ntó, girándose para mirarme. Estaba tan nerviosa que
! ¿Cómo iba a saber que estaría corriendo por la arena de la pl
ierna se acercaba peligrosamente. Parpadeé fur
a a oreja, como si de verdad disfrutara
regándome su toalla mientras b
-preguntó de nuevo, poni
sí... ¿
OM
me estaba tom
mensaje y lo di. Es mi primer día, creo q
os azul oscuro bril
-dijo con una sonrisa
algo en la camisa. Me había quitado la chaqueta y podía sentir su mano rozando mi pecho, l
pezón endurecers
la mayor recato p
amiseta blanc
te -dijo, subiendo al coche-. Pídel
girando, se fue,
cho derecho, donde él lo ha
cident
o podía estar se
ERS
e dirigí al ascensor, ansioso por sal
cerrarse, Jade , la jefa de Rec
te encontré! d
ue yo no contestaba. Mi parte era fingir que estaba tan ocupada que me perdía a todas las personas importantes que me busc
, ¿qué
s que el nuevo PA
re y cuando no sea tan i
nte. «Patricia
r favor, esa chica estaba
nuncia por a
omo si eso hubiera l
asos, haciéndole a Jade más difícil seguirme el ritm
vello! ¡Eso podría interpretarse c
tuve y me giré
uctoras. Son muy sensibles a cualquier tipo de acoso sexual, a cualq
empresa creciera exponencialmente, pero tenía muchas condiciones. A veces me sentía como un perro con correa, al que su amo tiraba de vuelecordó Jade . -Me gustaba más el aspec
ca? No habría ag
abría dicho a Jade . Desde luego, no parecía frágil como la Patética Patricia , que se puso histérica cuando le pedí que despidiera a mi entrenador per
a y trabajaba a tiempo parcial en la cocina de un restaurante como estudiante. Eran ambientes de mucha presión, con cuchil
ón de dejarla en la p
uego, lo cual me gustó. Lo que no me gustó fue la irritación que mostró al tener que usar alg
ome , quien era la persona que mejor juzgaba a las personas. Salome tenía diez años y casi treinta, y podía ver las mentiras mejor que nadie; después de todo,
Melisa y le dije que ella era mi nu
gracia, se le había quedado grabado y que, en retrospectiva, parecía muy acertado. Tenía muchas ganas de oír su opinión