ncilla: algunos platos caseros y quizás una copa de vino. No es nada elegante, así que no esperes demasiado -dijo ella, frotándose la punta de
espe
har su murmullo, y se volvió
yando su frente contra la de ella-. Traeré una botella de excelente vino esta noche, ya
ca de ella que su corazón empezó a lat
Dy
escuchar lo que ella dijera a continuación. Parecía ser un hombre frío, pero
a. Es mi regalo... Pero estás demasiado cerca -dijo Camila, sintiendo cómo sus mej
ca que esto. ¿Estás incómoda?
aba de pensar de él. Ese hombre, ¿cómo podía recordarle esos momentos embarazo
sas de hielo en casa? -pregu
ué? -inclinó la cabeza, preguntándos
esitas aplicarlas para aliviar el dolor. Te vi caminar antes y cojeabas bastante. Me siento terrib
on en un total asombro. Se alegraba de que él hu
amente-. Sé cómo cuidarme. ¡No t
ada de disculpa mie
l taxi hubiera llegado justo en ese momento. Sentía que estar
el asiento trasero. -Cuída
Que tengas
te a todos los santos por darle la oport
trar al edificio después de bajarse del taxi sería tan complicado. Aunque, después de t
nita -la saludó
ven que también esperaba el ascensor. Era Drake, un estudiante universitario que vivía al lado. De
odo el tiempo. Le recordaba a su he
pantalones de chándal y sudaba. Sin embargo, iniciar una conversación no debía ser algo malo. El ascensor parec
algunas calorías -respondió él mientras se rascaba la nuca.
Ni siquiera parecía que tuvie
erse en buena for
dijo nada hasta que se abri
ó y él la siguió, asi
iso al que se dirigían. No es que ella no quisiera seguir conve
-dijo ella después de salir d
esp
mano. -¿Sí? -preguntó, viendo que él parecía
ke se rascó
rascando la cabeza. ¿Q
ra para saludar a alguien, y conocía su personalidad
nes muchas marcas rojas en el cuello y los brazos. Qui
es. Nació con una fuerte alergia a los frutos secos, algo un poco injusto, ya que a veces se le antojaban. Sin embargo, su cuerpo rechazaba completamente la idea.
gún dolor y que colapses más tarde cuando no haya nadie cerca. ¿Necesitas
n vida en aquella ocasión. No, estoy bien. Estas marcas...
un poco de ungüento más tarde, y se desvanecerán. No hay nada de qué p
nde te metiste para encon
odo bien! Deberías olvidarte de lo que viste
la espalda, pero después de aquella conversación con Drake, su joven e inocente vecino, no podía soportar quedarse más tiemp
ares, tenían que estar en mi cuello
o, se quitó la ropa frente al espejo de cuerpo
n con un aspecto horrible mirándola desde el espejo-. ¿Qui
todo el cuerpo, excepto en el rostro. No se había dado cuenta antes, cuando se bañab
exponía esas marcas. ¡Ese tipo despreciable!