ncredulidad que rápidamente
s que este es el momento
era un
turo de mi casa, tú intenta
ilencio pareció e
tensión. Luciana, desde su palanquí
e! ¡Se ha
a mascota exótica y peligrosa, saltó hacia la zona de las cunas. El pánico
e mí. Sentí un dolor agudo en la cara cuando sus garras me desgar
mis gemelos con mi propio cuerpo. Los guardias de Má
imo corrió, pero no hacia mí. Fue directamente hac
tanto! ¡No sé cómo ha po
a. Luego, se volvió hacia mí,
me. "¡Soltaste al lince para hacerle dañ
ara ardía, pero la herida en mi corazón era mucho más profunda. El hombre que debía protegerme
ije, mi voz ape
empre has odiado a Luciana
rostro ensangrentado
tendí que no importaba lo que hiciera, p
ategia, sino por pura desesperación. La sangre
jame ir. Te lo ruego.
a risa cruel
que aprendas a respetar a tu señora, organizarás el bautizo del hijo de Luciana. Tiene
del patio, mientras él se llevaba a su amante
-