illo, me agarró del brazo co
fía! ¡No puedes
n tirón violento. "Suéltam
a mezcla de ira y miedo. "No pued
ue la reputación de Camila valía más que su dignidad"
ue él tanto temía para Camila, ahora se reflejaba en su propio rost
la ventana, viendo las luces de la ciudad pasar como manchas borrosas, sintiéndome compl
o con tanto amor, sentí una nueva oleada de náuseas. Ricardo me
ecesitas
dulzón y desconocido invadió mis fosas
e centro, una revista de moda abierta y un vaso a medio beber con una marca de labial roj
Mi hogar se había con
pies. Me apoyé en la pared para no
? Siéntate, te trae
o yo no la toqué. Me quedé de pie, mirando cada objeto que n
prudente. "Sofía, tenemos que hablar. Lo que dijiste en el h
do ocupada escuchando el silen
haciendo vibrar los cristales de las ventanas.
rito agudo vino de la
card
la. Un grito lleno
o una descarga eléctrica. No dudó ni un segundo. No me miró. Si
o cómo el cielo se partía en dos y
. Solo es una tormenta. Est
bía juzgado y condenado, ahora era un bá
doblarme sobre mí misma, abrazando mi vientre como si pud
esó a la sala. Tenía una expresión
tiene pánico a las tormentas desde
. Era un cobarde que elegía el camino más fácil, el que alimentaba su ego. Camila, con su fragilidad calculada, l
epetí, mi voz monóton
o pareciera "entender". "Exac
stra boda, bajo un sol radiante. Él me había tomado las manos y me había
vacía. Qué men
sentía pesado, como si cargara c
mi voz sin inflexio
o. Cerré la puerta detrás de mí, dejando a Ricardo en la sala, proba
golpeaba la ventana con furia, como si llorara por mí. Y en l
el apellido de un hombre que no lo merecía. Lo
ra destrozarme a mí