fiesta estaba en su apogeo, celebrando el último contrato que lo convertía en el hombre más poderos
, Mateo. Lo l
rigió Mateo, con u
lrededor, como bu
toda la noche. ¿No debería es
borró, reemplazada por
a no está aqu
e quedó
haste? Después de todo
rtó Mateo, bebiendo de un solo trago.
otros invitados, Pedro escuchó a dos si
Tres años a su lado, lo levantó de la
"Que todo era por un pacto extraño. Cien deseos o algo así. Ahora que
arecía triste. Solo le dijo al patrón: 'Todavía
a, o al menos parte de ella. Recordaba perfect
blo a vender hierbas y remedios. Ese día, un joven y caprichoso Mateo, desesperado por impresionar a sus amigos y conseguir un favor de los espíritus antiguos,
nstante en que el último bocado pasó por su garganta, Mateo sintió una sacudida, y Ximena sintió un lazo invisible atándola a él. El pacto no se había hecho con el nahual,
ateo, frívolo y pose
ue seas m
agia, sino con consejos prácticos y una paciencia infinita, para ayudarlo a madurar. Le enseñó a tratar a sus trabajadores con respeto, a
una máscara serena, inexpresiva. Esto frust
vez, frustrado por su aparente indiferencia. "Solo te p
su segun
ue no llegaba a sus ojos, pe
lar: "Deseo que rías cu
onido hueco que
se cerró, Mateo la había tomado en sus brazos. Se sentía en la
cía real. "Me has hecho el hombre que soy. Te pro
jos oscuros como la tier
yente, la chica rubia y de ojos azules que había sido la obsesión de infancia
chó a Ximena de la casa. La humilló fr
muros de la hacienda. "Nunca significaste nada. Solo eras un reemplazo, un consue
que un sirviente había empacado para ella. La
en ese momento, tratando
Yo te ayudaré. No tie
del vestido sencillo. Su rostro no mostraba ni dolor ni humillación, solo una calma inqui
ella, su voz cla
etuvo,
uieres
dijo ella. "Todavía me de