fluyendo de la caracola, llenando
o sus voces toda la noche. La voz de Ricardo seguía siendo tan agradable, tan profunda, pero cada palabra que decía me dolía el corazón. Mucho, mucho tiempo después, Ricardo me encontró. Cuando supo la verdad, se arrodilló
na. En el Reino de la Noche, solo los humanos puros son respetados. Mi hermana, Sofía, no solo era humana, sino que también era talentosa y
cumplí doce años, intentó venderme a un burdel. Lloré y le rogué que no lo hiciera. Él también lloró, se arrodilló frente a mí y dijo: 'Mi pequeña Elena, ten piedad de nosotros. Solo gastando dinero para que tu hermana se convierta en una cazadora de brujas
tirse'. Al verme, sus orejas se pusieron rojas como tomates y se quedó paralizado. Finalmente, se acercó torpemente y me envo
parte de su odio acumulado. Hizo que Ricardo se distrajera por un moment