adres no la apoyarían, para ellos, el matrimonio con Julián era la culminación de un acuerdo comercial, una fusión de dos imperios familiares. Su felici
mpacar de manera metódica, solo lo esencial: ropa cómoda, sus libros de texto de astrofísica, s
qué estás hacien
Me voy" , respondi
onterías. Mañana
o habrá boda. Ya te lo dije. S
el número de la mansión de los padre
carme con la señora de la Torre
en, su ex futura suegra, sonó en la línea. "Elara, querida. ¿Está
e decidido cancelar mi compromiso con Julián. No me casaré con él mañana
esperó una respuesta. Colgó el teléfono. Sabía que
más grande que su puño, que su abuelo, un astrónomo aficionado, le había regalado cuando era niña. Era su posesión más preciada, un símbolo de sus
dole los talones. "Elara, esto no es gracioso. Vuelve
la casa de subastas más prestigiosa de la ciudad. Recordaba que la subasta de artícu
aneó la habitación, buscando su meteorito en las vitrinas de exhibición. Y entonces lo vio. Estab
fía llevaba un vestido blanco y delicado, su rostro angelical mostraba una expresión de preocupación
n confundida y estresada por la boda" , dijo S
ara de impaciencia. "Ya basta, Elara. Nos vamos
jo Elara, su voz baja y firme.
ro meteorito de condrita carbonácea, encontrado en el desierto de S
ó Elara inmediatamente
roca tan interesante. Julián, ¿me la compras? Qu
uiera sabía lo que era, solo lo quería porque e
esa basura, Elara? Es una simple piedra" . Lueg
apretó la mandíbula. Conocía el límite de
uiera parpadear, su tono era aburrido,
Elara, su voz temblando ligeramente
lián, por favor, la quiero. Cómprame
isa condescendiente, disfrutando
ible. Miró a Julián, suplicante. "Julián, por favor.
a ti, deberías haber traído más dinero. Sofía la
.. quinientos mil a las dos
invadió. Era solo una roca, pero era su roca. Era
caballero de la primera fila" , anunc
el sonido de su corazón r