con lazos a ambos lados. Haciendo un balanceo de cadera, se dio la vuelta y su espalda quedó completamente expuesta, la parte inferior del bikini cubría solo la mitad de su trasero. Llevaba medias altas hasta lo

música resonó en el altavoz mient

que te

remetió mientras Eva

ue te p

ste e hizo tres

ue te c

e rompí la

tengo alma q

único que fu

alejarme d

arte como a

o si estuviera empu

ntirte po

con más

arte como a

es haciendo un

ngulo de 45 grados, y con sus fuertes brazos bajó al escenario, sosteniendo y girando alrededor del poste lentamente. Una vez que llegó al escenari

arte como a

elló contra él haciendo u

ntirte po

rse contra el pos

arte como a

e palmada en el

stencia tan

ió a tomar su parte trasera y lo ab

io cuando una gran cinta cayó en cascada hacia ella. Dando vueltas en círculos, alcanzó la tela y se subió a ella lo más alto que pudo y con gran fuerza empujó su mano fuer

da y esperando. Hizo un aterrizaje perfecto justo en la pelvis de su amiga, haciendo un ángulo perfecto de 90 grados entre ambos cuerpos. Empe

lla se dio la vuelta y se agarró a la correa de su ga

arte como a

, haciendo que sus pechos y su cab

ntirte po

del cabello de Afrodita esta vez, sus pe

entre las piernas y las rodillas dobladas. Venus agarró el cuenco de leche y lo sostuvo sobre su amiga. Levantó la vista, inclinó

índice derecho, trazó un camino blanco en su cuerpo y deslizó su dedo en su boca, chupándolo y mordiéndolo suave

apagaron y todo el club estaba oscuro. No hubo nada más que silencio durante un rato mientras el público se sentaba en estado de shock

s los guardaespaldas caminaban por el escenario recogiendo el d

creíble actuación. Las chicas eran

ano de Venus entrelazada con la suya. Su volvía a asomar por la mitad

to —Afrodita s

hacer que todos los hombres de

cas se

s —repl

cuando riéndose y haciendo chistes malos. Ella le empujaba el costado del hombro cada vez que hacía una broma y él no se reía. Luego se giró para hacerle recibir una queja por ser grosero. Accedió a todas sus exigencias y seducciones. Si iba a tener que estar allí para el negocio, tambié

ico como lo hacían las otras chicas. Ella, bailarina en un club exótico, tenía sus está

l. Consejos de todo tipo en presencia de belleza y diversión. Ella tranquilizó sus almas. De hecho, se

demasiado borracho para conducir y se había negado a dejar que Horacio lo

uerza. Impaciente, estu

ojos llorosos, con un pelu

—preguntó

la túnica con sus garras y la subió a la cama. Sobresaltada y todavía somnolienta, no supo cómo reaccionar cuando él se abalanzó sob

ritó a su fuerza y él se inclinó para besarla, amortiguando sus gritos. Sergio co

Lorena se las arregló para hablar

hacia Lorena. Como si fuera poco, la volteó y comenzó su asalto por detrás. Agarrándola por el pelo mientras

a, se apartó de ella. Ella se dio la vuelta para mirarlo, solo para encontrarse con su duro pene en la cara. Se hundió profundamente en su garganta, en s

a no había terminado. Su bestia quería seguir adelante. Volvió a meterse en su coño mojado. Ella jadeó en estado de shock porque él la había agredido una vez

ra, como quisiera, y nunca diría que no. Ella siempre aten

vergonzado de sus acciones hacia ella, pero no le importaba. Lo único que le importaba en ese momento era lo profundo y fuerte que podí

profu

nimal…», cantaba en su inter

de nuevo, esta vez dentro de ella, desplomándose encima, mientras su corazón quería saltar fuera de

atisfecho. Y no lo estaría verdaderamente hasta que fuera

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