o un día interminable. Reuniones, llamadas, entrevistas con abogados y constantes mensajes de alerta que no

le había entregado Marcos, su abogado. Intentaba encontrar alguna debilidad en los ataques de Daniel, alguna grieta que pudier

a alquilado, revisaba con detalle los archivos que le habían entregado sus aliados. Imágenes, contratos, correos electrónicos: todo apuntaba a

o-. No solo quiero justicia por mi abandono, s

mezcla de rabia y tristeza que le dificult

dejado de ocultar su frustración, y aunque mantenía las apariencias frent

po -le reprochó una noche mientras él regresaba tard

urante años había creado un abismo entre ellos. Intentó explica

s de la crisis familiar. En la escuela, los rumores sobre su padre y el joven Daniel hab

ldía latente que la hacía cuestionar todo. Una tar

e dicen? ¿Que pap

con tristeza, mientras la

tuación. Convocó a una reunión con sus socios más importantes, hombres y mujeres co

momento decisivo. No podemos permitir que rumores y amenazas destruyan lo que hemos con

ron dudas. Sabían que los tiempos habían cambia

ue veía en la debilidad de Alejandro una oportunidad para avanzar en la empresa.

s dispuestos a investigar y exponer las prácticas turbias de Corporativo Mendoza. Sabía que la p

o de estos reporteros, Daniel reci

jo una voz grave-, sino que pondrás en peligro a quiene

o con fuerza. Pero en lugar de detenerse, sint

a uno movía sus piezas en un tablero cada vez más peligroso,

r. Sabía que la batalla por su legado no solo era contra un hijo resentido, si

lmente su plan, consciente de que cada paso p

a había