ítu
recepción, pidió información sobre Daniel y le indicaron la sala donde se encontraba su hijo. Sint
amó Max, acercá
onrisa cansada en el rostro, intentando
preocupes -dijo, levantan
dolo de arriba abajo, como para aseg
dijiste antes? -la preocupació
nuca, intentando
atado, pero ya estoy bien. -Los médicos me dieron el alta -respondió, intent
a algo más tras esas palabras. Daniel estaba diferente,
solo es eso? -insist
ansar un poco -dijo Daniel, intentando apartar la mirada p
hijo estaba realmente bien. Sabía que Daniel no era de los que hablaban abi
iendo la mano en el hombro de su hijo-
a el coche, y el silencio que se instaló entre ellos durante el camino a casa fue den
entras intentaba volver al trabajo, seguía pensando en su hijo, tratando de averiguar qué había sucedido realmen
*
balanceo de caderas que atraía miradas de admiración y dejaba un rastro de susurros entre los ejecutivos presentes. Era imposible no fijarse
nergía masculina del lugar se concentrara en ella. Natasha conocía su poder y sabía cómo usarlo, pero hoy, algo diferente le preocupaba.
, un deseo que quizá nunca se hiciera realidad, pero otra parte... otra parte se negaba a rendirse. Había algo en él, algo que la atraía de una form
taba si, en ese preciso instante, el apuesto hombre también estaría pensando en ella, si recordaría cómo la había devorado con la mirada la noche anterior. El ascensor llegó y, al abrirse las puertas, Natasha entró con un ligero suspiro, intentando controlar la ansiedad que empezaba a crecer en su interior. Quería volver a verlo, sentir esa mirada intensa una vez más. Quería saber si él la deseaba tanto como ella a él. Las puertas se cerraron, aislándola del resto del vestíbulo. Mientras el ascen
cer verte, chica -dijo Clara
ía tiempo que no nos cruzábam
o tardó en notar el brillo en los ojos de
jo que te hace estar así, verdad? -preguntó Clara, inclinánd
ocultarle algo sería casi imposible. -Para ser sincera, sí. Y me está volviendo loca, d
alguien de aquí? -preguntó Clara,
nuar. Sabía que lo que iba a decir no era algo que compartiría con
mayor, y... Dios mío, es irresistible. No puedo sacármelo
y una sonrisa pícara
blado con él? ¿Sabes si él también está interesado? -preguntó Clara con la voz
ímica en el aire? A eso me refiero. Estuvo en el restaurante ayer, y era impo
mprendiendo el di
uidado. Los ejecutivos pueden ser un poco complicados. Quiero ver quién es este chico guapo. Enséñamelo en cu
alguien con quien hablar de esto, alguien que comprendiera tanto el mundo de la pasarela como las comp
s por qué estoy tan conmovida -dijo Natasha, todavía sonrie