, me arrojé a las h
ro borroso de mi hijo Leo, gritando mi nombre desde la orilla, mie
la Policía Nacional. El hombre al que amé desde que é
que nos
eo para que tuviera los beneficios de salud y educación q
escubrí la verdad. Ma
caído en combate. Y no solo eso, había registrad
: solo un hijo podía recibir los beneficios más im
ta. "Valeria está muy mal, era mi deber cuidar de ella. No puedo abandonar
misa como era en
seguro, Mateo. Neces
o a la base. Lo registraré como mi sobrino. Vivirá con nosotro
utobús que cruzaba las peligrosas carreteras de montaña, un
e, el autobús f
s subió. Se llevaron a los
o, gritando,
ue mi 'sobrino' fue secuestrado, y luego se descubre que es mi hijo ilegítimo, mi carrera se a
una búsqueda ofi
amilia era más import
mió. Sin Leo, mi vida no tenía sentido.
des
café recién hecho llenaba el aire. A mi lado, en su pequeñ
vo. Estáb
que, en mi vida anterior, había llamado
, no lo
ateo me regaló diciendo que era una reliquia de su ab
stí y desperté a
mos a hacer algo
aría del pueblo. Con el certificado de naci
lo con mi apelli
en mi mano, caminé hacia l
peleo y a desinfectante. Varios of
ofía de antes. "Vengo a denunciar a un oficial de la Policía Nacio
ista de su escritorio, aburrido.
r. Aquí tengo la prueba de que tenemos un hijo en común, y tengo testigos de que ha viv
lo acababa