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Historia

Capítulo 5 ¿Intentas Domar A La Bestia

Palabras:2058    |    Actualizado en: 04/05/2024

cuerdos de ese sueño en penumbras ese lobo imponente que vio el día anterior en su ventana pero ahora este estaba muy alterado, «quería morder a alguien» pensó, todo parecía como si

s batidos en la charola, el rostro angustiado y sobre todo asustada pero la tristeza se miraba en sus ojos, se disculpo diciendo que no era un buen día para el joven Alexter, para Madeleine eso no fue suficiente tomó un plato de avena servido en la mesa y sube con la intención de tener un pretexto para entrar y reprimirlo por lo que acababa de hacer, después de escucharla hablar con tanto cariño no pudo contener el coraje que recorre su cuerpo al verla tan abatida, toca la puerta y un gruñido se escucha dentro que la hace dudar en tocar de nuevo pero se siente molesta y la duda la manda al cuerno y abre la puerta sin pensar más, él está en una esquina mirándola con cierto asombro o por lo menos es lo que ella piensa debido a su atrevimiento. — María te ha traído el desayuno y tú la tratas así, ella se preocupa por ti, como es posible que tú te pongas con esa actitud, no eres un animal — dijo con un tono de voz no tan común en ella, pero es que se le revolvió el estomago del coraje por semejante grosería, se acerca a él al ver que no dice nada, acerca el palto de avena « Ten te he traído el avena para que desayunes, aunque no te lo merezcas, pero ella esta tan preocupada por ti porque no comes» dijo de una manera tan segura solo logrando que él la vea de manera ruda frunciendo su mirada, en un movimiento rápido ladea el plato de avena sobre el brazo de Madeleine que no puede evitar gritar por lo caliente de esta, con su otra mano retira la avena de golpe y el ardor se vuelve mas fuerte. Sale de la habitación corriendo hacia la suya, entra al baño abre la llave de la tina y mete el brazo bajo el chorro del agua, llorando del dolor cierra los ojos y las lagrimas corren sobre sus mejillas, escucha la voz de María seguido a un portazo. Madeleine voltea con la intención de encontrarse con ella pero al que ve en el marco de la puerta no es a quien esperaba, Alexter está ahí atento a ella con una mirada diferente, se acerca y toma su brazo con firmeza y ella respinga de dolor, cierra los ojos y no se percata de las intenciones del mayor que al sentirse tomada en brazos abre de golpe los ojos y ve como salen hacia al balcón, pasa por su mente por una milésima de segundos que este saltara con ella en brazos. — Espera… ¿Qué haces? — dijo, pero no pudo terminar de hablar estaban ya en el aire y cayendo al suelo, se aferró a Alexter asustada, pero habían aterrizado sin problema alguno para sorpresa de ella, pero las cosas no paran ahí el corre con ella en brazos por el bosque esquivando árboles, piedras y raíces pronunciadas. El miedo de Madeleine crece a cada paso, «lo hizo enojar» es el pensamiento recurrente en su cabeza, intenta decirle que la baje, pero es inútil el no para de correr, se detiene de golpe y la suelta en el suelo bruscamente como si nada, ella se queja un poco del impacto, pero no grita ni pide ayuda, mira el pequeño rio que está a su lado y lo inspecciona. Alexter se ha separado de ella para ponerle atención a un arbusto donde arranca unas cuantas hojas que moja con el agua del rio, acto seguido se acerca a ella y la vuelve a tomar del brazo sin tacto alguno y ella se queja un poco el mayor la mira a los ojos y Madeleine hace lo mismo ahora con la claridad del día puede ver los matices de estos el amarillo combinado con un azul tan profundo como el mar que la cautivan dejándola perdida en ellos, vuelve la vista a la herida y rompe el contacto con ella, deposita unas cuantas hoj

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