A DE L
ítu
Patric
de la tentación, no podía enredar más las cosas.
e que debes estar e
ndome ver el color de su ropa interior, estoy seguro que trató de coquetear. Lu
su labio inferio
oco el tiradero que tení
ó con una
Terminas más rápido y me invitas a c
tristeza, no entendía. ¿En qué momento cambió todo? Se veía tan calmada y tranquila, que quer
minar de sacar la
on una sonrisa, se
ada escaneándome-,mientra
habitación, busqué algo de ropa, elegí unos bóxeres negros, pantalón azul y una camisa blanca. Sal
lio, pizza te parece bien? -levantó
vemos una
atas. Conocía perfectamente ese diablo con figura de mujer. Antes cuando veíamos películas terminábamos haciendo todo lo contrario, además ella cr
ado, vaya que te hace falta la f
r mientras jugaba con u
aci
a sonrisa de
el do
naría rechazándola. Tenía que hacer algo, para que ella no sintiera que le estaba sacando el cuerpo; disculpas, pret
guesas son enormes que tanto te gustaba? Esas que se les sale el ques
do círculos con ellos, curvó su lab
his contigo, pero esa
asta conseguir lo que quería. Asentí como respuesta con un movimiento de cabeza y una sonrisa, ella me la devolv
dejado muy sorprendido. ¿De verdad iba a cambiar? Sacudí mi cabeza alejando esos pensamientos, tenía
me, como era habitual el lugar estaba lleno, tendríamos que hacer fila. Rodeé el auto y le abrí la pu
amos uno al frente del otro, empezamos a ojear la carta. Tantos recuerdos llegaron a mí, en ese momento en ese mismo lugar, ahí solíamos venir ca
escuchando? -movió mi mano
transformación, pero u
distraído, te estaba dicien
biertos, cómo era posible,
rta de orden que tenía en mis manos-. Estaba pensando q
s manos. Parecía loca haciendo gestos extraños,
o y chorizo, picada en cuadritos, papas fritas, una ensalada de repollo dulce y arepa con queso gratinada. Lo sé, era mucho, pero era
¿Cómo van las cos
argando sus mejillas en las palm
os preparando todo pa
? lo mismo de
una
ellos no
us pa
y mi madre pues...a vece
o que nos dejó fríos, ahora tu madre..
no dejando un
aría pasar un día d
ratando de tomar valor
e tú y yo tenemos
gesto de
s, ¿y si lo dejamos para desp
dremos que tocar ese tema, Bárb
en ese momento lle
echo cariño, luego ha
a saborearla, todo estaba delicioso. No mencionamos el tema, todo lo contrario platicábamos de
do le estaba llamando, imagino que estaba preocupado. Bárbara me decía que se quería quedar conmigo, pero le dije que no sería una buena idea ya que se salió sin
bitual había un trancón terrible. Las bocinas de los coches, los gritos de
s las cita con
ncogió de hombros como restándole impor
so es una pérdida de tiempo -volvió a mirarme-, yo no nec
o cuando el se
llos solo están para orientarnos cuando
ja y se qued
n crees que
la mirada
es solo que lo que hic
un sus
l momento de mi
os solo queremos
terru
s que estoy loca? -
e no podía mirarla a los ojos porque segu
ien, aunque no quieras reconoce
ado. Esa era la actitud de ella cuando no quería hablar. No le insistí, encendí la radio y seguí conduciendo en silencio hasta llegar a su casa. Me bajé del coche y lo rode
ntr
que sea b
principal y apareció Magdalena bajo el umb
nsas entrar! ¿No pensarás hacerl
iero m
un movimiento con su
que eres bienven
a enorme con tres ventanales de cristal y cortinas rojas con bordes dorados. Ahí en la planta baja estaba el comedor, un pequeño despacho, la cocina, dos habitaciones que ocupan las empleadas. En medio de la
añas a mi
mi oreja me hizo d
por mí, yo te p
a mano lleván
rán unos
o en entrar, luego ella quien cerró la puerta. Empezó a acercarse con una mirada malvada lentamente como cuando un animal acecha a su presa. R
ocuras que hacíam
no recordar todo
ejor será regr
nte se puso a horcajadas sobre mí metiendo sus manos bajo mi camiseta, empezó a subir sus manos, pero yo la tomé de las muñecas impidiendo que siguiera.
sie
os con una mirada l
que yo qu
ué un
ordió su lab
ella movió sus caderas lentamente en u
•°•°•❈•°•
lugar de
r omnis
la cama estirando su cuerpo, un pequeño quejido se escapó de sus labios, caminó directo hasta el gran tocador que estaba a un lado de su cama y
rimas se hicieron presente. Se quedó varios minutos frente a ese espejo, mirando los moretones de
sus cosas algo para ponerse y tapar esas marcas. Eligió un vestido negro con manga
ó con su hermano, quien sin querer golpeó uno de sus brazos, Mariana soltó un chillido d
na, está
ató de
a dis
uía acariciando su brazo, ella al notar
? -inquirió
nquilo h
del brazo, ella sin poder evitarlo volvió a chillar de dolor. El ge
tien
ella tomó su rostro en sus mano
n el marco de la puerta del baño, por es
ón obligándola a
os hinchados? Como si hubieras llorado. Dime la
para mirarlo a los ojos y tra
todo lo contrario, todo marcha de maravilla. Segundo, no estaba l
Lorenzo seguía muy serio
a vez que pasa, ¿recuerdas aquella vez que chocamos en la sala
ues Mariana era un poco despistada, no era la primera vez
do mirando hacia atrás porque te ro
ecuerdo, Lorenzo pasó su brazo por
y delica
erminara ella
olo tú y yo sabemos nuestro apodo, ese es nuest
e ella le tenía a él desde que eran unos niñ
do el apodo que él le tenía a ella-
que ese sería su secreto de hermanos, solo quedaría entre los dos. Al paso del tiempo lo habían cumplido porque nadie más lo sabía.
inua