había diseñado y decorado con tanto esmero hacía años, cuando la empresa era solo un sueño compartido.
o era distante, el de un jefe hablando con una empleada cualquiera, no con la m
los clientes importantes, y esperó. El silencio se alargó
a empresa está pasando por un momento difícil, ya lo sabes
el crecimiento se había moderado, no había ninguna crisis real. "Los bal
osas que tú no entiendes del todo". La condescendencia en su voz fue como una bofetada. "El punto
inmóvil. "¿A qu
ro, finalmente mirándola a los ojos. Su mirada era fría, calculadora, sin un ápice
invertir sus propios ahorros cuando apenas empezaban, de sacrificar vacaciones, amigos y has
nte calmada, hueca. Se levantó y salió de la oficina sin
y guapa asistente que Alejandro había contratado hacía seis meses. La foto mostraba a Camila sonriendo radiantemente, apoyada en
olo un aumento increíble, sino también el coche de mis sueños. ¡Gracias,
o. Mientras a ella, su prometida y cofundadora de la empresa, le recortaba el sueldo a la mitad con l
nte diez años había vivido en una neblina de amor y sacrificio, excusando las pequeñas faltas de res
gar firme, le dio "Me Gusta" a la publicación de Camila. Un pequeño acto de desafío silencio
a estado evitando, pero a media mañana, la llamó a la sala de juntas. Cami
mesa. "El reporte para el cliente de Monterrey tiene errores garrafales. Err
os que ella sabía perfectamente que eran incorrectos. Era un sabotaje ob
n voz firme. "Mi versión final está guardada en
tienes una justificación para todo! ¿Es que ya no te puedes
stal, observaban la escena con una mezcla de pena y morbo. Veían a la mujer
as últimas veinticuatro horas se solidificaron en una resolución
a calma helada que desconcertó a todos
igeramente abierta. Camila parpadeó, confundida. Esperaban lágrimas, súplicas, una pele
ijiste?", balb
rabajando en un ambiente donde mi esfuerzo no es valorado y mi integridad e
la compostura y transformándola en ira. "Estás abandon
nstruir este barco con mis propias manos. Clavo por clavo. Y tú lo estás hu
olso y su saco, y se dirigió a la salida sin mirar atrás, dejando a Alejandro furioso y a