encer
no mucho, mi vida era la taquerí
, mi Sofía, fue el cilantr
la que reía con mis chistes malos,
i infierno. De repente, llegaron es
amor, nuestros veinte años, habían
un conejillo de india
me dieron un "regalo":
és. No solo me había mentido sobre qui
era un tal Armando
lo", con su berrinche de
¡Desaparecieron en una
de Armando, con ojos
de mi familia, de los inocent
o. "Daño colateral", repitió Sofí
a se había convert
ormento", a revivir esa masacr
arme. ¡Mi odio se volv
es de antes. Soy el fuego que
descubierto un poder
uardianes, po
gente, su arroganc