que me heló la sangre, la puerta estaba abierta, y dentro, Isabella dirigía a los
lugar, habían colocado lujosos sofás de terciopelo, mesas doradas y gruesas
aciendo?" , pregunté, mi
ola, cariño, solo pensé en hacer tu habitación un poco más... digna de ti, ya que te v
personal, sino que lo hacía con una actitud de supe
habitación, ahora" , ordené,
ombre de tu posición no puede vivir rodeado de estas cosas tan simpl
vizó en una máscara de falsa ternura, "No estés enojad
el contacto de su piel me pro
toque, mi mano rozó un objeto que había colocado sobre mi escritorio, era una pequeñ
me resultó familiar, era el mismo tipo de magia negra que habían usado para debilitar a mi padre en nuestra vi
uilla, mis ojos
ó, "¡Oh, es un regalo! Te lo traje para que te dé bue
rostro, el reconocimiento y la fur
lo viera por primera vez, su voz se llenó de un terror exagerado,
gundo, pasó de ser la generosa benefactora a la víctima aterroriz
ció en la puerta en ese preciso instante, su
, corriendo al lado de Isabella y pon
jo en una mueca de horror, "Leo... ¿qué es eso? P
jo Adrián, su voz temblaba de indignación fingida, "Conozco a Leo, él nunca haría a
dad de que alguien me estuviera incriminando, plantaba firmemente la idea de que el objeto maldito estaba, de hecho,
ran míos, enfrentando a dos víboras que trabajaban en perfecta armonía para tejer